Por Gina Fierro/ Hablar sobre la vida de las obras de teatro es un tema incierto, difícil de deducir. Lo cierto es que un factor determinante para que una puesta en escena permanezca en cartelera es la aceptación por parte del público, lo cual representa el inicio de su trascendencia.

En esta ocasión, buscamos a aquellos creadores que han sido parte, o echaron a andar proyectos que hoy en día son un referente del teatro contemporáneo. A continuación, te presentamos los montajes que en los últimos años han resonado gracias al interés de las audiencias, así como por sus temáticas y propuestas. Sin miedo a equivocarnos, éstas son obras que por sus características, llegaron para quedarse.

Sra. Klein. Se trata de un proyecto impulsado por Emoé de la Parra que ha encontrado a su público con un texto de Nicholas Wright, el cual se sumerge en el mundo del psicoanálisis, para hablar sobre el rompimiento entre una madre y una hija.

“La obra trata de un tema o conflicto fundamental del que difícilmente podemos librarnos que son los conflictos entre las personas que se aman”, señala en entrevista para Cartelera de Teatro Paola Izquierdo, actriz del montaje. La obra está inspirada en la vida de Melanie Klein, pionera en el psicoanálisis infantil, quien envuelta en su mundo del psicoanálisis ha fracturado sus propios lazos familiares.

Protagonizado por Emoé de la Parra, Alejandra Maldonado, Paola Izquierdo y Georgina Rábago, el texto plantea a tres psicoanalistas que discuten en torno a las acciones de Melanie Klein, quien ha confundido su profesión con el amor de madre. “Los personajes tienen las tremendas herramientas que les da el psicoanálisis y las lucen para hacerse más daño […] se interpretan unas a otras, se dan en donde más les duele, donde más les lastima”.

“Creo que es ahí donde conectan las personas, en esta tremenda dificultad de relacionarnos y en esta manera en la que es tan fácil hacerle daño a las personas que más amamos”, añade Izquierdo.

La producción del montaje corre a cargo de las propias actrices, Alejandra Maldonado y Paola Izquierdo. “Emoé nos invitó finalmente como actrices y nosotras asumimos, por gusto, por voluntad y por amor la producción ejecutiva, la asistencia, la promoción […] El proyecto nos ha envuelto de una manera que nos es imposible no involucrarnos emocionalmente”.

Con más de 100 funciones, apunta Izquierdo, “el recibimiento del público ha sido algo que deseábamos, pero que no esperábamos y que nos ha sorprendido cada vez […] hemos tenido la grata sorpresa del lleno de público real”.

Después de presentarse en 1990 con un elenco de grandes actrices, conformado por Ana Ofelia Murguía, Margarita Sanz y Delia Casanova, De la Parra, Izquierdo y Maldonado buscan posicionarse una vez más con este drama. “Sra. Klein ya es un referente al montaje del maestro Margules con estas actrices icónicas de nuestra historia del teatro nacional […] Fue la verdad una osadía tremenda nuestra montar un clásico después de tener un antecedente de esta envergadura”.

Príncipe Ynocente. Con una nueva propuesta de teatro clásico, Fernando Villa y Fernando Memije han logrado llamar la atención del público. Con sólo dos actores en escena, ambos creadores presentan una versión contemporánea del texto de Lope de Vega. Esta versión “lo vuelve mucho más dinámico, mucho más divertido y la gente entiende desde otra perspectiva lo que es el teatro en verso”, señala Allan Flores, también director del montaje.

“Lo hacemos con el pretexto de que son dos presos encerrados injustamente en una celda -como no sucede casi- y ellos están representando toda la obra del Príncipe Inocente únicamente con los elementos que tienen en la celda”, detalla el director.

Desde 2014, el montaje ha tenido presencia en distintos festivales nacionales e internacionales, donde la respuesta del público apunta hacia la buena crítica. “La aceptación a nivel internacional ha ayudado para que el proyecto aún siga vigente”, señala Flores. Es así, que de manera independiente, la puesta en escena ha visitado distintos recintos de la ciudad como el Centro Cultural del Bosque, Casa Actum, Foro La Gruta, Teatro La Capilla, Carretera 45 y el Círculo Teatral.

