Por Roberto Sosa/ En la mitología del pueblo Navajo, el génesis se centra en el Dinetah, tierra natal de los Navajo; el concepto básico de la creación es el Viento Sagrado, brumas de luz que ascendieron a través de la oscuridad para dar vida y propósito a la mirada de Gente Sagrada, espíritus supernaturales y sagrados. Creados al comienzo de los tiempos, Primer Hombre y Primera Mujer aparecieron formados de espigas de maíz blanco y amarillo.
La separación de lo femenino y masculino, preparó el terreno para la aparición de los Monstruos que comenzarían asesinar gente. También aparece Coyote que roba el bebé al Monstruo del Agua, quien provoca un diluvio en el tercer mundo y obliga a los humanos y Gente Sagrada a viajar a la superficie. En este mundo nacen la Muerte y los Monstruos y la Mujer Cambiante que da luz a Los Gemelos.
A partir del mito, Gerardo Daniel Martínez escribe y dirige Los gemelos en busca del Sol, una historia que narra las aventuras de Los Gemelos que luchan contra un monstruo que vive debajo del desierto. La travesía lleva a los hermanos en busca de su padre el Dios Sol, que representa la luz, el arma más poderosa del mundo. “La luz es un abrazo que te quita el miedo…”
La puesta en escena cuenta con elementos que atrapan la atención del público (dirigida a niños mayores de ocho años). El lenguaje escénico es con máscaras, títeres, luz negra, música grabada y en vivo (Óscar Kogsni / Dan Alvarado). En la imaginación de cada espectador sucede la historia y la aventura. La disputa de los gemelos en contra del monstruo, representa la secular batalla entre el bien y el mal. La luz versus la oscuridad.
Los Gemelos en busca del Sol simboliza la transición de la niñez a la siguiente etapa de la existencia. El sol representa al padre que habrá de proveerlos con las armas para enfrentar a los “monstruos” que la vida les pondrá enfrente. La obra es la cosmovisión de una cultura ancestral que nos habla a través de su mitología.
La Sociedad de las Liebres produce este espectáculo. En la escena se refleja el compromiso que tiene este colectivo con el público infantil, la responsabilidad de ofrecerles un trabajo de calidad, en contenido y producción. La apuesta es formar espectadores que demanden obras con propiedad y –mi opinión- lo logra. Todo lo que se presenta sobre el escenario está bien articulado, con detalle y bien hecho.
El grupo de actores realiza un trabajo limpio y preciso en la manipulación de los títeres y las máscaras. Participan: Abraham Baños, Fernanda Benítez, Pablo Iván Viveros, Elena Gore / Ditmara Náder y Andrés Torres Orozco.
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