Por Gina Fierro/ “El camino amarillo te lleva a la Peni” es la frase promocional de Mago Dioz, una obra presentada por la Compañía de Teatro Penitenciario. Caminar por este “camino amarillo” resulta en una experiencia estremecedora para el público que decide adentrarse al penal de máxima seguridad de Santa Martha Acatitla, donde el teatro también es posible. En un espacio escénico, ubicado al interior de la prisión, un grupo de internos ensayan para presentar, cada quince días, una obra abierta al público en general.

Disfrutar de una obra de teatro al interior de una prisión, es una de las actividades a las que hoy en día el público de la Ciudad de México tiene acceso. Para algunos podrá resultar difícil imaginar tal aventura, sin embargo, para los artistas de México llevar el teatro a lugares donde pareciera imposible, significa un compromiso social.

El teatro de impacto social en nuestro país se ha manifestado de distintas formas con iniciativas que se alejan de los teatros y se acercan a las zonas más vulnerables de la ciudad, buscando con ello sanar el tejido social. En el teatro mexicano, son diversos los creadores que se han preocupado por el teatro de carácter social, siendo Itari Marta y Daniel Giménez Cacho dos de los más representativos. En exclusiva para Cartelera de Teatro, ambos nos cuentan sobre sus proyectos.

Teatro Penitenciario

t_penitenciario_1En el 2009, la actriz y productora Itari Marta decide contribuir a la reconstrucción del tejido social a través del arte escénico, formando la Compañía de Teatro Penitenciario al interior del Centro de Rehabilitación Social Varonil Santa Martha Acatitla.

En una labor que le implicó relacionarse con personas sentenciadas por cualquier tipo de crimen, Itari encontró una posibilidad de sanar una sociedad fracturada por el resentimiento social, así como incorporar nuevos ciudadanos movidos por el interés hacia el arte. “Es un teatro que está pensado para un público que necesita ser transformado”, detalla la actriz para el medio.

“Está el interés de llevar teatro a lugares o a espectadores que ni el Estado ni los teatreros tenemos dentro de nuestro panorama que es el teatro con una visión social”

teatro-peniEn entrevista, Itari Marta expone que su interés por generar un teatro de impacto social surge de la necesidad de “pensar en un espectador que no necesariamente le gusta el teatro o que no recibe teatro”. Y añade, “yo como teatrera (me cuestioné) cómo puedo tener contacto o acercamiento a temas o a formas de crear, que se acerquen más al espectador, más a la verdad escénica que a la pretensión, hedonismo o egocentrismo del teatrero”.

Los esfuerzos de la actriz se han reflejado en la reinserción de ex convictos que actualmente laboran en El 77 Centro Cultural Autogestivo, espacio fundado como parte de los proyectos del Foro Shakespeare, el cual es dirigido por Itari Marta y Bruno Bichir. Hoy en día, son 5 las personas que cumplieron una sentencia por crimen y que ahora organizan cursos, talleres, exposiciones, eventos y forman parte de una Compañía de Teatro Penitenciario (externo), responsable de la cartelera de El 77.

En entrevista para nuestro medio, Israel, quien cumplió una sentencia en Santa Martha Acatitla y que hoy en día cuenta con un empleo fijo en El 77, nos comparte “nos dimos cuenta que (a través del teatro) podíamos ir modificando nuestra propia conducta”.

ricardo-iiiIsrael expresa que al hacer teatro encontró “la necesidad de sentir esta libertad de expresión y poder hacer y decir, sin limitarme. Eso me dio la oportunidad de ir empezando a expresarme, sin limitarme, sin prejuzgarme”. Asimismo, el entrevistado afirma que fue a través del teatro que abrió un canal de comunicación más entre los reos con los que convivió en algún momento, dándole la oportunidad de “expresarle algo a otro ser humano que estaba en las mismas circunstancias que yo, en la cárcel […] Por medio del teatro podía decirle que hay una nueva oportunidad de vida”.

t_penitenciario_2Por otro lado, la compañía de Teatro Penitenciario (conformada por internos) ofrece quincenalmente a los asistentes un repertorio de tres obras distintas: Mago Dioz, Ricardo III y Cabaret pánico. Las funciones que se presentan al interior de la prisión, con un aforo que varía entre los 100 y 60 espectadores, les permite a los internos -además de invertir su tiempo en otro tipo de actividades- tener un ingreso económico.

Uno de los proyectos más recientes de la compañía es “Tepitour”, el cual consiste en una gira por distintos espacios culturales del barrio de Tepito. Este mes, la agrupación presenta las puestas en escena Guerra en proceso y La mordida, las cuales ofrecerán funciones en Martes de Arte, Casablanca, La Fortaleza y Palomares. Consulta la cartelera, aquí.

Hasta la fecha, el trabajo de la compañía, a través del espacio El 77 -fundado en noviembre de 2015-, se ha reflejado en 4,596 visitantes, 172 eventos realizados, 37 talleres (en los que se han invertido 550.5 horas), 15 obras presentadas, 40 obras producidas, 21 conciertos y 27 conversatorios.

