Gina Fierro/ Hacer teatro va más allá de escribir un guión para ser escenificado, se trata de crear un diálogo con el público, hacerlo reflexionar, a veces sembrarle dudas, pero siempre, provocar algo en el espectador. A lo largo de la historia, los dramaturgos se han aventurado a hablar sobre infinidad de temas que, en su mayoría, inquietan a la humanidad. Al escribir una obra de teatro, el autor toma un riesgo inevitable que lo expone a la crítica, al aplauso o incluso, al rechazo.

Aquí, encontramos una lista de obras controversiales de la dramaturgia mundial que han provocado la protesta, no sólo de las audiencias dentro de las salas de teatro, sino de distintos grupos sociales, políticos y religiosos.

irrupciones_2Muchos creadores escénicos han descrito el teatro como el lugar y el medio idóneo para la protesta. Hoy en día, las carteleras del mundo están llenas de obras que tienen una gran carga social y escenificarlas representa exponer y hacer públicas las inconformidades de todo un grupo de personas. Por ello, el teatro ha funcionado como una poderosa herramienta de manifestación, desde los que escriben e interpretan las puestas en escena, hasta quienes simplemente irrumpen en un teatro para hacer pública su denuncia.

Irrupciones dentro de las salas de teatro

Sin importar el motivo que mueve a un grupo de personas a manifestarse, los teatros han sido las sedes de diversas protestas, dentro y fuera de las instalaciones, pacífica y violentamente, e incluso durante la misma presentación de los espectáculos, ya sea en contra de las propias puestas en escena o en oposición a algún suceso.

cucara macaraUn ejemplo de una dramaturgia que confrontó a sectores conservadores de la sociedad es la de Óscar Liera. El autor sinaloense despertó molestia con sus textos, poco complacientes, en grupos cercanos a la iglesia y cercanos al extremismo religioso.

Fue tal el impacto que ocasionó uno de sus montajes, que en 1982, durante la función de Cúcara Mácara en el Teatro Juan Ruíz de Alarcón del Centro Cultural Universitario de la UNAM, un grupo de personas armadas con chacos y trozos de varillas mojadas con ácido se abalanzó sobre los actores (Augusto Carriles, Ariel Esquivel, Carlos Contreras, Adán Ahbenamar, Israel Rudovsky, Gandhi Méndez, Toño Zulueta, Guillermo Hernández, César Barajas y Sergio Aguilar), hiréndolos gravemente, varios de ellos llegaron al hospital.

En este montaje, Liera confrontaba las posturas religiosas de la audiencia, en un país y en un momento donde la religión tenía una fuerte influencia en los creyentes. En Cúcara Mácara, el autor presentaba un paralelismo entre las apariciones de la Virgen de Guadalupe y las apariciones de otra Virgen en un alegórico país llamado “Siquitibum”, estableciendo un vínculo entre la iglesia y la corrupción.

La pieza del dramaturgo desató la inquietud principalmente entre los fieles de la Virgen de Guadalupe, quienes en aquella función se manifestaron al grito de “Guadalupanos”. En los medios de comunicación se dijo que la obra de Liera exhibía un “fanatismo religioso”, la controversia fue tal, que se extendió hasta los eclesiásticos de la Basílica de Guadalupe.

En 2014, en entrevista para La Crónica de Hoy de Jalisco, el director del montaje, Julio Ávila, declaró que: “El autor Óscar Liera, tenía una visión muy interesante, escribió la obra hace más de treinta años. Adivinó todo lo que estaba sucediendo en el camino, sí es una obra fuerte para el fanático, obviamente hablamos de una crítica religiosa fuerte”. Cabe mencionar que el montaje, que estrenó en 1979 con el grupo de teatro de la Universidad Veracruzana, ya había tenido un intento previo de agresión hacia el elenco por parte de algunos grupos religiosos. Al terminar una de las funciones, el público se puso de pie y cantó el himno guadalupano.

Entre otras manifestaciones a nivel mundial, se encuentra la obra Corpus Christi, la cual desató un escándalo en Atenas, Grecia, al presentar la versión de Jesucristo y de sus apóstoles como homosexuales. En octubre del 2012, grupos de cristianos ortodoxos y políticos se manifestaron violentamente en contra de la puesta en escena del estadounidense Terrence McNally, escrita en 1997 y estrenada en Nueva York, que entre las escenas exponía la traición de Judas motivada por celos y a Jesús casando a dos de sus apóstoles.

El estreno del montaje no se llevó a cabo en Atenas debido a las diversas manifestaciones lideradas por el partido político griego neonazi Amanecer Dorado.

FIONAOtra puesta en escena que fue denominada por algunos grupos religiosos como “blasfema” y que ocasionó disturbios sociales fue el monólogo escrito por el autor irlandés Colm Toíbín, El testamento de María. El montaje incluía al personaje de la Virgen María desde una perspectiva distinta a la del cristianismo tradicional.

