Por Gina Fierro/ El próximo viernes 11 de diciembre se llevará a cabo el estreno de la puesta en escena La Gaviota, un clásico de Antón Chéjov que el director Diego del Río trae a escena en una adaptación poco convencional en la que los actores son el único y principal recurso escénico. “Este texto me reta porque con sus personajes me obliga a entrar en psicologías muy complejas y no es nada fácil, hasta podría decir que es la obra más compleja que he hecho, porque su dificultad está en lo sutil”, expresó del Río en entrevista para Cartelera de Teatro.
El director de WIT: Despertar a la vida, Proyecto Chéjov: Vanya y Tribus nos comparte el quehacer artístico que ha desarrollado a lado de grandes talentos como Blanca Guerra, Odiseo Bichir, Mauricio García Lozano, José Sampedro, Paulette Hernández, Adriana Llabrés, Carlos Valencia, Pablo Bracho y Pilar Flores del Valle, quienes integran el elenco del montaje.
La importancia de ser dicha
“Aunque éste sea un clásico que se ha presentado ya muchas veces, es una obra que nos sigue hablando de algo real y cercano a todos, en ese sentido tiene una importancia de ser dicha. Plantea relaciones muy complejas entre madre e hija, entre una mujer mayor con un hombre más joven, entre el hombre que nunca pudo hacer lo que quería hacer realmente en la vida, etc. Éste es un mosaico de vulnerabilidad humana en el que el espectador ve retratada su propia vida”.
La adaptación
De acuerdo con su director, las características de los personajes que conforman la obra hacen posible que cualquiera se pueda identificar con alguno, “la adaptación de la obra no necesita estar contextualizada en México, porque finalmente el propósito es sentir una cercanía con la profundidad de los personajes”, detalló.
Sin vestuario y sin escenografía
En este adaptación, Diego crea una propuesta escénica particular al llevar a los actores a escena sin un vestuario diseñado y sin ser acompañados de otros elementos escenográficos, ya que el propósito del director es acercar al espectador al interior de cada uno de los personajes. “Quiero ser congruente con esa búsqueda del actor, me enfoco en lo actoral, es un riesgo, es más difícil y más incómodo, pero quiero compartir mi idea de que el teatro es del actor y para hacer teatro no se necesita más que un actor enfrente de un espectador”.
Cómo ubicar a los personajes en cada uno de los actores
“Pili, Paulette, Adriana y Sampredo son actores con los que he trabajado ya en casi tres años y nos hemos acompañado en el camino de nuestras carreras. Mauricio es un director y actor que admiro, que cuando leí la obra, dije es el personaje, físicamente, energéticamente y conociéndolo, es él. Blanca es una gran actriz con la que me emocionaba trabajar, conozco mucho su trabajo y tiene la potencia actoral que requiere su personaje. Y creo que con Carlos Valencia y con Odiseo me pasó que los vi en escena y me emocionaron. En todos vi algo del personaje. Aquí, todos son protagonistas, es un obra de ensamble en la que no hay protagónicos”.
“He pensado muchos años la obra y a mediados de este año empezamos a trabajar. El proceso de creación con los actores ha sido muy intenso y muy enriquecedor”.
Una obra que habla de teatro
“A mí me emociona doblemente porque es una obra que habla del teatro, qué es el teatro para Chéjov, yo comulgo con la visión del autor hacia el teatro”.
Uno de los aspectos que llamó especialmente la atención de su director fue la parte teatral que aborda el montaje, “el mismo autor plantea la importancia del teatro en la sociedad y vemos la parte de esta disciplina que es esencial, ritual y sagrada, no la parte que es ego, al contrario, él critica eso y lo personifica muy bien”.
“Este proyecto me deja sabores agridulces, porque me emociona y me divierte, pero por otro lado me duele, el material es triste y me deja un estado de nostalgia y melancolía, el mismo que está plasmado en la obra”, detalló. Consulta precios y horarios de la obra, aquí.