“Los actores se han apropiado tanto del montaje que se vuelve sumamente rico el verlos en cada una de las funciones. Y que además, como es un proyecto gestado por nosotros mismos, aún más se nota el entusiasmo de los actores en escena”, expresa Flores.

Del montaje deriva la formación de la compañía EFE Tres, conformada por Fernando Villa, Fernando Memije y Allan Flores, quienes han traído al reparto del montaje figuras como Juan Carillo, Francisco Silva y Salvador Petrola. “El proyecto fue justo el detonador para crear esta compañía, que le apostamos al teatro clásico con una visión contemporánea”, afirma Allan.

La agrupación ha sido responsable de montajes como Qué con ¿Quique Quinto?, una propuesta de teatro cabaret, adaptada a la obra de Shakespeare, y dirigida al público infantil.

“Creo que la ventaja de Príncipe Ynocente es que tenía muchas cosas en contra y que a pesar de eso, ha sobrevivido.” Al respecto, Allan asegura que el llevar a escena una obra de Lope de Vega fue arriesgado, “la mayoría del público que paga, no está acostumbrado a ver teatro clásico y menos de una obra que –según registros de Google- nunca se había montado en ninguna parte del mundo. Entonces arriesgarnos con un texto de Lope de Vega que no tenía como un respaldo, creo que fue algo bastante gratificante”.

“Es un proyecto que afortunadamente no se quiere morir”, concluye.

¿¡¿Por qué no nos casamos?!?. Con una propuesta sobre las relaciones de pareja, Adrián Cué escribe ¿¡¿Por qué no nos casamos?!?, una obra que ha conmovido a su público, no sin antes divertirlo. “Creo que es una puesta en escena muy honesta que no pretende descubrir el hilo negro del amor en ningún sentido. Lo único que hace es reflejar las vivencias de toda la población, de lo que la gente sufre a través del amor”, detalla Cué en entrevista con el medio.

El actor lleva el montaje a escena a lado de Ana Pamela, Odette Dupeyrón y Rodrigo Cuevas, alternando el papel de los dos personajes. “(Los actores) le han impreso su sello particular y cada uno de los personajes tiene una personalidad bien diferente”.

Enfocado en un texto que conectara con la realidad del espectador, Cué nos cuenta cómo surge la idea “creo que fue más que nada una necesidad personal de hablar de una temática que sé que le conflictúa al ser humano, que es el amor, las relaciones y el no saber dirigirnos en una relación; de cómo nos perdemos dentro de los conflictos y los problemas que se repiten constantemente dentro de las parejas”.

En un escenario donde los dos protagonistas es lo único que importa, Ana Pamela y Adrián desarrollan una historia que “para le gente es sentarse y descubrirse en muchas de las experiencias que viven estos personajes, tanto a nivel personal, como experiencias cercanas, de familiares, conocidos, amigos. Y eso creo que le gusta mucho a la gente”, señala su autor.

Bajo una producción totalmente independiente, la obra se presentó por primera ocasión en el Centro Cultural Coyoacanense, y posteriormente visitó recintos como el Foro Sylvia Pasquel, el Teatro Xola y el Teatro NH, donde se presenta actualmente. “Yo escribí esta puesta en escena hace tres años y pues la verdad es que cuando me senté a escribirlo no me imaginé que fuera a tener el impacto que ha tenido”.

Asimismo, Cué nos comparte “si bien este no es, quizá el (proyecto) más grande, sí es uno de los más importantes para mí porque me define como artista, como escritor y como ser humano. Me da la oportunidad de expresar muchas cosas que quizá cuando trabajas para alguien más no tienes la oportunidad”.

Sucia y muy chingona historia de amor. En una adaptación del texto inglés Dirty Great Love Story, Ana González Bello y Manuel Calderón emprendieron en 2015 el proyecto Sucia y muy chingona historia de amor. Un texto que definitivamente se ha ganado las risas de muchos asistentes. “Ana y yo queríamos hacer comedia romántica porque nos gusta mucho”, apunta Calderón en entrevista.

