“El clown es un poeta en acción”, Henry Miller

Por Gina Fierro/ En 1869 llegó a México un payaso de origen inglés, que trajo a la ciudad el Circo Chinelli. Se trataba de un clown -hijo del famoso productor de pantomimas en el Crystal Palace- llamado Ricardo Bell, quien transformó la figura del payaso en nuestro país, convirtiendo la risa en arte.

La historia de este payaso llegó a cruzarse con la del ex presidente Porfirio Díaz, con quien se dice mantuvo una buena relación. Se cuenta incluso que el ingenio de Bell fue el único que logró que el presidente riera a carcajadas durante sus funciones.

bellEn 1883 Bell se ganó el corazón de muchos en el Circo Orrín, el cual alcanzó su máxima popularidad durante la época de la “pax porfiriana”. El paso de Bell por México y sus visitas a diferentes ciudades, mantuvo la fama del payaso con vida por años, hasta que la antesala de la Revolución lo orilló a abandonar el país, no sin antes instaurar su propio circo, el Circo Bell en 1907.

Con la presencia de Ricardo Bell en nuestra historia teatral podemos encontrar el primer vínculo de un artista clown por excelencia en los escenarios nacionales. Y aunque la historia de los payasos se halla miles de años atrás, vale la pena retomar a uno de los referentes de clown más importantes para hablar de lo que hoy conocemos como el género clown dentro del teatro.

Actualmente, el concepto de payaso se ha ido transformando al grado que podemos encontrar a este personaje dentro de un circo, una corte, una fiesta o un teatro. Un personaje que no sólo tiene intenciones de hacer reír y que dentro del teatro tiene un lugar propio.

Para entender más sobre esta figura, indispensable dentro del género del Teatro Clown, Emiliano Cárdenas, director de la compañía Tricilo Rojo; Luis López, director de la compañía Las Primadonnas; Elena Olivieri, actriz italiana, integrante de la compañía Bodó Bodó Producciones; y Artús Chávez, artista de clown en México, nos hablan desde su experiencia sobre este género.

Qué es el clown

“No tiene tanto que ver con lo físico, sino con una manera de estar en escena”

clariniComo un género teatral, el clown es un estilo que incluye diversas disciplinas -danza, música, bufón, mimo, etc.-, y que no se reduce a la presencia de un actor vestido de payaso. “Claro que puede tener un vestuario, pero que nunca eso resuelva el clown, eso no es el clown. El clown es esa actitud de apertura, de vulnerabilidad absoluta y de entrega a lo que ocurre”, apunta Elena Olivieri.

Por su parte, Artús Chávez añade “cualquier habilidad, destreza que uno pueda tener y usar en el escenario, en el clown es bienvenido porque se trabaja con lo que uno es y con lo que uno tiene”.

En su opinión, Luis López señala “en lo clown nosotros recuperamos lo que somos esencialmente, con todos los defectos y tal cual nos aceptamos. Todo eso lo ocupamos para contar una historia”. Mientras tanto, Emiliano Cárdenas comparte “descubrí que el clown era una manera de lograr una comunión, esa conexión natural del ser humano y una visión de la vida”.

Sin risas, no hay clown

tricicloLas características del clown como género no se pueden estandrizar, sin embargo, podemos identificarlo como un género de humor blanco cuyo propósito principal -pero no el único- es divertir a sus espectadores.

Al respecto, Artús Chávez detalla “el clown no sólo provoca la risa en el público, el clown genera una serie de emociones muy complejas, puede provocar ternura, tristeza, alegría, frustración. Paradójicamente es muy sencillo, pero muy complejo, eso sí es una constante, y uno de los resultados finales es que la gente se ría”.

“En mi caso -señala Emiliano Cárdenas-, los discursos en la escena se crean con mucha conexión, lo que yo llamo la fuente creativa, que es esa parte del ser humano en la que es totalmente honesto y que deja fluir su estupidez y sus ganas de descubrir algo”.

El fracaso del clown

aziz-gual“En el clown está la risa como respuesta clara, es mágico, si tú no eres honesto y no estás presente y no estás trabajando en lo que realmente se mueve allí (en escena), no hay risa. Es un fracaso enorme”, enfatiza Elena Olivieri.

