Por Saúl Campos/ A un año de la muerte del marido de Clara, sus amigas (Teresa, Estela e Isabel) han recibido una carta escrita con un tono que supone a su amiga sumida en una depresión que podría orillarla al suicido. Ante ello, las 3 mujeres –amigas desde la infancia- deciden darse cita en la casa de la viuda para darle una sorpresa y levantarle el ánimo, aunque ella tiene más bien otra sorpresa para darle a sus visitantes…
Original de Sergio Marcos y Martín Guerra, Mujeres de Ceniza continúa temporada en el Teatro 11 de Julio, bajo la dirección de Roberto Antier, quien junta en el escenario los talentos de Jacqueline Andere, Silvia Mariscal, Margarita Gralia y María Sorté para dar vida a esta historia de mujeres compartiendo puntos de vista alrededor de su amistad, matrimonios, el sexo y las infidelidades.
Sin duda, esta puesta en escena resulta una gran sorpresa y una bocanada de aire fresco entre las de su tipo. Sí, los elencos de actores a quienes usualmente se les ve en televisión pueden ser comúnmente desastrosos en teatro, empero, ésta es una gran excepción que permite ver a cuatro actrices correctas en sus papeles, logrando un conjunto bastante homogéneo.
Jacqueline Andere sostiene una contención potente desde el inicio, rompiendo de una forma extraordinaria; Margarita Gralia controla a la perfección su rol de femme fatale con justificaciones sólidas; María Sorté por su parte logra generar empatía con un personaje lleno de tonos a descubrir; mientras que Silvia Mariscal brilla en escena con un personaje tan inocente como desatinado, el cual sin duda logra dar cátedra de actuación.
El texto se convierte en un juego inteligente entre personajes y secretos al permear momentos de crisis en medio de la comedia desatada por los infortunios relatados. El pretexto que reúne a estas mujeres termina siendo tan oscuro que provoca una tensión exorbitante en el arco dramático y tiene a la audiencia al borde de la butaca.
El ambiente generado para contar escenotécnicamente la puesta resulta atinado. Bajo el tono realista del montaje, la iluminación en claroscuros y ambientes funciona a la par de la escenografía que nos lleva al interior de una casa quizá ubicada en el Pedregal o las Lomas, cuyo único pecado es no ser cuidadosa en los acabados. El vestuario por su parte permite dibujar correctamente cada personalidad, a excepción del personaje de Sorté, al cual quizás se les olvidó añadir contexto.
Mujeres de Ceniza es una opción de comedia inteligente en la cartelera mexicana que no defraudará a su público, ya que ni siquiera está ubicada en un solo plano de la audiencia, sino que tiene la capacidad de llegar tanto a aquellos que disfruten de ver a una Jacqueline Andere fuera de la TV, como al apasionado del teatro cultural que busque buenas actuaciones partiendo de un buen texto.
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