A partir de sus propias experiencias, ambos creadores conciben un texto divertido, sucio y muy chingón. “Le metimos muchísimo de nuestra cosecha, me gusta decir que le metimos mano pornográficamente. Le metimos muchas experiencias nuestras y un poquito de nuestros amigos”.

“Fue una especie de colaboración creativa desde el principio en la que cada uno aportó muchísimo de sí mismo. Y sigue evolucionando porque seguimos metiendo cosas nuevas […] es una obra que se reinventa constantemente”, agrega Calderón, quien comparte la dirección del montaje con Aída del Río.

En escena, la dupla de actores convierte un escenario ambientado con elementos mínimos en un universo de fantasía donde tiene lugar una retorcida historia de amor. “A mí me gusta pensar que hacemos un teatro de puente, que está entre el teatro comercial y el teatro de propuesta, con lenguajes que la gente conoce, que le son familiares, pero también con una propuesta escénica interesante”.

Sobre la respuesta del público, Manuel apunta “jamás, jamás, jamás nos hubiéramos imaginado la respuesta que ha tenido la obra. Sí pensamos que les iba a gustar, pero no tanto […] No sabíamos que la gente iba a llenar toda la primera temporada, que un año y medio después íbamos a seguir en cartelera. No teníamos ni idea”.

A partir de este montaje, Manuel afirma que los frutos en su trayectoria comenzaron a surgir. “Sucia fue un parteaguas en mi carrera, a partir de ahí muchas puertas se me han abierto […] Significa también la consolidación de amistades, y además de importantes aliados”. Asimismo, es con este proyecto que Ana y Manuel toman una presencia importante dentro del quehacer teatral de la ciudad.

Más pequeños que el Guggenheim. De la autoría de Alejandro Ricaño, este montaje ha sido uno de los favoritos, y no sólo para el público, sino para su propio elenco, quienes en cada ocasión traen al público una propuesta distinta. “(La obra) se ha ido transformando a lo largo de estos años […] ya no es la obra que hicimos en su momento, es otra cosa. Y está bien, tiene otro ritmo, los actores se adueñaron completamente de la obra y de los personajes”.

En manos de Adrián Vázquez, Austin Morgan, Hamlet Ramírez y Miguel Corral, la puesta en escena continúa generando público con un texto inteligente que aborda la historia de cuatro amigos desempleados que buscan en el teatro una manera de aliviar su soledad.

Sobre su aceptación, Ricaño reconoce que el público ha conectado con esta comedia porque “es una obra de pequeñas escenas muy cotidianas con las que nos identificamos todos […] En términos escénicos tiene un discurso muy sencillo, es una obra muy legible, no hay alguien que no le entienda. No es un teatro elitista de autoconsumo, donde hay que tener cierto bagaje, referentes o cierta capacidades de traducir convenciones escénicas y demás”.

De acuerdo con su autor, el texto fue concebido en un momento social donde las redes sociales y los escenarios se vieron invadidos por temas de violencia. “Era un bálsamo, verdaderamente la obra en su momento fue un bálsamo para toda esta violencia con la que nos habían saturado. Y de pronto estaba esta obra tan simple, sobre cosas tan simples. La gente se reconoció en ella y salía de buenas del teatro”.

La obra fue publicada por la editorial Libros de Godot y por la Universidad Autónoma de Nuevo León, como parte del premio Premio Emilio Carballido 2008. En su trayectoria, la puesta ha sido representada en diversos teatros, entre ellos, Centro Cultural Helénico, Teatro Milán y el Foro Shakespeare.

Cabe señalar que el surgimiento de dicho montaje, significó para su creador el inicio de su carrera, “para mí representa un punto de partida, un punto decisivo en mi carrera. Qué representa en este momento, es un recuerdo muy bonito, yo procuré no quedarme enganchado de esa obra, pero también es difícil guardarla en el cajón y ponerle llave”.

Como se lee, la vida de los montajes puede sorprender hasta a sus propios creadores con momentos gratificantes, que con el paso del tiempo construyen lo que el día de mañana podrían ser los nuevos clásicos contemporáneos.

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