Por Itai Cruz/ Dante Alighieri es una de las máximas figuras de la literatura universal. El poeta nació en el siglo XIII, y su importancia radica en que su obra renovó las formas literarias de la época, misma que significó la fundación del italiano como lengua, también vivió durante los agitados conflictos entre el poder del imperio y el papado que sacudían en aquel entonces, a cada una de las ciudades independientes italianas y fue víctima del destierro que lo alejó de su patria.
Sus principales obras son: La vita nuova escrita entre 1292 y 1293, cuyo tema central es el amor platónico, pues la escribió poco después de la muerte de su amada Beatriz; De vulgari eloquentia, ensayo que analiza el origen y la filosofía de lengua vernácula, escrito probablemente en los años que precedieron al destierro, entre 1303 y 1305; y su obra maestra, La Divina[1] Comedia, escrita alrededor de 1307 y que finalizó poco antes de su muerte, es una narración alegórica escrita en verso en la que se describe el imaginario viaje del florentino a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
Después de su creación y gracias a la invención de la imprenta, aparecieron más de 400 ediciones tan sólo en Italia. Además, sirvió de inspiración para numerosos artistas como los renacentistas Botticelli y Miguel Ángel, los ingleses John Flaxman y William Blake, el ilustrador francés Gustave Doré; los compositores Antonio Rossini, Robert Schumann y Franz Liszt. Asimismo, ha sido traducida a más de 25 idiomas.
Dante murió el 14 de septiembre de 1321, sus restos descansan en la iglesia de San Francisco de Rávena.
Dante en el teatro
La Divina Comedia título homónimo de la obra representada por Meno Fortas. En ella, se nos presenta un viaje a través de los terribles círculos del Infierno, creados por Dante, donde el protagonista se confronta con sus dudas, temores y esperanzas, cuyo desenlace es, sin duda, el encuentro con Beatriz.
El Infierno, una lectura a 11 voces, dirigida por Luis de Tavira, basado en el texto de Vicente Leñero. Es una obra de difícil representación[2]. En donde se hace una fuerte crítica social a periodistas, políticos y una serie de sectores sociales que podrían estar en el infierno. Al trasladarla a México, el Infierno se convierte en el Mictlán y los habitantes son custodiados por presencias del mundo prehispánico.
[1] El escritor Giovanni Bocaccio fue quien le añadió el adjetivo de “divina”, aunque este apelativo fue usado con el fin de caracterizar la obra, más que para determinar el nombre. Boccacio, autor del célebre Decamerón, fue un experto en la obra y medio siglo después de su creación, realizó una copia -de propia mano- que se conserva en la Biblioteca Riccardina. Además impartió cursos sobre el autor que derivaron en su Esposizioni sopra la Commedia di Dante.
[2] Leñero, tras asistir a las Jornadas Alarconianas en Taxco, recibió la propuesta del gobernador en turno de escribir una obra para el teatro que pretendía construir en las Grutas de Cacahuamilpa. Sin embargo, el funcionario no cumplió, así que no hubo teatro ni estreno de la obra.