Safari Tepito

gimenez_cacho3A cargo de Daniel Giménez Cacho, en 2013 se desarrolló Safari Tepito, un proyecto de teatro urbano que permite a la comunidad teatral convivir con los habitantes de los “barrios bravos” de la ciudad. El proyecto, creado originalmente por la holandesa Adelheid Roosen, Wiksafari, consiste en que algunos habitantes de estos barrios den hospedaje, en su hogares, a actores profesionales. De esta convivencia, resulta una puesta en escena que tiene lugar en algún punto del zona.

Giménez Cacho, quien convivió con una mujer rarámuri en una colonia tarahumara en Ciudad Juárez, nos comparte que penetrar a estas comunidades y romper las barreras ideológicas resulta complicado. “No fue nada fácil, porque efectivamente se arrastra mucha historia negra (de racismo y discriminación) que tuvimos que hacer a un lado para encontrarnos como personas. Fue un proceso lento y delicado de tirar tanto prejuicio y tanta barrera”.

“Conoces cómo es la vida en el barrio”

1-2-gimenezz-cachoEl proyecto Safari ha tenido presencia en algunos puntos rojos de violencia y crimen del país como lo son Tepito y Ciudad Juárez, donde un grupo de actores, entre ellos Norma Angélica, Mónica del Carmen, Noé Hernández, Úrsula Pruneda, Patricia Ortiz y Adelheid Roosen, se han adentrado en los hogares y las costumbres de los habitantes de las zonas más marginadas del país.

“El Safari es una manera de ir al encuentro de la gente, pero muy profundo, porque vives primero 15 días (en sus hogares) y luego se produce un texto que se ensaya en la casa de la gente de ahí, y luego se dan las funciones adentro de la casa”.

De acuerdo con Giménez Cacho, quien ha participado como director, productor y actor del proyecto, la convivencia dentro de estos barrios se refleja en una experiencia enriquecedora para el actor, así como en un cambio en las ideas que se tienen hacia los barrios y su gente. “Estás mucho tiempo conviviendo y te da oportunidad de realmente conocer a fondo cómo es la vida, cómo es la gente, cuáles son sus ilusiones, sus sueños, sus alegrías, sus tristezas y sus relaciones con la comunidad”.

gimenez2Por otro lado, el actor apunta que el proyecto da como resultado un empoderamiento en los habitantes “de decir yo soy esta persona, existo, tengo estos sueños y estos deseos”. Y agrega “la gente que participa (en los proyectos) hace mucha conciencia de quiénes son, de cómo hablan, de cómo son vistos y de cómo se ven a sí mismos. Hay un proceso de concientizar”.

Y acentúa “este proyecto es para que las personas se acerquen como seres humanos en lo que tenemos de común, que luego dejamos de ver por justamente tantas ideologías, religiones, culturas. Dejamos de ver que en el fondo somos seres humanos que tenemos mucho en común”.

El verdadero impacto del teatro

Dado que el teatro de carácter social está relacionado con las problemáticas mismas de una sociedad, nuestro teatro -en México- está ampliamente ligado a la violencia y al crimen. Es aquí, donde resulta importante acercar el arte a los protagonistas de estos dos conceptos para que el teatro realmente cumpla su función social.

“Alguien que comete un crimen, lo comete porque no imagina que hay otro mundo posible”

itari-martaLa actriz Itari Marta señala que es a través del teatro que una persona puede cambiar su forma de pensar y de vivir, incluso un criminal. “(Que alguien cometa un crimen) tiene que ver con la visión del mundo, y una cosa que a fuerza hace el teatro es que te invita a imaginar otro mundo posible”. Asimismo, Itari subraya “es importante que la gente que comete un crimen sepa que su forma de vivir, o la vida como él la ve, puede ser diferente”.

Israel, quien lleva cinco años laborando en el teatro después de cumplir una sentencia de 18 años por crimen, expresa “el teatro me ha dado la oportunidad de hacerme responsable de mi propia violencia, tanto de mi propia libertad. Hay una transformación […] y también hay una reconciliación social de nosotros mismos que empezamos a entendernos y a entender lo que sucede en nuestra sociedad”.

Por su parte, Giménez Cacho habla sobre el efecto en el público a través del teatro social, que repercute en “cómo cambiamos la manera de mirar, o sea todo el público que asiste tiene un proceso también de cambiar su mirada, de ver estos barrios tradicionalmente marginados y entender las vidas. Entender el trabajo que hacen para resistir la violencia, la estigmatización, la criminalización; todas las organizaciones que se hacen para fortalecer la comunidad”.

Sin prejuicios

teatro_peni_fbLas propuestas del teatro social podrían resultar poco atractivas para algunos, sin embargo, formar parte de estos proyectos como público asistente podría significar en un futuro un cambio sustancial. “Los prejuicios están causando una polarización que está causando violencia. El hecho de que tú discrimines, genera resentimiento, genera un abismo cultural y, por lo tanto, genera violencia; porque si hay resentimiento, hay violencia”, enfatiza Itari Marta.

Sea cual sea la vía y la forma que tome el teatro de carácter social, éste buscará transformar lo que se ha deteriorado por la ausencia de aquello que nos hace ser humanos como la sensibilidad, quizá; empatía, afecto y tolerancia. De esta manera el teatro, a través de distintas actividades, ha creado eslabones de reconstrucción social.

“No se trata de aplaudirle a un delincuente, se trata de reconocernos como humanos y, por lo tanto, no tener un motivo por el cual odiarte o por el cual resentirme contigo”.

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