Al tener el recurso de la risa como respuesta casi obligada por parte del público, el actor de clown se ve orillado a descubrir su lado más vulnerable, dejarse llevar, ser honesto y sólo así provocar la risa del espectador. “No hay salvación, no hay un texto, no hay por dónde irte”, expresa Olivieri.

“Cuando uno hace clown, se expone. Se expone a mostrar las partes de su cuerpo que no le gustan, las habilidades que no tiene, mostrar su lado más idiota, más vulnerable y más estúpido”, expone Artús Chávez.

La sensibilidad que un actor requiere es indiscutible pues sin un aire de honestidad, podría encontrar uno de sus fracasos más grandes. Asimismo, “en el clown, nosotros vemos (el personaje) como una extensión de nuestra personalidad, como una síntesis de lo que nosotros somos”, expresa Luis López.

Qué habilidades desarrolla un actor clown

luis-prim_okAl ubicar el clown dentro de las técnicas de Teatro Físico, las habilidades que un actor desarrolla llegan a ser diversas, donde la corporalidad, el gesto y la expresividad son fundamentales.

Asimismo, el actor y director de teatro Artús Chávez habla sobre los retos actorales: “la primera etapa que tiene que desarrollar alguien que quiere dedicarse al clown, es vencer el miedo al ridículo y al fracaso. Y si no vencerlo, por lo menos aprender a tomar este miedo y volverlo escénico”.

El clown puede tomar diferentes formas y con ellas distintos propósitos. En su experiencia, Emiliano Cárdenas de Tricilo Rojo nos habla sobre un clown creado para el público infantil. “Nuestro clown está muy enfocado al mundo fantástico de los niños […] este mundo que tiene mecanismos mucho más simples, quizá, pero muy delicados en la poesía”.

cabaret-mortalMientras que Luis López nos habla sobre un trabajo de clown que se desarrolla omitiendo el recurso de la palabra, “eso me obligó desde el principio a tener que hacer una consciencia corporal extrema. Yo entendí que a través de mi cuerpo iba a poder expresar todo lo que yo quisiera siempre y cuando lograra esa precisión requerida”.

“Es una de las actividades artísticas que yo considero más completas, donde tienes que saber un poquito de todas las disciplinas –danza, teatro, circo, música, artes plásticas-”, acentúa Luis López.

¿Qué significa la nariz roja?

  • “Es como un pequeño amuleto en la vida […] Es algo que te vuelve poderoso”, Emiliano Cárdenas.
  • “Para mí es una herramienta de entrenamiento del actor”, Artús Chávez.
  • “Es la máscara más pequeña del mundo, la que menos oculta, pero la que más revela”, Luis López.
  • “Hay quien dice que es un corazón del payaso”, Artús Chávez.
  • “La nariz no hace el clown”, Elena Olivieri.

Ante las distintas concepciones que se tiene sobre la nariz roja, los actores de clown concluyen que este elemento característico del payaso no es indispensable para la escena. “Es una máscara muy pequeñita y depende del gusto personal y del estilo que tu trabajas si la quieres usar o no”, señala Artús Chávez.

Mientras que Luis López subraya, “realmente el clown no tiene ningún requisito a nivel de vestuario, lo podemos hacer así como estamos vestidos cotidianamente”.

El bufón, el clown y el mimo

nariz-rojaEl antecedente más inmediato de los clown es la historia de los bufones dentro de las cortes del rey, que se ubican a. C. Aquí encontramos a un personaje “que usa el humor para vengarse de todo el sufrimiento que han vivido”, apunta Elena Olivieri.

Por otro lado, el mimo también funciona como un referente del clown, pero que en su esencia es distinto. Sobre éste Artús Chávez explica “la pantomia tiene un estilo muy especial que es jugar con objetos, lugares, personajes que están solamente en la imaginación del intérprete […] Todo es invisible pero nos lo hace visible a través de su imaginación y de su técnica”.

Acompañado de diversas técnicas, el clown es capaz de transmitir cualquier idea, finalmente se trata de un actor contando una historia, transmitiendo un mensaje. “El clown es justamente un mensajero o un comunicador entre un mundo divino, poético y un mundo vulgar y soez, o a veces cruel como es la realidad”, concluye Emiliano Cárdenas.

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