El pasado 11 de marzo diversos medios de comunicación informaron sobre el hallazgo de los restos de Miguel de Cervantes y de su esposa Catalina de Salazar. El día de hoy, los investigadores a cargo de la búsqueda de los restos del célebre autor confirmaron que de entre los fragmentos encontrados en la cripta de la iglesia de las hermanas Trinitarias, ubicada en Madrid, algunos pertenecen, sin discrepancias, al fallecido escritor.

Este hecho contribuirá por siempre a la historia y cultura, no solo de España, sino del mundo entero.

Los especialistas explicaron que durante la búsqueda aparecieron restos muy descompuestos asociados al creador del “ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, a su esposa y a las primeras personas enterradas en el recinto, el cual tenía una localización distinta a la actual.

Los restos fueron enterrados entre 1612 y 1630 en la iglesia primitiva de las Trinitarias, ubicada en un lugar diferente al que se pensaba hasta ahora, y fueron trasladados a la cripta entre 1698 y 1730, al momento que acontecían las obras de construcción del convento.

De acuerdo con la antropóloga Almudena García Cid, hay restos de un mínimo de cinco niños y un mínimo de diez adultos, correspondientes a las 17 inhumaciones documentadas inicialmente en el primer templo.

Francisco Etxeberría, forense y director de la búsqueda, señaló que no se han practicado pruebas de ADN ya que solo podría contrastarse con el de una hermana del dramaturgo, cuyos restos residen en un convento de Alcalá de Henares, a las afueras de Madrid.

Los restos se encontraban en el subsuelo, junto con artículos y prendas que permitieron datarlas con las del siglo XVII, y contrastarlas con los documentos históricos.

La investigación tuvo un costo de 124 mil euros (cerca de 130 mil dólares estadounidenses) y recibió el apoyo del ayuntamiento de Madrid.

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