“Somos de la misma sustancia de que están hechos los sueños, y nuestra breve vida está rodeada de un sueño” (IV, esc. 1).
Por Itai Cruz/ Un día como hoy, pero de 1611, se publica y es representada por primera vez la comedia romántica La Tempestad, de William Shakespeare en el Whitehall Palace de Londres, Inglaterra. Esta pieza contiene uno de los argumentos shakesperianos más complejos, al contrastar la traición, la sed de poder y venganza con una atmósfera mitológica.
Este drama en cinco actos, en verso y prosa, se publicó en el in-folio de 1623, donde precede a todas las demás piezas. Escrito al final de su carrera, Shakespeare utiliza lo sobrenatural, recurriendo al mundo maravilloso de los elfos y de las hadas, fundiendo admirablemente sus acciones con aventuras humanas, con lo que éstas ganan en donosura y profundidad.
Próspero, duque legítimo de Milán, ha sido expulsado de su posición por su hermano y se encuentra en una isla desierta tras naufragar su buque. La obra comienza con una fuerte tormenta, desatada por Ariel (a mandato de Próspero), cuando adivina que su hermano Antonio viaja en un buque cerca de la isla en la que se encuentra. En ella, Próspero cuenta con la compañía de su hija Miranda y descansa con sus numerosos libros dedicándose al estudio y el conocimiento de la Magia. Próspero entra en contacto con espíritus como Ariel. Con su ayuda, desde el caos y la locura, Próspero tejerá un encantamiento que le permitirá iniciar su venganza. Al final Próspero renunciará a su magia perdonando a sus enemigos y permitiendo el matrimonio entre su hija Miranda y Fernando.
Después de Hamlet, La tempestad es el drama shakesperiano que ha dado más amplio pábulo a hipótesis e interpretaciones. En ciertos momentos, en las poesías de Ariel y en las palabras de Próspero, por boca de sus personajes, se dirige al mundo y expresa su concepto de la vida. De esta manera, La tempestad es considerado como el más personal de sus dramas y parece reflejar a veces el pensamiento más profundo del dramaturgo.
Lo más reciente
En 2012, el primer actor, Ignacio López Tarso realizó una temporada, bajo la dirección de Salvador Garcini en el Centro Cultural San Ángel, luego de que el teatro que lleva su nombre fuera remodelado.
Por su parte, la Royal Shakespeare Company presentará a partir del 8 de noviembre un montaje dirigido por Gregory Doran, en colaboración con Intel y The Imaginarium Studios. La producción, que ha estado en desarrollo desde septiembre de 2015, tiene el objetivo de romper nuevos límites como la primera captura de actuación en movimiento que aparecerá en una obra clásica.
El actor Mark Quartley quien interpretará a Ariel, lo hará con un traje de captura en movimiento, lo que permitirá una proyección de sus movimientos que serán vistos por la audiciencia, como si el personaje de Ariel fuera un avatar.
Por lo que se convertirá en una experiencia teatral inolvidable, que atraerá a las nuevas generaciones de espectadores al mundo de Shakespeare.
