Por Luis Santillán/ Enrique Aguilar dirige La pura idea excita de David Gaitán, en su propuesta hay recursos vistos previamente en trabajos anteriores, sólo que ahora su eficacia no es tan contundente como en el pasado. Su montaje previo tuvo la colaboración directa de la dramaturgia para que la escena fuera construida con los elementos y lenguajes que Aguilar necesitaba, ahora, trabajar con un texto preexistente, un texto que tuvo un proceso independiente, hace que ciertas decisiones de dirección sean “curiosas”. El texto requiere de la desnudez como principio de confrontación, al principio entre la escena y el espectador; en el desarrollo, entre los personajes.
Aguilar usa el desnudo pero no lo desarrolla más allá de la propuesta del autor, es decir, ¿cuál es el discurso que el director apuntala a partir de lo que el texto ofrece? Ni siquiera queda el desnudo por el desnudo; incluso da la impresión de que ese motor del texto, se vuelve estorbo en la puesta en escena.
Con su texto, Gaitán plantea una serie de postales donde las relaciones de pareja tiene distintos matices a partir de juegos de seducción, por ende juegos de poder, donde las estrategias de los personajes se mueven en distintos terrenos, pero pasan por la carga erótica y sexual en algún momento. Esta obra la escribió el autor en un contexto que quizá ha tenido modificaciones, las premisas que alimentan la propuesta de Gaitán están muy enraizadas en lo que proponía y buscaba en ese momento; de ninguna manera se pretende decir que el texto se volvió anquilosado, sino que es necesario que haya una apropiación del discurso (para apoyarlo, contradecirlo, expandirlo, etcétera).
La propuesta de Aguilar no es tan legible como sus herramientas en escena. La primera postal que en texto apela a la desnudez de recurso para poner en primer plano a los actores y así iniciar la construcción de relato, en la puesta en escena se cubre para elevar la exposición a un cuadro estético donde la desnudez armoniza con el dispositivo. En la siguiente postal hay una secuencia física que hubieran tenido una fuerza y lectura mucho más provocativa si expandiera lo que el texto está proponiendo. En otra postal juega con una sustitución de objetos para enfatizar el juego, pero al mismo tiempo provoca texturas que convierten al conjunto en un collage con resultados no del todo contundentes.
Los recursos y herramientas de propuestas anteriores empleadas por Aguilar están en La pura idea excita, sin embargo no es palpable la comunión, por el contrario se sienten impuestas, establecidas a la fuerza en un texto (que si bien para algunos tiene toques de ingenuidad) es contundente con lo que propone.
Tamara Niño de Rivera y David Daniel son los actores; algo ocurre para que su trabajo no sea del todo óptimo, ya sea que la propuesta de dirección los limita en tanto las evoluciones físicas, ya sea que se les pidió no crear personajes más allá de la forma, pero en la suma todo queda en la superficie; si bien Niño de Rivera logra mejor construcción, no todos los bloques se sostiene.
Aguilera explora otro territorio, los resultados no son tan gratos, pero parte del proceso de creación implica no alcanzar los resultados esperados. Consulta precios y horarios de la obra, aquí.
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