El día de hoy se cumplen 161 años de que naciera, en Dublín, Irlanda, Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde, mejor conocido simplemente como Oscar Wilde. Nacido en 1854, el poeta y escritor, que algunos críticos identifican con el decadentismo, llegó a ser a partir de la década de 1890 uno de los más destacados dramaturgos y escritores en el Londres de la época victoriana.

Entre sus obras más recordadas se encuentra su única novela, El retrato de Dorian Gray, su poema de largo aliento La balada de la cárcel de Reading (escrita antes de morir) y su conmovedor De profunis (publicado por primera vez en 1905 de manera póstuma). También son famosas sus narraciones cortas y sus epigramas.

En teatro, el autor irlandés escribió Vera o los nihilistas (1880), La duquesa de Padua (1883), El abanico de Lady Windermere (1892), Una mujer sin importancia (1893), Salomé (1893), Un marido ideal (1895) y La importancia de llamarse Ernesto (1895). El dramaturgo dejó inconclusas las obras La Sainte Courtisane y Una tragedia florentina.

Sus dos primeros textos teatrales no recibieron demasiado reconocimiento y Salomé, escrita originalmente en francés, no pudo ser estrenada por Sarah Bernhardt como estaba planeado, ya que se le negó la licencia debido a que mostraba en el escenario a personajes bíblicos. Finalmente esta obra sería representada por Bernhardt en París en 1896, estando Wilde encarcelado. Sus obras conocidas como comedias de sociedad (El abanico de Lady Windermere, Una mujer sin importancia, Un marido ideal  y La importancia de llamarse Ernesto) tuvieron un gran éxito con el público y fueron muy populares.

En 1891 Wilde conoció, a través de un amigo mutuo, a Lord Alfred Douglas, quien cursaba estudios universitarios en Oxford. Conocido familiarmente como “Bosie”, Douglas estableció una íntima amistad con Wilde, la cual terminaría convirtiéndose en un romance tempestuoso. El dramaturgo irlandés cumplía cada uno de los deseos del joven lord y la pareja se conducían con indiscreción e imprudencia, una fatal combinación en la Inglaterra de la época victoriana.

Esta situación provocó una serie de juicios en los que se vio involucrado el autor de El retrato de Dorian Gray, que finalmente, en 1895, lo llevarían a ser encarcelado por dos años. Durante su cautiverio el autor tuvo que realizar trabajos forzados; la situación, el trabajo forzoso y las condiciones en la cárcel mermaron gravemente su salud. El 19 de mayo de 1897 Wilde fue liberado, y se radica en París, Francia. Ahí moriría de manera prematura a las 46 años de edad el 30 de noviembre de 1900.

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