Por Itaí Cruz/ Conmemorar el amor hacia los padres una vez al año se ha convertido en algo habitual en nuestro tiempo. Y aunque la mayoría de los países latinoamericanos lo festejamos el tercer domingo de junio, la tradición católica europea celebra el Día del Padre el 19 de marzo, día de San José, padre de Jesús.
Tal como ocurre con el Día de la Madre, esta festividad no tiene un origen comercial tal, ya que la idea surgió con otra intención. En Estados Unidos, la señora Sonora Smart Dodd, oriunda de Washington, quien quería de alguna manera reconocer a su padre por haberse hecho cargo de ella y todos sus hermanos al morir su madre, propuso en 1909 esta celebración. Pero fue hasta el 19 de junio de 1910 en Spokane, Washington, cuando se festejó por primera vez el Día del Padre.
Años más tarde, el presidente Calvin Coolidge apoyó la idea y convirtió el Día del Padre en una celebración nacional. Y en 1966, el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación presidencial que declaraba el tercer domingo de junio como Día del Padre en Estados Unidos. Paulatinamente, la mayoría de países del continente americano se sumaron también a dicho festejo.
Este 19 de junio, le damos la importancia a los padres dentro del teatro. A continuación, te traemos un recuento de aquellos que han marcado el mundo de los escenarios.
Edipo Rey. Considerada la obra maestra de Sófocles, algunos ubican su creación años posteriores al 430 a.C. La obra nos presenta a Edipo en su momento de mayor esplendor, como rey de Tebas y esposo de Yocasta. Para salvar a la ciudad comienza a investigar la muerte del rey anterior: Layo (su padre). Sin embargo, al ir descubriendo la verdad, Edipo se da cuenta de qu e´l es el asesino que busca. Ante este trágica revelación, Yocasta, su esposa (quien es al mismo tiempo su madre) se suicida y Edipo, tras cegarse a sí mismo, pide a su cuñado Creonte que le deje partir al destierro y se quede con sus dos hijas, ya que sus dos hijos son hombres y sabrán cómo actuar. Sin duda, estos terribles personajes sufren las consecuencias del destino, aunque intentan evitar su desgracia, las profesías terminan por cumplirse.
Rey Lear. Es una de las principales tragedias de William Shakespeare, escrita entre 1605-1606 y representada en 1606. Nos muestra un reino dividido por la codicia y la avaricia, familias separadas por envidia y celos, a través de tres hermanas que con su personalidad crean en su padre conflictos mentales que lo llevan al delirio, pero también a la cordura. Es la historia del rey Lear, con el fin de poder vivir tranquilo sus últimos días, decide dejar su reino a sus tres hijas, para ello, las que somete a una prueba. Sin embargo, la vida le da una terrible lección como resultado de sus malos juicios, ya que pronto se sentirá amenazado por dos de ellas y sólo Cordelia, a quien el rey desprecia, es la única que muestra un verdadero y desprendido amor hacia su padre.
Los miserables. Escrita por Víctor Hugo y publicada en 1862. De acuerdo con el escritor, el personaje principal está inspirado en un criminal francés de nombre Vidocq de aquella época. Dentro de la obra, Jean Valjean se vuelve el padre adoptivo de Cosette, una niña huérfana a la que salva de ser maltratada. Como resultado, Jen Valjean se convierte en el personaje más ejemplar y moral de la novela: un hombre honesto y un padre tan dedicado a Cosette que está dispuesto a dar su vida con tal de que ella pueden encontrar la felicidad con el hombre que ama.
Muerte de un viajante. Escrita por Arthur Miller en 1949 y con la cual obtuvo diversos reconocimientos, entre los que destacan, el Premio Pulitzer el mismo año de su estreno. Es la historia de Willy Loman, un viajante y vendedor de profesión de 63 años, un hombre fracasado y obsesionado por alcanzar el éxito, devoción fanática que impone a sus hijos. Willy es despedido por su edad y a partir de ese momento, todo en su vida se comienza a desmoronar. Un relato amargo de un individuo sin muchas luces que se enfrenta a una vejez que no fue como la imaginó.
La gata sobre el tejado de zinc. Una de las obras más conocidas de Williams que ganó el Premio Pulitzer en 1955. Es la historia de una familia sureña en crisis que se reúne para festejar el cumpleaños y regresó del hospital del patriarca, Papá Grande, (el hombre más rico de la región). Sin embargo, Papá Grande, desconoce que sus días están contados, por lo que durante la velada se hacen presentes los conflictos que aquejan a esta familia. Aunque enfatiza en la relación entre uno de sus hijos, “Brick” y su esposa, Maggie, alias la gata.
Matar a un ruiseñor. En este clásico de Harper Lee, establecido en la década de 1930 en Alabama segregado racialmente, Atticus Finch enseña a sus dos hijos, explorador y Jem, de la importancia de respetar a cada individuo, independientemente de su color de piel o condición socioeconómica. Atticus, un viudo, se mantiene fiel a sus principios, aun cuando el hacerlo significa enfrentar el ostracismo social y amenazas directas. Es difícil no estar inspirado por Atticus Finch y su tranquila, humilde marca de integridad y resistencia. Por lo que, el nombre de Atticus Finch bien podría ser sinónimo de “el papá más grande del mundo.”