• “No hay compañía con ese modelo, con esa estructura presupuestal, entonces me da la sensanción de que hacia afuera se está siendo injustos con quien no lo tiene. Me parece en este punto en particular que la búsqueda sería generar más espacios con esas condiciones”: David Gaitán.
  • “Quizá el formato, sobre todo al principio del surgimiento de la compañía, el formato de tipo de producción tan espectacular, quizá sería lo que sería más cuestionable en función de un país con tanta dificultad de recursos hacia los otros sectores del teatro”: David Olguín.
  • “Hay un grupo importante de creadores que ven precisamente una compañía todavía diseñada con los modelos decimonónicos, de ser centralista, […] este concepto, no solamente elitista sino realmente ya no contemporáneo de la diversidad de lo que es el teatro”: Fernando de Ita.
  • “El error furibundo es no dialogar con una comunidad artística muy amplia, plural, de la cual, creo que no tiene noticia Luis de Tavira. No interesarse por la creación y renovación de públicos. Ofrecer poquísima transparencia respecto a los costos de las producciones”: Enrique Olmos.
  • “Nunca va a haber para todos, siempre va a haber injusticias y van a haber unos beneficiados y otros no, aquí el problema radica, yo siento, principalmente en la falta de discusión y de reflexión sobre qué debería significar una compañía nacional en México”: Alejandra Serrano.

Por Gina Fierro/ Actualmente existen diversas críticas hacia lo que representa la Compañía Nacional de Teatro, con ellas la comunidad teatral deja entrever que el carácter nacional de la compañía se percibe como ajeno. Lo que deriva en distintos cuestionamientos como: ¿Quién decide a quién se beneficia? ¿Los apoyos se han concentrado en un grupo de creadores? ¿En qué beneficia la existencia de la CNT a los grupos actuales de artistas escénicos en el país? ¿La CNT limita la presencia de otras organizaciones artísticas? ¿Cuál es alcance que tiene hacia los públicos? ¿Qué le da el carácter nacional?

Estas dudas, que arrastran en ocasiones inconformidades, surgen cuando la situación del arte teatral en México se ve fracturada ante una falta de solvencia por parte del Estado; todo ello se incrementa ante la existencia de una compañía nacional que goza de una salud económica y estructura excepcionales.

Hablar sobre la CNT, es hablar de un tema social que impacta en el quehacer cultural del país y que repercute, en mayor o menor medida, en lo que se entiende hoy por teatro mexicano. Su historia ha significado una lucha de distintos representantes del medio por democratizar la cultura, el teatro en particular, así como una lucha eterna por contar con las mejores condiciones económicas.

La CNT a través del tiempo

La historia de la compañía la desglosa Patricia Chavero en la Revista Paso de Gato (Núm. 49,  Abril-junio, 2012 ) en un artículo titulado “Un caso de transformación y resistencia en el contexto de intervención pública en materia cultural. A partir de dicha publicación que rescatamos puntos importantes de su historia.

La Compañía Nacional de Teatro surge a principios de la década de los 70, momento en el que nacen las compañías nacionales de teatro, danza y ópera. Por iniciativa de Héctor Azar, la CNT fue fundada en 1972, convirtiéndose en uno de los organismos más importantes de la política pública en materia teatral, siendo, desde entonces, el Estado su principal benefactor.

El proyecto surge como un impulso a la creación e investigación de las artes escénicas, así como una necesidad de llevar la profesionalización del teatro a un nivel que pudiera distinguirse de lo que hoy conocemos como teatro comercial. Los primeros esfuerzos de la compañía se enfocan en la consolidación de la dramaturgia nacional, incluyendo posteriormente la dramaturgia universal, un aspecto que hasta la fecha caracteriza su repertorio.

Y fue durante el periodo del presidente José López Portillo (1976-1982) que la compañía se consolida como institución teatral estable al oficializar su creación mediante decreto presidencial, publicado en julio de 1977. Todo esto ocurre dentro de un ambiente político de particular sostén por parte del gobierno.

El origen de la CNT trae consigo el surgimiento de distintos organismos y programas que impulsaron la cultura del país. Una de las instancias más importantes es el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta, hoy Secretaría de Cultura) -creado por decreto presidencial en 1988, desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública-.

Subvencionada por el INBA, la producción teatral se valió de recursos públicos y privados para la realización de sus propuestas artísticas, construyendo un modelo de coproducción. Sin embargo, bajo este esquema, en 2002 se plantea la posibilidad de desaparecer la compañía, y en un intento de resurrección José Caballero es nombrado director artístico de la agrupación, la cual tomó como sede el Teatro Julio Castillo con un presupuesto de tres millones de pesos otorgado por el INBA.

Bajo distintas formas de organización, administración y producción, la estructura de la compañía se vio forzada a encontrar un modelo que le diera identidad, con una sede y un estilo que le diera estabilidad.

En búsqueda de una reestructuración que dotara de un cuerpo directivo y proporcionara una identidad estética a la compañía, en 2008 Sergio Vela, presidente de Conaculta (2006-2008), encomienda la dirección de la compañía a Luis de Tavira. En la publicación Un proyecto de Compañía Nacional de Teatro para México, 2010, Luis de Tavira describe este nuevo proyecto como “una institución patrimonial de la cultura mexicana”; “un proyecto fundado en sólidos cimientos y destinado a perdurar, crecer y desarrollarse más allá de coyunturas políticas de la administración pública”; así como “un proyecto que sea de todos: artistas teatrales y sociedad”; “una institución artística pública”.

