Por Gina Fierro/ El registro de cualquier evento siempre significará preservar la memoria y los hechos que conforman la historia del hombre. El hecho es que sin documentación no hay manera de que la política, el arte, la ciencia, la tecnología, la medicina y todo lo que conforma el mundo trascienda.

En nuestro país existen distintos organismos que se dedican a la investigación de diferentes campos artísticos, mismos que construyen el acervo teatral, dancístico, musical y de las artes plásticas. Uno de los pilares en la investigación teatral en México es el Centro Nacional de Investigación Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU), el cual se encarga de documentar la mayor parte del quehacer escénico del país.

ArturoDiazCon una importante labor de investigación, el CITRU no sólo archiva los fenómenos teatrales mexicanos, sino que los estudia. A través de esta labor podemos profundizar en los movimientos escénicos históricos, en el trabajo creativo de los artistas, y conocer el contexto en el que se han dado los hechos escénicos recientes.

Este esfuerzo da como resultado un acervo que se mantiene, conserva y enriquece gracias a la labor de investigadores especializados en la materia. Se trata de una labor fundamental en un país como el nuestro, en el cual tan solo en la Ciudad de México se tiene una cartelera que llega a rondar las 300 puestas en escena activas al mismo tiempo.

En este sentido, en entrevista exclusiva para Cartelera de Teatro, Arturo Díaz Sandoval, director del CITRU, nos habla acerca de la importante labor de este centro, “más allá de construir, de armar o coleccionar un acervo especializado en una disciplina como es la teatral -que tiene una tradición muy importante en México desde la época de la conquista- es realmente mantener desde la institución, la solidez y la construcción de una identidad nacional y cultural fundamental”.

Desde su inicio, uno de los objetivos del centro ha sido fomentar y alentar la investigación teatral. “Hoy por hoy tenemos estudiantes de las carreras de teatro que están interesados en la investigación, mientras que hace diez años era muy difícil que algún egresado de teatro se interesara en continuar su práctica profesional en la documentación o en la investigación teatral. Siempre estaban muy enfocados o muy limitados a la práctica artística y a veces tenían que sacrificar su propio desarrollo teatral haciendo comerciales o vendiendo su trabajo, de alguna manera para sobrevivir en otros territorios”, detalla el director.

Actualmente el centro es coordinado por Guillermina Fuentes Ibarra, al frente de la Coordinación de Investigación; Julieta Rivas Guerrero, en la Coordinación de Documentación; Araceli Rebollo Hernández, en la Coordinación de Difusión; y Jesús Escalona Arana, Coordinación Administrativa.

De la investigación al teatro

investigacion“Una de las aportaciones de la investigación teatral a la parte artística, digamos de la academia hacia lo que es el arte del desarrollo del teatro es, justamente, dar luz en las diferentes formas de hacer teatro, conocer la pluralidad que existe en México y darle su espacio a cada una sin que se opte o se luche contra las formas de hacer teatro”, indica Díaz.

El impacto del CITRU se ha extendido a los investigadores, creadores y al público interesado. Desde su fundación en 1981, el trabajo del CITRU se ha visto reflejado en la publicación de libros y revistas, siempre formando parte del quehacer artístico, al participar en distintos eventos teatrales nacionales a través de exposiciones, coloquios y diversas actividades. Asimismo, se ha vinculando a creadores y pensadores nacionales y extranjeros con la comunidad teatral a través de conferencias, talleres, seminarios y eventos de distintos formatos.

A 35 años de su fundación, Díaz nos habla sobre el surgimiento del CITRU. “La importancia de que exista un Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral es un reconocimiento por parte del estado desde los años 80, que fue una década de prosperidad en la que se apostó por fundar éste y los cuatros centros de investigación del Instituto Nacional de Bellas Artes”.

Actualmente el Instituto Nacional de Bellas Artes cuenta con el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (CENIDIAP), el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (CENIDIM), el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza “José Limón” (CENIDID) y el CITRU.

Díaz señala que “muchos están viendo ya que el campo de la investigación teatral es un campo importante, muy rico, que es un campo muy necesario y que sí impacta al propio desarrollo de la disciplina teatral y que también impacta en el propio desarrollo de las intenciones de hacer un teatro diferente, de salirte de los cánones y de los paradigmas que se heredaron del siglo XX, de buscar nuevas maneras de relacionarse con el público”.

El trabajo diario del CITRU

CITRU_Wallpaper_001El trabajo de quienes conforman el centro también está enfocado en la preservación de los archivos, una labor que implica revisar, clasificar, catalogar, así como dar atención a los usuarios. La revisión del acervo consiste en “revisar qué tipos de archivos están más rezagados para proponer cosas como exposiciones y conferencias. Proponerle a los investigadores que le den luz a esos archivos, que se mantengan vivos y los conozca la sociedad, para que de alguna manera algún tópico del teatro mexicano tenga resonancia, reconocimiento; así como alguna personalidad”, apunta Arturo Díaz.

Otro aspecto fundamental es la conservación de los productos, los cuales deben mantenerse en estado óptimo. Respecto al tema, Díaz detalla que “diariamente se revisa que los archivos estén en perfecto estado de conservación y, si no, que se apliquen las medidas para su restauración y su mejoramiento”.

¿Quiénes componen este acervo?

Por supuesto que la labor de los investigadores del CITRU es primordial para la creación del acervo, sin embargo, hay algunos archivos que son donados al centro. Tal es el caso del archivo de la investigadora de teatro mexicano Josefina Brun, el cual fue recientemente dado en comodato por su hijo; o el de la actriz Mercedes Pascual.

