ESTE PAISAJE DE ELENAS: Tres historias que nos trastocan

Por Roberto Sosa/ Reúne las obras: Andarse por las ramas, La señora en su balcón y Un hogar sólido. Tres historias que nos transportan por un universo donde la realidad se trastoca, se niega desde una mirada onírica. En los tres relatos, el tiempo es presente, pasado –regresiones- y futuro –adelantos. El tiempo cronológico no trasciende, se detiene, no obstante el pensamiento de los personajes fluye y manan las emociones.

El primer relato nos habla de una familia que toma el desayuno, está el papá Don Fernando de las siete y cinco, la mamá Titina y Polito su hijo. Es lunes, toca comer sopa de poros; los lunes ¿en dónde se esconden el resto de la semana…? ¿El suelo en dónde tiene los pies…? Se pregunta Polito. Para Titina las ramas de un árbol esconden secretos. “no es malo irse por las ramas…”. Inicia un viaje, un tren, la estación… una taberna.

La señora en su balcón inicia con la niña Clara que toma clases con el profesor García, estudia el mundo antiguo: “El mundo es redondo, los antiguos pensaban que era plano…” Ella cuestiona: “¿Por qué letra se escribe con cinco letras…? El profesor le habla de ciudades como Atenas, Babilonia o… Nínive. “Me iré por los siglos hasta que la encuentre…”. Clara es hora joven, y sueña con llegar a la mítica ciudad con su prometido: “debemos correr como los ríos hasta llegar a Nínive…”.

Para su novio es más importante un hogar, hijos; un anillo es la promesa. Decepcionada ella le pregunta: “¿Te propongo el viaje y tú el puerto…? El tiempo trascurre y ahora Clara es una mujer casada, le sirve café a su esposo antes de ir al trabajo. A su marido lo mata la rutina: “Otra vez las nueve, el mismo café y la misma oficina…” El infierno de la repetición. Clara en la edad madura mira por el balcón, está sola. No existe Nínive. “Inicié un viaje que me llevó a mi misma…un paisaje de Claras”.

La tercera historia se desarrolla entre la niebla, dentro de una cripta; allí está una familia que ya dejó este mundo. Doña Gertrudis, Don Clemente, Mamá Jesusita, Catita, Vicente Mejía, Eva, Muni y por las escaleras desciende Lidia, acaba de morir y se reúne con los suyos. Arriba se escuchan los rezos, cae la tierra. A Muni el color azul le viene bien, dice Doña Jesusita, quien no se pude parar porque la enterraron con el camisón de dormir; Don Clemente le pide su fémur a Catita, que lo utiliza como flauta. El sentido del humor es negro; la muerte y la niebla cubren el relato y llena el escenario… me llenó de nostalgia y tristeza.

Las obras conmemoran los cien años del natalicio de Elena Garro; la Compañía Nacional de Teatro (CNT) las presenta con el título Este paisaje de Elenas. La obra de Garro se reconoce en el realismo mágico, movimiento literario de mediados del siglo XX, que se caracteriza por mostrar lo irreal o extraño, como algo cotidiano. La dirección de escena es de Sandra Félix, quien realiza un sensible trabajo al traducir sobre el escenario, este universo mágico, onírico y ficticio de la autora. La suya es una mirada que compagina con afinidad, el mundo irreal que Elena Garro trazó en tres excelentes textos.

Las actuaciones son de: Marta Aura, David Calderón León, Ana Isabel Esqueira, Mariana Giménez, Rocío Leal, Carlos Orozco, Laura Padilla, Antonio Rojas, Violeta Sarmiento y Everardo Arzate –actor invitado-; magnífico, espléndido y teatral es el trabajo que desarrollan, todos están en un mismo nivel. Forman parte del elenco estable de la CNT. El diseño de escenografía e iluminación son de Philippe Amand; vestuario de Saúl H. Liera.

Este paisaje de Elenas se presenta en la Casa de la Compañía Nacional de Teatro ubicada en Francisco Sosa No. 159, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán, consulta precios y horarios de la obra aquí.