Por Gina Fierro/ En diversas ocasiones hemos hablado sobre el origen de las pastorelas, las cuales surgen como una herramienta de evangelización durante la época de la Colonia, y cuya vida se resume en una larga historia de sincretismo. Con el paso del tiempo, el significado de éstas se ha ido transformando hasta ser lo que hoy en día representan, una parte de nuestra identidad, donde la comedia, lo social y lo religioso tiene lugar.

Sin importar el giro que tomen las historias dentro de las pastorelas, la esencia de éstas no se ha modificado, ya que en ellas se representa la lucha entre el bien y el mal, escenificada generalmente con un grupo de pastores, que se dirigen al nacimiento del Niño Jesús en Belén, y que en su camino son tentados por algunos diablos, quienes representan los siete pecados capitales.

Las más antiguas

Aunque la primer pastorela se ubica en 1530, cuando el primer obispo de la Nueva España, fray Juan de Zumárraga, expidió una ordenanza para celebrar una Farsa de la Natividad Gozosa de Nuestro Salvador, se sabe que la más antigua fue representada en 1527. Titulada La Comedia de los Reyes, esta pastorela tuvo como escenario el atrio que posteriormente se convirtió en la Catedral de Cuernavaca.

Tras siglos de representación, el género se ha vuelto identificable y se ha logrado convertir en una tradición durante la época decembrina en los escenarios teatrales.

La pastorela de Tepotzotlán

tepotz4Se trata de una de las pastorelas más antiguas, con 53 años en cartelera, escrita por Jaime Saldívar y Miguel Sabido, cuya dirección está a cargo del reconocido actor Roberto Sosa. “El público se la pasa muy bien, se divierte mucho, es un pastorela que no solamente conlleva la función, la representación teatral como tal, sino que es todo un acontecimiento”, apunta Roberto Sosa en entrevista para Cartelera de Teatro.

Con más de 30 años como director, Sosa nos comparte “conozco esta pastorela hace casi 42 años, la conocí primero como espectador, luego como hijo del asistente de dirección, luego como hijo del director y como actor la llevo haciendo casi 25 años”.

tepotzDesde 1963, la pastorela se presenta al interior del Convento de Tepotzotlán, el cual encierra dentro de sus muros el Museo del Virreinato con fascinantes obras pictóricas del siglo XVI, incluidas las piezas de vestuario -hecho a mano- que se utilizan en el montaje de la pastorela. “Una locación por demás pintoresca y maravillosa”, apunta Sosa.

Por su arquitectura, el espacio forma parte de la escenografía, el cual es acogido con el diseño de iluminación a cargo de Raúl Ramos. “La escenografía es el mismo Convento de Tepotzotlán que son unos muros labrados en piedra hace cinco siglos”, detalla el actor.

tepotzotlan-diabloLa pastorela de Tepotzotlán se caracteriza por su humor blanco -con un texto escrito en verso- y por crear un ambiente cien por ciento familiar. La tradición de dicha pastorela se ha convertido en una gran fiesta del pueblo de Tepotzotlán que añade a la experiencia música de banda, mariachi, comida típica mexicana para los asistentes, fuegos pirotécnicos y el ritual de la típica posada.

Por otra parte, el actor, quien interpreta al personaje del Diablo, señala que son los mismos habitantes de la localidad quienes participan en el montaje, como actores y como parte de la producción. Y subraya “son generaciones de familias las que han participado en esta pastorela”.

Mientras que los actores que conforman el reparto de este año son Cecilia Toussaint, como Lola, quien tendrá un número musical; Sergio Bonilla, como el arcángel; así como Evangelina Sosa, Ernesto Anaya, José Fávila, Mauricio Somuano, Paulina Fávila, Óscar Almaguer, entre otros.

La tradicional pastorela mexicana

pastorelasBajo la dirección de Rafael Pardo, La tradicional pastorela mexicana se ha instaurado como una tradición más en la Ciudad de México. Con 28 años ininterrumpidos, la pastorela se presenta al interior del Claustro del Instituto Cultural Helénico donde tiene lugar un espectáculo de luz y sonido que integra la escenificación de la pastorela tradicional con una gran posada.

En entrevista, Pardo nos dice que el propósito de traer cada año dicho evento es mantener viva la tradición popular mexicana. Al respecto, el director opina “cada vez que pasa el tiempo se va perdiendo la tradición de las fiestas mexicanas en la Navidad”.

