Por Mariana Mijares / ¿Qué tipo de justicia se puede obtener luego de haber sufrido un secuestro, humillaciones y continuas violaciones? Paulina Salas (Ramírez) está convencida de que no hay mejor persona que ella para perpetuar justicia sobre el doctor Roberto Miranda (Ríos), quien cree, es el principal responsable del infierno que vivió hace 15 años cuando fue secuestrada. El gran meollo es que, aún mientras lo tiene amenazado a punta de pistola, no está segura de si realmente fue él la persona que le hizo tanto daño. ¿Cuándo se deja de ser víctima para convertirse en victimario?
Estos acontecimientos tienen lugar en la casa de Paulina y su esposo Gerardo (Martínez), un importante abogado a punto de convertirse en líder de una comisión de derechos humanos, y que luego de tener problemas con una llanta, es llevado a casa por un hombre desconocido: el doctor Miranda. En la casa, Paulina reconoce la voz del desconocido como la de su torturador, fiándose sólo de su oído. De fondo, suena de manera intermitente el Cuarteto para cuerda, n.º 14 en re menor, D. 810, más conocido como “La muerte y la doncella (Der Tod und das Mädche)” de Franz Schubert. ¿El contexto? La dictadura militar de Chile; periodo en el que este país sufrió una importante transformación económica, política y social y paralelamente ocurrieron violaciones a los derechos humanos que dejaron profundas secuelas en la sociedad chilena.
El autor de esta obra (la más representada en Chile desde 1990), el escritor chileno Ariel Dorfman, logra una pieza sumamente poderosa en donde como espectadores cambiamos continuamente de bando: por momentos, entendemos el dolor de Paulina y deseamos que logre su venganza contra el doctor Miranda; pero por otros, nos ponemos en la piel de este médico que asegura ser inocente, porque ¿y si realmente lo es?
Aunque esta obra se ha representado en múltiples ocasiones, -en México, y alrededor del mundo-, ha sido llevada al cine (en 1994 por por Roman Polanski) y hasta se hizo ópera, su impacto no se atenúa con el paso de los años o con el cambio de latitudes. Ahora, en la versión que actualmente se presenta en el Foro Shakespeare, se cuenta con un atinado elenco encabezado por una de las actrices mexicanas más notables: Arcelia Ramírez, quien en últimos años nos ha entregado memorables momentos en el escenario en obras como Antes te Gustaba la Lluvia y recientemente, la poderosa Clausura del Amor.
Aquí, como ‘Paulina’ nos hace vivir el sentimiento de una mujer que, a pesar de haber sido liberada hace 15 años, sigue presa; ya no es una cárcel de cuatro paredes, sino en una prisión de coraje, resentimiento, tristeza y sed de venganza.
Aunque México estrictamente no vivió una dictadura militar, sí ha experimentado acontecimientos muy violentos y violaciones a los derechos humanos; pero, como lo dijimos anteriormente, más allá del contexto político, esta obra es poderosa por las interrogantes que catapulta. Bien lo dice el personaje de Ríos, “Lo que al país le hace falta es justicia, pero podemos establecer la verdad…”
¿Cuál es la verdad en La muerte y la doncella? Dorfman la deja muy claro: la verdad la decide el público.
Dirige: Lorena Maza
Elenco: Arcelia Ramírez, Daniel Martínez, Arturo Ríos.
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