Por Óscar Ramírez Maldonado / Muchas veces cuando uno se enfrenta por primera vez a un montaje de David Gaitán queda seducido por la abundancia de elementos que parecen quedar a merced del azar y lo circunstancial. El juego del autor y director con la ficción y lo real resulta una herramienta útil para abordar la representación y la re lectura de ciertos códigos y convenciones que como público asumimos.
Por eso regresar sobre una puesta en escena de un texto de Gaitán, y dirigida por el propio autor, resulta en una experiencia doblemente interesante. Por una parte, al enfrentarnos nuevamente con el mismo montaje somos capaces de detectar los elementos que funcionan como una re-presentación de lo casual y que sin embargo son mecanismo efectivos de los cuales el autor echa mano para contar su historia. En la otra mano, el movimiento de sus actores y los toques de humor -que son distintivos en la obra de Gaitán- toman una nueva dimensión cuando presenciamos por segunda vez una historia que nos resulta ya familiar. Justamente eso es lo que sucede con Ricardo III 0.1, la cual se encuentra realizando una segunda temporada en el Foro Shakespeare.
Este montaje, cuya temporada de estreno fue hace un par de años, es una exploración sobre la vigencia de lo escrito por William Shakespeare para la generación nacida entre los últimos años de la década de los años 80 del siglo XX y el inicio del siglo XXI. En cierto modo, por extensión, se trata de una búsqueda de sentido generacional a los parámetros bajo los cuales esa generación ha crecido y vivido. Un interpretación a partir de su propia identidad.
Dos años después, y con el cambio de solamente una de las integrantes del montaje original, la compañía se nota más madura. Sin embargo, ese par de años también ha restado al montaje un poco de su fuerza inicial; estrenado justo después del proceso electoral de 2012, la idea de que algo estaba sucediendo detrás de las paredes del teatro se ha diluido un poco.
Ricardo III 0.1, de David Gaitán, cuenta con las actuaciones de Miriam Romero, Nora Del Cueto, Adrián Alarcón, Luis Eduardo Aponte Mariscal, Franco Guzmán, Bach-gabundo Martíny, Octavio Dorantes, y la actuación especial de Hasam Díaz. Este grupo actoral ofrece una interpretación que incluye ska, bailes y diversos elementos y disciplinas escénicas, ofreciendo en cada función un espectáculo lleno de mucha energía e intensidad.
Se trata de una propuesta interesante, llena de humor, mucha frescura y mucho caos. Es un montaje en el cual Shakespeare se vuelve un pretexto, no se trata una obra sobre el poder sino de una obra sobre una generación frente al poder y su propia identidad.
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