Sobre el espectáculo, el director detalla, “no solamente es el montaje (de la pastorela), a la gente la invitamos a la fiesta completa de lo que es la tradición […] En realidad a lo que los invitamos es a una fiesta mexicana navideña”.

pastorela-mexicana-2015-alta-176El evento dentro del Claustro incluye la procesión de la posada, la cena navideña, fuegos pirotécnicos, la rifa de piñatas y la representación de la pastorela. Esta última se desarrolla a partir de la comedia, donde los personajes más llamativos son siete diablos, muy mexicanos, que intentan a toda costa obstaculizar el camino de los pastores hacia Belén.

Las risas y la diversión se entremezclan con momentos que simulan una corrida de toros, una pelea de gallos y finalmente un hermoso nacimiento. Todo ello, convierte La tradicional pastorela mexicana en una noche única para todas las familias.

El proyecto se lleva a cabo con la participación de más de 40 artistas, entre actores, cantantes y bailarines. Asimismo, la puesta en escena se caracteriza por sus alebrijes y títeres gigantes, mojigangas, con los cuales se representa a los tres Reyes Magos, y que en esta ocasión serán interpretados por las voces de los primeros actores Héctor Bonilla, Juan Ferrara y Enrique Rocha.

pastorela-mexicana-2015-alta-379De acuerdo con Pardo, para este año se espera la asistencia de 6,000 personas, “nuestras expectativas son que la gente salga contenta, que se divierta, que salga a vivir el espíritu navideño y, sobre todo, que disfrute de nuestras tradiciones”.

Y concluye “parte de nuestro trabajo es seguir siendo una opción de primer nivel para que la gente, los jóvenes, los papás, vuelvan a las pastorelas, a las posadas, a las piñatas. Y es parte del compromiso que yo tengo con este proyecto teatral”.

A las pastorelas más antiguas en cartelera se suman La Pastorela de Coyoacán: Diablos Revolucionarios, con 28 años de presentaciones en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles de Coyoacán; Pachecas a Belén, concebida hace 28 años, ahora considerada la anti-pastorela más perra; Pastorela de Coapa, con sede en el Forito de Coapa y más de 20 años en cartelera; Císcale, Císcale Diablo Panzón, con 18 años de funciones en el Teatro Enrique Lizalde; ¿Dónde quedó la colita?, bajo la producción de Alejandro Medina, con cinco años consecutivos de funciones; entre otras.

¿El público aún se identifica con las pastorelas?

La oferta de la cartelera navideña es amplia, con propuestas que van desde espectáculos sobre hielo, hasta una típica posada con ponche y piñatas. Aquí, nos preguntamos cuál es el interés del público por asistir a ver pastores, diablos y ángeles, o acudir a ver grandes shows protagonizados por Santa Claus y sus renos. O acaso, ¿el interés de la gente hacia las pastorelas tiene que ver con qué tan religiosa es?

Y aunque el propósito de las pastorelas surgió como algo meramente religioso, estas representaciones fueron adoptando las costumbres y prácticas de cada región, hasta lograr una pastorela propiamente mexicana, dejando de lado el lenguaje pulcro y agregando un toque pícaro y cómico.

“Las hay de muy diversa índole, las hay cabaretosas, las hay clásicas, las hay de vodevil, callejeras. Yo creo que la pastorela es una tradición que difícilmente se puede perder por lo que representa, más allá de la religiosidad. Es decir, intentemos quitar, hacer a un lado la religión y tratemos de ahondar, en todo caso, en lo espiritual”, apunta Roberto Sosa.

De esta manera, hoy en día las pastorelas, lejos de proyectar un mensaje religioso en su público, han logrado conectar con sus asistentes a través de la comedia, con un toque muy mexicano; e incluso a través de la convivencia que se genera entre las familias. Por otro lado, el juego que plantean estos montajes entre los buenos y los malos, consigue que el público se identifique, a través del humor, con sus propias tentaciones o pecados.

“(Las tentaciones) es algo que es absolutamente humano por eso la gente se identifica tanto con los diablos en las pastorelas porque ellos representan justamente la parte seductora y divertida de la vida, es decir, a quién no le gusta comer y pecar de gula; a quién no le gusta dormir y pecar de perezoso; a quién no le gustan las comodidades y los bienes y pecar de avaricioso”, apunta Sosa.

Finalmente, las pastorelas también han funcionado como un medio para la crítica social, la política y la representación de personajes populares, lo cual reafirma el interés del público por conservar este tipo de montajes.

Conoce la oferta teatral sobre pastorelas, aquí.

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