Respecto a la posesión del archivo de Pascual, Díaz subraya “de alguna manera es un cúmulo de información de una época en la que ella participó y que no solamente da conocimiento de su trayectoria, sino además de un devenir del teatro en una época específica”.

“En ese sentido, también podemos recibir archivos en tránsito o en emergencia que de pronto tienen que estar resguardados y puestos a salvo. El CITRU también funciona para proteger y resguardar archivos que pueden de pronto perderse en estas dinámicas de la vida cotidiana, tanto de los herederos o de los propios artistas”, agrega el director.

Por otro lado, Díaz señala que el trabajo de los investigadores es constante, dentro de seminarios, talleres, ciclos de videos y conferencias -organizados por ellos mismo-, a los cuales se invita a participar a los alumnos de distintas escuelas. Todo ello con el fin de “abrir nuevas líneas de investigación, desde el campo de la filosofía, la pedagogía, la psicología, la historia, para indagar y generar nuevas miradas de los conceptos”, apunta.

Un archivo digital

banner-inba-digitalLa documentación de un archivo tan amplio que contenga el acontecer teatral de varias décadas por supuesto que tiene que ser accesible al público interesado. Gracias al uso de las nuevas tecnologías, dicho registro está disponible en formato digital y al alcance de todos, y llega a tener consultas que oscilan alrededor de los 20 mil usuarios al mes.

Al respecto, Díaz señala que es un gran logro por parte del CITRU, ya que este archivo virtual (difundido vía web dentro del portal INBA Digital y de la página oficial del CITRU) se ha consolidado y ahora es más eficiente para su consulta, optimizándose la catalogación, clasificación y la preservación de los archivos. “En cuanto a catálogos, está el catálogo en línea de la Biblioteca de las Artes en donde se pueden consultar los contenidos en esta biblioteca”, detalla el entrevistado.

Sin embargo, los archivos en tránsito, es decir, los que aún se están trabajando, están disponibles únicamente en forma física. Estos últimos se pueden consultar en el 5° piso de la Torre de Investigación del Centro Nacional de las Artes, ubicado en Río Churubusco No. 79, Col. Country Club.

Los anuarios teatrales

Frente a un vasto número de montajes y actividades que giran alrededor del teatro, el centro de investigación realiza una selección para poder abordar todos los géneros. Para ello, ha creado los anuarios de teatro “que se encargan de registrar toda la actividad teatral del área metropolitana”, mientras que la actividad artística al interior de la República es cubierta por “el apoyo que tenemos de los anuarios de teatro en los estados, que registra la actividad de los estados”.

La información que se registra de cada obra dentro de los anuarios de teatro incluye material fotográfico, así como toda la información que se genere en torno al montaje. “Se hace una selección representativa para cubrir toda la diversidad de teatralidades que se ofrecen”, apunta el director.

La selección de dichas obras depende de el tiempo que se mantienen en cartelera. “A diferencia de la danza que son funciones aisladas, en el teatro tenemos la ventaja de que son temporadas, por ende podemos programar el registro y la documentación”, en este caso se eligen obras que tengan una temporada fija y que les permitan darle un seguimiento.

Si bien el CITRU se involucra a nivel documental, también lo hace a nivel participativo, al colaborar en actividades de otras instituciones en las que el trabajo de los investigadores pueda inferir. “Nosotros nos sumamos a estas actividades para participar y ampliar las temáticas en cuanto a la disciplina teatral”.

¿Cómo se mantiene el CITRU?

difusionUn presupuesto de 300 mil pesos anuales se destina a las actividades del centro de investigación,  “la preservación del patrimonio documental, de los nuevos archivos que llegan para comprar materiales de primer y segundo nivel; para hacer procesos de fumigación y de limpieza; comprar materiales de conservación y restauración; asimismo para la organización de los eventos”.

Dicho presupuesto es usado también para la realización de actividades y la participación de los investigadores, “que puedan ir a encuentros, coloquios, festivales, muestras a todo el país, incluso a otros países. Ahí solicitamos apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de los estados, del propio Centro Nacional de las Artes y de otras instituciones”.

Planes a futuro. Posgrados 

La proyección a futuro del CITRU aspira a llevar la investigación teatral a un grado académico. “Que la disciplina teatral tenga posgrados en investigación teatral”, apunta Díaz.

El propósito es profesionalizar la labor de investigación a raíz de los ciclos de conferencias y seminario impartidos por investigadores del CITRU, “queremos darle un matiz completamente académico, insertarlo en el mundo desde la academia para posicionar la investigación teatral como una posibilidad de continuidad en el desarrollo profesional de los estudiantes de teatro en vías de que también existan los posgrados, maestría y doctorado”, agrega el director.

Una mirada al teatro actual

Bajo una mirada histórica sobre el acontecer teatral actual, el director opina “El teatro está sufriendo una transformación muy importante, está dejando una tradición para conquistar una nueva, se está vinculando con las nuevas comunidades y las nuevas problemáticas humanas sociales”.

Díaz explica que “tenemos una tradición de hacer un teatro basado en obras del siglo XIX o del Siglo de Oro que se están estudiando y reelaborando […] y que de alguna manera tienen que permanecer porque son las fortalezas con las que cuenta la disciplina teatral”, pero apunta que también se tiene que abrir el paso a nuevas formas de hacer arte, mismas que deben ser reinventadas constantemente.

“Ahí radica el impacto, en que permanezca un teatro y las formas de producción que han tenido éxito. Que el teatro se constituya como una fuente de trabajo para los estudiantes de teatro en una amplia diversidad y que justamente el reconocimiento de toda la variedad de teatralidades permanezca y no se estén aniquilando unas con otras”.

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