Por Luis Santillán / Diana Son escribe Stop Kiss, un texto construido con dos líneas temporales que abordan una misma línea anecdótica; en la primera línea se establecen los antecedentes y sucesos que une a Callie y Sara hasta llegar a la agresión en el parque; en la segunda, se desarrolla lo que motivó el ataque y cómo las consecuencias del mismo harán que los personajes cercanos a Sara se confronten. La estructura enlaza las líneas una a una, factor que debilita la propuesta porque se genera un vaivén en la narrativa del relato, sin embargo, su fortaleza radica en que la información permite que sea gradual la construcción del rompecabezas.
Es un texto que a partir de un acontecimiento casual se eleva en cuanto al desarrollo, no hay un desequilibrio en las motivaciones ni en los discursos, de tal manera que hace una exposición de la temática, pero centra la creación en las acciones de los personajes.
La dirección es de Sebastián Sánchez Amunátegui, su mayor acierto radica en encausar al elenco para que el trabajo en escena, a partir de una aparente ligereza, mantenga de manera orgánica la visión de intimidad. Da la impresión de que Claudia Nin –quien personifica a Callie- y Alondra Pavón –quien personifica a Sara- hacen una apropiación del texto y eso permite que la construcción de personajes adquiera una “naturalidad” que encausa el desarrollo de la relación entre ambos personajes; pareciera que Sánchez Amunátegui observa la propuesta de ellas y las va encausando, equilibrando dentro del conjunto y la visión global. Los momentos donde Mercedes Olea está en escena son sumamente gratificantes.
Sánchez Amunátegui vuelve hacer mancuerna con Tareke Ortiz, quien hace el diseño sonoro y la música original, sólo que en esta ocasión la labor de Ortiz es más discreta que en su colaboración anterior (Nerium Park). Mauricio Ascencio crea el diseño del vestuario, la propuesta cromática funciona para establecer las líneas temporales, las acciones que afectan a los personajes centrales se ven plasmadas en la textura y color de quienes están en su universo, de tal manera que su propuesta es sutil, pero sumamente eficaz.
Lo que debilita la propuesta es el diseño escenográfico de Xochitl González, quizá –en absoluta especulación- la escenografía llegó muy tarde y no hubo forma de que el trazo y las dinámicas de acción de los personajes lograran sumarla.
Stop Kiss de Diana Son bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui es una propuesta que provoca la reflexión sobre la intolerancia, expone que aun en las ciudades más cosmopolitas la intolerancia es una amenaza, y lo hace con un trabajo de calidad y buena manufactura. Consulta precios y horarios de la obra, aquí.
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