EL HOMBRE DE LA MANCHA: Magnanimidad y nobleza en escena

Por Roberto Sosa/ Alonso Quijano enloquece leyendo libros de caballerías y se cree caballero andante medieval. Se hace llamar Don Quijote de la Mancha, a su caballo lo bautiza como Rocinante. Se lanza a la aventura; Don Quijote se hace de los servicios de un escudero, Sancho Panza, un vecino labrador a quien promete grandes cosas, como hacerlo gobernador de algún reino que conquiste en sus andanzas. Don Quijote lucha contra unos gigantes, que no son otra cosa que molinos de viento.

La novela de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha es la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de la literatura universal. En 2002 el Club Noruego del Libro, la estableció como el mejor trabajo literario jamás escrito; está a la cabeza de la lista de las mejores obras literarias de la historia.

La obra inspira la realización del musical El Hombre de la Mancha. En 1965 se estrenó la versión original en Broadway, con libreto de Dale Wasserman, música de Mitch Leich y letras de Joe Darion. Desde entonces, la obra se ha representado en los principales escenarios de todo el mundo; de las canciones que se interpretan la más famosa es “El sueño imposible”, que representa el ideal del protagonista.

En relato convergen el autor y su famoso personaje. Acusados por la Iglesia católica, Miguel de Cervantes y su criado son arrojados a la mazmorra de la Santa Inquisición. En el calabozo, los presos deciden organizarles un juicio falso, de ser culpables deberán entregar todas sus pertenencias. Cervantes acepta con la intención de salvaguardar un preciado manuscrito que lleva consigo; el escritor en su defensa, escenifica una obra de teatro. Del baúl salen peluca y vestuario, para transformarse en Don Quijote de la Mancha; sale en busca de aventuras junto a su fiel escudero Sancho Panza.

En el camino confunde una venta de carretera con un castillo, en este momento Cervantes detiene la obra, pide a los prisioneros que asuman los roles del personal de la venta. Entre las mozas del sitio, destaca la presencia de la prostituta Aldonza. Don Quijote queda prendado a la belleza de la mujer, a quien toma como su señora y la llama Dulcinea, a quien le jura lealtad eterna; acostumbrada a ser tratada con rudeza, Aldonza se siente descontenta por las gentilezas de Don Quijote.

Armado como El Caballero de la Triste Figura –así lo nombra el “Gobernador” del presidio- Don Quijote representa el idealismo, la libertad de pensamiento; junto a su fiel escudero cabalga por el mundo, en medio de la incomprensión. Para él, “El sueño imposible” no existe; los ideales del hombre justo y libre, son la razón por los que pelea contra los “monstruos”, las aspas de los molinos de viento representan la maldad, la injusticia, la incomprensión…deben ser aniquiladas.

Dicen que perdió la cordura por leer muchos libros ¿cuántos lo están de verdad sin haber leído uno? Si la lectura atraviesa el pensamiento y la razón, hoy como nunca necesitamos más “locos”, más idealistas que nos hagan creer y soñar en un mundo mejor. El Hombre de la Mancha es una hermosa obra que habla de magnanimidad y nobleza. Si le quitáramos la música, per se el texto es espléndido y conmovedor.

En la parte creativa está el talento de quienes saben hacer teatro: la dirección es de Mauricio García Lozano; escenografía Jorge Ballina; iluminación Víctor Zapatero; vestuario Violeta Rojas. El talento de García Lozano está fuera de duda, dirige esta obra de gran formato y con gran presupuesto, de forma –creo- muy favorable; traslada el teatro a otro teatro, el diálogo es poético.

Ballina nos sorprende una vez más en el diseño escenográfico; talento y creatividad son su sello personal. Todos los elementos escénicos se transforman, erigen espacios y dan formas; materiales y texturas se rigen con la época en que se sitúa la historia. Todo complementado y acentuado con la iluminación y el vestuario.

El reparto en los roles principales están Benny Ibarra (Cervantes/Quijote), Ana Brenda (Aldonza), Carlos Corona (Sancho Panza), Alberto Lomnitz, Andrés Elvira, Beto Torres, César Riveros, Constantino Echeverría y Denise de Ramery . Entre elenco y covers son más de 25 actores en escena. La música en vivo es con la dirección de César Velázquez al frente de una orquesta compuesta con 17 músicos.

Desde mi perspectiva el mejor sobre el escenario es Carlos Corona, con talento, experiencia (además canta bien), tablas y equilibrio se come a todos. Benny es sin duda buen cantante, pero está fuera de ritmo, no es lo mismo subir al escenario a cantar que a interpretar dos personajes, pero estoy seguro que con el correr de las funciones habrá cumplido. Ana Brenda lo hace muy bien, tiene presencia y fuerza interpretativa.

La obra se presentó en México por primera vez en el Teatro Manolo Fábregas el 19 de febrero de 1969, con Mati Mistral como Aldonza, Claudio Brook Cervantes/Quijote y Óscar Pulido como Sancho Panza; la versión más reciente fue en 2001 en el Centro Cultural Telmex, con Roberto Blandón, Susana Zavaleta y Carlos Cobos.

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