Por Gina Fierro/ El dramaturgo Ro Banda escribe Oler la sangre utilizando como motivo el darse una oportunidad de conocer lo que nos parece extraño o prejuicioso. Una obra que “tiene que ver mucho con los encuentros, a partir de uno mismo, con dejar de buscarse y encontrarse […] todos tenemos broncas súper fuertes o historias llenas de dolor o de confusión, pero que al final de cuentas de lo que se tiene que tratar la vida para crecer es seguir, caminar, viajar con el otro. Es darte la oportunidad de estar con los que están a tu lado”, detalla Banda, el también director de la puesta en escena.

ro_bandaEn entrevista para Cartelera de Teatro, el equipo de Oler la sangre, conformado por Adriana Llabrés, Victor Huggo Martin y Ro Banda, nos platica sobre el propósito de un montaje conmovedor y particular, en donde únicamente un par de actores y algunos objetos en escena dan vida a diversos lugares y una serie de momentos emotivos, creados a través de la imaginación del espectador y el actor. “El espectáculo sucede en la cabeza del actor, entre más detalles y más claro tenga yo lo que está pasando -el rostro, la situación, las emociones y demás- es más fácil contar una historia”, señala el actor Victor Huggo.

¡No hay un árbol!

ensayoRecrear espacios específicos en la cabeza de los espectadores requiere de un plan previo entre los actores para que ellos y el público se sitúen en los mismos lugares en donde se desarrolla la historia. En escena es posible ver una hacienda, un hospital, el cuarto de la abuela, un pueblo o una pradera, “es un acuerdo. Cada vez que nos vamos moviendo, el espacio va cambiando, tenemos muy definido cómo es todo […] Es muy padre escuchar cuando el público te cuenta: ‘cuando estabas caminando entre los árboles’. ¡No hay un árbol! Pero, ¡qué padre que lo pudieron ver!”, añadió Llabrés.

“A mí me gusta mucho cuando los espectáculos descansan en el trabajo actoral. Es muy bonito tener una escenografía maravillosa con parafernalia y efectos especiales, eso es increíble porque apoya, pero cuando el espectáculo está basado en el trabajo de los actores, para nosotros es muy disfrutable”, expresó Martin.

Ale y Alo

hermanos2Adriana y Victor Huggo son Ale y Alo, respectivamente, dos hermanos que se conocen a partir de la muerte de su abuela y que a pesar de ser “desconocidos” son capaces de reconocerse por el lazo de sangre que los une y enfrentar el duelo juntos. “Son dos personalidades muy distintas, dos orígenes y dos desarrollos de vida muy diferentes, pero son hermanos y eso es inevitable. Tu hermano es tu hermano, aunque piense muy distinto a ti y aunque todo lo demás. Hay algo que sucede y es que la sangre llama, una vez que te unen lazos sanguíneos con alguien […] hay una cosa que te vincula y que estará siempre”, señaló el actor.

La sangre llama

hermanos_oler_al_s“Oler la sangre es un parafraseo de esta expresión que conocemos ‘La sangre llama’, que en la obra se hace física a través del encuentro de los hermanos, y no tanto del encuentro sino de la manera en cómo llegan, una forma un poco mágica en la que se cuenta la historia. Ellos perciben algo que los une, que en este caso es la abuela, y a partir de su muerte se genera el encuentro. Cuando ellos huelen a la abuela, por así decirlo y que sucede físicamente en la obra, se encuentran. En ese momento, sucede el viaje, la búsqueda y el cambio”, detalló el director.

“Es una obra que no sólo los va a conmover, los va a divertir mucho y los va a llevar a algo que no se cuenta seguido”, puntualizó Adriana Llabrés. “Me parece un espectáculo lleno de contenido inconsciente, de tal manera que cuando tú vienes como espectador, de pronto comienzas a conectar con cosas que te son totalmente personales y que habías olvidado”, concluyó Victor Huggo Martin.

A partir de hoy, la puesta en escena reestrena temporada en el Teatro La Capilla con funciones los lunes a las 20:30 horas. Consulta precios de la obra, aquí.

No dejes de recibir en tu correo, Facebook o Twitter toda la información y los estrenos de las obras de teatro de la Ciudad de México.