Por Saúl Campos/ Los inconquistables están reunidos para celebrar un día más su condición de desempleados, mujeriegos, parranderos y vividores. La Chunga, como cada noche, les servirá cerveza y se sentará en su mecedora para descansar de una larga jornada. Esta noche, todos se unirán para interpretar, cada quien a su modo, qué fue de aquel día en que la Meche desapareció.
Existe una verdad en la que La Chunga es una marimacha que le enseñó sus amores, existe la verdad en la que la Meche fue asesinada por traicionar a su hombre, existen muchas verdades pero pocas respuestas.
El Centro Cultural del Bosque cierra su programación 2016 con un clásico de Mario Vargas Llosa, La Chunga, que originalmente fue interpretado en México por Socorro Bonilla, y que ahora llega para ser estelarizado por Dolores Heredia en un montaje prácticamente perfecto bajo la dirección de Antonio Castro.
Un montaje, que originalmente habla sobre la violencia contra la mujer y la trata de personas, se complementa en esta ocasión para mostrar un macabro y confuso panorama de opciones y sabores de las condiciones sociales, aquellas en las cuales es permitido señalar con el dedo y tachar con un mote a otra persona antes que preocuparse por ella. Algo desgarrador, que quizás deberíamos dejar de poner en práctica.
La dirección de Antonio Castro nos permite introducirnos a un Perú que baila entre el realismo mágico y el naturalismo, se antoja quizás vil. Una dirección limpia en trazos, correcta en tonos. Con un ritmo emocionante que nunca permite al espectador dejar la tensión dramática a un lado, sino envolverlo en ésta y en las amplias posibilidades que el propio texto arroja.
Dolores Heredia entrega quizás la mejor actuación de su carrera en teatro con una cercaría y entendimiento plenos a su personaje. Una mujer recia que construye mil aristas a sus razones para ser. El resto del elenco no se queda atrás, Roberto Sosa, Jorge Zárate, Alfonso Cárcamo, Edgar Parra y Estephany Hernández complementan el cuadro con compromiso absoluto en uno de los mejores elencos ensamblados en el año.
Mención aparte merecen los trabajos de escenografía (Adrián Martínez Frausto I), vestuario (Adriana Pérez Solís I) e iluminación (Victor Zapatero), quienes terminan de comprender la atmósfera para entregarnos un paraje desolador en el cual la historia toma forma y fondo.
La Chunga es una historia de rebeldía, desolación y una esperanza un tanto marchita. Verla es sin duda una obligación para lo que depara 2017. Consulta precios y horarios de la obra, aquí.
