Por Roberto Sosa/ Hey! Woyzeck, perro! Es el título, es el nombre que le da “forma” a una creación escénica colectiva a partir de Woyzeck. El espectáculo está basado en un performance, una instalación que ocupa el escenario; no hay escenografía, no hay dramaturgia. El público participa en un espacio diseñado para los juegos de azar: mesas como en un casino o boletas para jugar al bingo. En medio de todo “aparece” de forma fortuita, aleatoria… Woyzeck.
Escrita por Georg Büchner en 1836, Woyzeck es una obra dramática, un texto poderoso que trata los efectos deshumanizadores en la vida de un joven soldado; indaga temas complejos como la moral a partir de la pobreza, el estatus y el prestigio; Woyzeck no puede tener moral debido a su pobreza. Sufre el abuso y humillación de la sociedad representada por el Doctor, el Capitán y el Tambor Mayor. Asesinar a su esposa Marie, es un acto de protesta, de autodestrucción, una forma de dar salida a la agresividad que acumula contra los estamentos sociales.
Hey ¡Woyzeck, perro! No refleja nada de esto, la índole del texto se pierde entre mesas de juego, luces, música y bebidas. La atención de pronto se centra en un castigo impuesto como: “40 sentadillas, por intentar violar a su hijastra”. El performance llena el escenario y el espectador cumple con su presencia y atención. En el teatro todo cabe, se puede tomar el espacio y expresarse a través de una versión agrupada y decir que se trata de este personaje.
Los lenguajes toman otros rumbos y se rompen moldes. El apetito por la creación devora los paradigmas y se va por otros caminos –en mi opinión está bien-, todos los que intervienen en está adaptación son profesionales, conocen el oficio, son buenos intérpretes. La necesidad de expresión desde la instauración, tiene sus riesgos y ellos lo asumen y creo que lo hacen bien… pero ¡¡ ¿en dónde está Woyzeck…?!!
Lo repito en el teatro todo cabe, lo que no me cabe es que tomen a un personaje como Woyzeck para exponer todo este cúmulo de ideas, expresiones y necesidades que cada uno aportó en esta “versión libre”. Siempre será incierto el resultado de una creación colectiva, no obstante se vale tomar riesgos, pero no me digan que es Woyzeck, porque no lo es. El título sugiere una versión, una visión diferida, muy propia desde su óptica de este dramático personaje… pero no, el resultado es otro.
Anabel Saveedra, Roldán Ramírez, Alejandro Navarrete, Roberto Campos, Roberto Paredes, Isaí Flores, Juan Carlos Saavedra y Carmen Ramos (dirige), se aúnan y organizan, se expresan, y exponen ideas que parten de su formación artística, desde su orden como intérpretes y creadores a partir de su forma de ver y sentir el teatro. El espacio lo ocupan para la dicción desde un lenguaje más corporal… nos puede o no gustar, estaremos o no de acuerdo, lo cierto es que… es muy válido.
Hey! Woyzeck, perro! Se presenta en el Teatro El Galeón del 7 de marzo al 24 de mayo, consulta precios y horarios de la obra aquí.
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