Por Gina Fierro/ Fuera de lugar es una obra que a través de cuatro personajes expone la realidad que se vive dentro del medio del futbol, una realidad que pocos conocen y que se ve opacada por el negocio que representa el mismo deporte.

En entrevista para Cartelera de Teatro David Ostrosky, protagonista de esta historia, nos habla sobre su personaje, un promotor de jugadores que no está interesado realmente en el deporte, sino en el dinero. “No le importa el futbol […] el primer texto que dice ‘La Ostra’ (su personaje) -al principio no le dimos mucha importancia-, pero dice “estoy harto de los idiotas, pero esto es mejor que trabajar, mejor me hubiera dedicado a ser entrenador para quitarme de encima buscar mediocres’”, apunta.

Por su parte, Ricardo Rojas, productor en conjunto con Ostrosky, expone “uno de los temas más escabrosos que existen en el mundo del futbol es el punto de los representantes -llámese artísticos en nuestra situación actoral- pero aquí estamos hablando del representante deportivo, aquella persona oscura que te pide a cambio algo para valorarte y no como persona, sino para los intereses económicos. Hacia dónde puede llegar el muchacho (jugador) si él lo permite, y los valores de la persona hacia dónde van”.

A partir de este personaje, el autor, Hugo Alfredo Hinojosa, habla de un futbol manipulado por fuertes cantidades de dinero. “Hay un exceso de dinero bárbaro en el fútbol, y aquí sí me puedo remitir al futbol de México que la gente que no tiene dinero y quiere ser futbolista, de repente oye sueldos exorbitantes y hay unos codazos muy fuertes en las fuerzas básicas, hay mucha hambre y mucha avidez”, detalla Ostrosky.

Por otro lado, el autor aborda la vida de los jugadores, divididos entre los que están en ascenso como Eduardo “El Pitón” Campos, interpretado por Ricardo Rojas; y las estrellas del futbol como Otto “El muñeco” García, interpretado Julio Camejo. Dos personajes opuestos que se dejarán envolver por los intereses de los promotores, más que por sus sueños o talentos. Y finlamente, por medio de un cuarto personaje, Josué “El avestruz”, interpretado por Miguel Pizarro, Hinojosa habla sobre los jugadores fracasados, consumidos por el propio medio.

De esta manera, el balompié se convierte en un pretexto para hablar incluso de la realidad social. “Nosotros creemos que es tan difícil la cuestión del tejido social, que la gente es capaz de venderse por nada, en cualquier giro. Hay unos más inteligentes que se venden por un poco más, algunos por mucho más, pero hay quienes no; ya no hay nada qué perder, entonces me vendo”, señala Ostrosky.

Al abordar el tema del futbol, la obra no se dirige a un público conocedor, sino que a través de la experiencia de cada personaje, logra conectar con el espectador desde la parte humana. Al respecto, Ricardo Rojas opina, “Leía (la obra) y le decía a David, ‘estamos sacando notas muy fuertes que casi nadie las dice, las dirá el periodista José Ramón Fernández en ESPN o los grandes hombres que se arrojan, pero el teatro no’. Y nos encontramos con que (la obra) tiene comedia, y nos encontramos con que la gente se destornilla con eficacia en las butacas y eso es lo que me ha enamorado del texto”.

Conoce más sobre la obra, aquí.

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