Por Gina Fierro/ En esta puesta en escena el autor nos comparte un poco sobre él, Michael Tremblay utiliza una figura importante en su historia, fundamental en la vida de cualquier espectador, la madre. Titulada Mamá por siempre, la obra es un viaje entre las distintas etapas de un hijo con su madre. Protagonizada por dos grandes de la actuación, Rebecca Jones y Manuel Ojeda, el montaje despierta en el público aquellos recuerdos imborrables que la presencia de esta mujer deja en cada persona.
Bajo la dirección de Manuel González Gil, ambos actores interactuán en escena con el mínimo de elementos escenográficos para contar las anécdotas de una madre, Ana, con su hijo menor, Miguel, las cuales se mueven a través de las diferentes edades de los personajes y que representan, en cada momento, la mirada de un hijo hacia su mamá.
Con la presencia impecable de Rebecca Jones, el personaje de Ana cobra vida como una mujer inquieta, desinhibida y siempre amiga de su hijo. Por su parte, Manuel Ojeda se enfrenta con un reto importante al interpretar a un personaje en constante cambio, no sólo por la diferencia de edades, sino por el paso de una personalidad a otra y todo lo que esto conlleva. El actor escenifica a un pequeño niño de once años, hasta llegar a ser adulto, tal desafío se ve resuelto por el talento y experiencia de Ojeda con singular naturalidad, sin caer en el cliché que cada personaje sugiere según su edad. Juntos, esta dupla de actores regresa a escena, después de una prolongada pausa, para demostrar que el escenario es suyo.
En esta comedia con tintes de drama, madre e hijo entretejen una fuerte relación en la que con el paso del tiempo ambos intercalan papeles, uno es el maestro y el otro el aprendiz, en la lectura, en el teatro y en la vida. Ambos comparten sus gustos, intercambian sus conocimientos, opiniones y sobre cualquier diferencia o hecho, saben que “ese algo” los mantendrá unidos.
Por supuesto que si la obra habla sobre el autor, es porque toca el tema del teatro. Desde su papel de escritor, conocemos al protagonista y su gusto por los libros y la creación de historias, un mundo que poco a poco comparte con su madre, quien supone algo acerca del medio teatral.
Mamá por siempre es una creación más del productor Sergio Gabriel y el director argentino Manuel González Gil, quienes en esta ocasión eligen a un reparto potencial en escena y un texto conmovedor, imposible de no aplaudir. Con Jones estelarizando el montaje, Gabriel y Gil recuerdan el primer lanzamiento que juntos presentaron hace cuatro años en el Teatro Jorge Negrete, Filomena Marturano, una obra de Eduardo de Filippo donde Rebbeca compartió escenario con Juan Ferrara.
Presentándose anteriormente con gran éxito en Madrid, Barcelona y Buenos Aires -siempre bajo la dirección de González Gil- y titulada Por el placer de volverla a ver, ahora llega a México Mamá por siempre, una obra entrañable que recordará a los espectadores que no hay amor igual que el de una mamá.
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