La trama plantea a una María pagana, que deja en duda la predicación de su hijo, Jesús, y que cuestiona cómo este acto de “hechicería” y milagros lo llevaron a la crucifixión. Cuando la obra llegó al Teatro Walter Kerr de Nueva York, en 2013, protagonizada por la actriz irlandesa Fiona Shaw, se desataron distintas críticas por parte de la agrupación católica Tradición, Familia y Propiedad (TFP) que -de acuerdo con El Universal– declaró que la obra “merece el más vehemente e indignante repudio de los fieles”. En el mismo año, los integrantes de dicho grupo se manifestaron en contra del montaje afuera de las instalaciones del teatro.

Teatro, violencia y muerte

Un caso emblemático fue la toma del Teatro Dubrovka de Moscú por un comando de terroristas chechenos en octubre de 2002. La irrupción violenta de aproximadamente 50 hombres armados sucedió entre el primer y segundo acto del musical ruso Norost, que en ese entonces acababa de cumplir un año en cartelera.

Durante varios días fueron tomadas como rehenes 850 personas, las cuales se pretendía utilizar para forzar una retirada de Rusia de territorio checheno. El 26 de octubre fuerzas especiales rusas entraron en el recinto para liberar a los rehenes. La operación dejó como resultado la muerte de 39 terroristas y al menos unos 129 capturados.

La política irrumpe en el teatro

Con frecuencia, este tipo de manifestaciones se originan por motivos políticos o sociales, y podemos ver ejemplos en distintas partes del mundo.

dilmaBrasil. Entre los incidentes más recientes destaca Brasil, un país polarizado por la crisis política actual. Ahí, el propio director y actor de la puesta en escena Todos os Musicais de Chico Buarque, Cláudio Botelho, interrumpió el montaje para exponer su inconformidad en contra de la presidenta Dilma Rousseff y a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

El 19 de marzo pasado, Botelho denunció desde el escenario a Rousseff ­-quien atraviesa por un juicio político y se encuentra suspendida de su cargo por 180 días­- y la llamó “ladrona”. En medio de la tensión política, el público reaccionó con abucheos, la función se detuvo y el actor dejó el escenario. Actualmente Dilma Rousseff es considerada como un referente de la izquierda y un ícono de feminismo brasileño.

Austria. En abril de este año, treinta activistas de extrema derecha irrumpieron en una obra de Elfriede Jelink, premio Nobel de Literatura en 2004, la cual era representada en la Universidad de Viena por un grupo de refugiados. En el montaje, Jelink critica la política europea frente a la inmigración.

Los manifestantes arrojaron pintura roja dentro de la sala y desplegaron una pancarta en la que llamaban al público “hipócritas”; además de tirar volantes con la leyenda: “El multiculturalismo mata”. De acuerdo con las publicaciones del sitio web de las ultraderechistas, la protesta no estaba dirigida “contra los solicitantes de asilo, sino contra los hipócritas de la audiencia y la política”. Asimismo, los inconformes aseguraron que la protesta también iba dirigida a la propia Jelinek, calificando sus obras como “hipócritas”, ya que “nunca muestran las víctimas del lado europeo”.

Felipe_Oliva_notaMéxico. En nuestro país, el caso más reciente fue la entrada de colectivos feministas al Teatro Enrique Lizalde (antes Coyoacán) para protestar por el presunto abuso sexual y psicológico del director Felipe Oliva en contra de actrices y alumnas. El acto se realizó en plena función de la obra El médico a palos.

Alrededor de 50 mujeres encapuchadas se manifestó en contra del también director de la asociación civil Nosotros Hacemos Teatro, irrumpiendo en el foro Enrique Lizalde (antes Coyoacán) con tambores y propaganda en contra del involucrado. A partir del suceso, el teatro ha suspendido sus actividades y se ha declarado en proceso legal.

El amor irrumpe en el teatro

Lo cierto es que estas manifestaciones e interrupciones no siempre suceden por alguna inconformidad social. Este fue el caso de Risto Mejide, un presentador y publicista español que en plena función teatral propuso matrimonio a su novia, la modelo Laura Escanes. Esto sucedió en septiembre de 2015 durante la función de El Rey solo, del humorista Manu Sánchez, en el Teatre Borràs.  Ahí, el publicista se hincó arriba del escenario para pedir matrimonio a Escanes.

Así, muchos de estos casos, ya sea por descontento hacia un sistema fracturado; por defender causas justas; o por el contrario, defender ante la libertad de los demás posturas retardatarias y violentas, mismas que han encontrado en el teatro un espacio ideal -y no precisamente desde el escenario- para alzar su voz. Les hemos presentado solamente una pequeña muestra de este tipo de manifestaciones. Seguramente hay muchas más.

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