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MEJOR NO CONTESTES: Realidad que subyuga al espectador



Fotos: Pili Pala

Por Roberto Sosa/ Los personajes viven en una ciudad sucia y ruidosa; es septiembre llueve mucho: “si el tiempo no mejora, me voy a matar…” En la entrada a su departamento, Ana encuentra una vez más, caca de perro. En la sala ve la televisión, Gabriel –su marido- le prepara un sándwich, no tolera el jitomate y lo escupe: “tampoco somos felices”. Gabriel tiene una madre posesiva, continuamente le habla por teléfono para quejarse de todo y de todos.

Gabriel es hermano de Sofía y Julio, los dos con problemas de alcoholismo. Ella está casada y su marido la golpea; Julio vive solo, en el alcohol evade la realidad. En sus delirios entrevé a su madre girar dentro de la lavadora. Sofía y Julio ven en Gabriel la tabla de salvación que los mantendrá a flote; los dos piensan resolver sus problemas con dinero, que Gabriel apoquina.

La de ellos es una “familia veneno”, pretenden ser normales, pero no pueden, quieren vivir felices pero no lo logran. Para la madre no hay lugar en donde pueda establecerse, se muda de casa, como se muda las pantaletas. Sofía trabaja metida en la botarga de una conejita, ofreciendo trocitos de gelatina al público. Julio perdió esposa y trabajo, cree que con cinco mil pesos, su vida se resuelve.

Mejor no contestes, le dice su esposa a Gabriel. La dramaturgia es de Naolli Eguiarte, Alejandro García y Emmanuel Varela, a partir del mundo de Raymond Carver. El texto es oscuro, como lo es la obra de este escritor norteamericano, adscrito al llamado realismo sucio. Carver vivió de cerca el alcoholismo, su padre y él lo padecieron; la obra refleja en los personajes, la enfermedad. El realismo que imprime en la pieza, es contundente.

La escenografía se divide en sala, comedor, recámara y baño; se fragmenta como lo están emocionalmente los personajes. Las imágenes que vislumbran, son delirantes, como salidas del inconsciente, deprimentes. Mejor no contestes, mejor te sales a beber o a suicidarte. La obra nos descompone, no se disfruta –mi opinión- y duele. El tono de la obra podría ser el drama, no obstante lo realmente dramático es la realidad que termina por subyugar al espectador.

Esto se logra a través del buen desempeño de los actores; la labor de quien encarna a estos seres delirantes, debe ser apropiada… y lo es. Actúan: Diana Sedano, magnífica en los dos personajes, Ana y la madre; Ricardo Rodríguez es Gabriel, un hombre que carga con los problemas económicos y existenciales de su familia; Natalia Goded e Isaac Pérez Calzada, los hermanos enfermos, trastornados, incapaces de solucionar sus problemas y Ramiro Galeana, sorprendente, se desdobla con su interpretación de Julián –esposo de Sofía- y El conejo.

La dirección de Emmanuel Varela me parece interesante, no es nada sencillo abordar un texto como este; él participa en la elaboración de la dramaturgia y esto le da una visión exacta de lo que quiere expresar y cómo hacerlo desde el escenario. La obra la inicia de forma mesurada y culmina en la cima emocional de actores y asistentes. Buen trabajo sin duda, consulta precios y horarios de la obra aquí.

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2 comentarios sobre “MEJOR NO CONTESTES: Realidad que subyuga al espectador

  1. QUE ES ESTO? QUE TIENE DE EXCELENTE UNA RESEÑA QUE TE DA SU OPINIÓN? QUE TE DICE QUE “EL DRAMA” ES UN TONO. ESTA LLENA DE ADULACIONES VACIAS Y CANTINFLEOS
    LA OBRA ES BUENÍSIMA

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