De acuerdo con la publicación de Patricia Chavero, este modelo se compuso de un área artística, técnica y administrativa, donde laboran 33 personas, 14 de ellas de forma estable; asimismo, se considera la participación de un director residente y 18 técnicos eventuales. El modelo se caracteriza por la formación de una compañía estable, y por la cual se conoce actualmente la CNT.

El funcionamiento de la compañía actualmente es posible gracias al presupuesto otorgado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), que a través de una convocatoria abierta ofrece 47 becas destinadas a conformar el elenco estable y 6 becas para coordinadores de talleres. Con un total de presupuesto, hasta el 2012, de 16 millones de pesos anuales.

De acuerdo a información obtenida a través de una solicitud de acceso a información pública, el presupuesto actual se estima en 18 millones de pesos anuales. Sobre esta cifra, Enrique Olmos publica en su blog personal, en un artículo titulado “Propuesta para el nuevo modelo de (co)producción de la Compañía Nacional de Teatro”, una tabla de impacto social y gastos aproximados (http://purodrama.blogspot.mx/2016/10/propuesta-para-el-nuevo-modelo-de.html).

De acuerdo a la información obtenida en Transparencia, las cifras sobre las aportaciones del gobierno federal a través de cualquier instancia del INBA arrojan que  en el último año $953,520.00 fueron destinados a Honorarios de Dirección Artística; $993,480.00, a Honorarios Personal Administrativo; $0.00 para actores –ya que estos cuentan con una beca otorgada por el Fonca-; $348,000, a creativos; y $438,480.00, de Egreso en Difusión.

Con ello, la compañía ha construido circuitos de coproducción, con presencia en las actividades más importantes de teatro en el país, que también le han dado presencia en el extranjero. Hasta la fecha, el quehacer artístico de la agrupación es indiscutible teniendo como referentes grandes proyectos y un elenco de primera calidad.

Una nueva dirección

De acuerdo con todas las características que conforman la CNT, y considerando las necesidades económicas, sociales y culturales de la comunidad artística del país, queda claro que los puntos a tratar para que una compañía nacional se apegue, represente y atienda las necesidades del teatro en México son parte de un gran debate.

Ante el cambio de dirección de la CNT, la cual ocupará Enrique Singer a principios del próximo año, la oportunidad de un nuevo orden se vislumbra, el cual quizá pueda modificar el esquema actual y resignificar su carácter nacional. “Creo que hay que cuestionarnos lo qué significa exactamente lo nacional”, apunta Enrique Singer en entrevista para Cartelera de Teatro.

Sobre las acciones que tomará después de la salida de Luis de Tavira, el director propone realizar un diagnóstico al interior de la compañía, “el grupo de actores es de primera, el equipo de producción está muy bien, ha viajado por distintos lugares, y creo que tiene que ligarse un poquito más con las comunidades teatrales a las que llegue, tiene que dialogar más en términos nacionales”.

El futuro director confiesa que desconoce el total funcionamiento de la CNT. Sin embargo, dentro de los puntos a revisar, Singer pone especial énfasis en fomentar la presencia de la compañía con el público. “Debe de ser mayor de la que tiene. Siento que hay que seguir utilizando el repertorio, pero debe haber más opciones. Siento que el teatro para niños y para jóvenes hay que atenderlo también, es decir, que la compañía pueda trabajar con la comunidad que hace este tipo de teatro”.

Asimismo, señala la implementación de actividades pedagógicas, “más allá de las representaciones teatrales, es importante porque una compañía no nada más es necesariamente una casa productora de teatro, sino también es difusora del arte teatral para los jóvenes”.
Dentro de distintas líneas de trabajo, el nuevo director propone “en primer lugar, tener una presencia mayor en los estados y con el repertorio más organizado; la otra de ellas es coproducir, es decir, trabajar junto con algunos de los estados de la República que estén interesados en hacer teatro”.

Sobre las críticas que han señalado a la compañía como centralista y de un carácter excluyente, Singer apunta que “la compañía sea como sea es limitada porque no es una institución tan grande […] Yo creo que no sería mala idea que surgieran nuevas compañías en distintos estados que pudieran trabajar con la Compañía Nacional de Teatro”.

Y agrega “yo no diría descentralizar porque finalmente es una compañía que está fincada aquí en México, pero sí compartir, sí coproducir y estar presentes junto con las comunidades de distintos lugares o invitarlos a participar en la compañía”.

Frente al actual debate sobre la permanencia de la CNT, Singer insiste en que pensar en su desaparición “sería un suicidio artístico para todos”. Y resalta que la compañía “puede reunir a un abanico importante de creadores del país de distintas edades, con distintas formaciones estéticas para poder dialogar. Así es que yo creo que tanto artísticamente como económicamente la aportación de la compañía es muy importante”.

“Creo que al Estado no le corresponde terminar con la CNT sino fomentar otras compañías y sobre todo compañías independientes. Son dos caminos distintos que no se contraponen para nada, y que al contrario, se estimulan unos a otros y se complementan”.

Finalmente, sobre esta nueva dirección, Singer subraya “hay que abrirla a varios puntos de discusión, creo que hay que reflexionar sobre algunas cosas con la compañía, pero sin duda lo que hereda el maestro De Tavira es ideal”.

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