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El día de hoy, en conferencia de prensa, se anunció el inicio de temporada de la obra Un hombre ajeno, escrita y dirigida por Alejandro Ricaño, y con la actuación de José María Yazpik, Osvaldo Benavides y Adrián Vázquez. Con esta puesta en escena, Yazpik vuelve a los escenarios después de que hace dos años y medio finalizara la temporada de la obra Cock, que interpretó al lado de Diego Luna.

Alejandro Ricaño definió a este nuevo montaje como un drama de tintes cómicos o una “comedia de humor bastante negro”, que habla del individuo urbano y su último intento de encontrar la felicidad. Es la historia, dijo, de un ser que al buscar a un amor del pasado “se enfrenta consigo mismo, con un pasado turbio que venía bloqueando y evadiendo”, y con la pérdida. En este sentido, señaló, es un texto que se encuentra a medio camino entre el monólogo y una pequeña novela escénica.

Los tres actores interpretan al mismo personaje y al mismo tiempo interpretan a los demás personajes a los que va haciendo referencia el mismo personaje. Es un juego interesante, con una apuesta minimalista que los actores van resignificando durante toda la obra, dijo.

José María Yazpik refirió que desde un principio hubo una identificación y quedó atrapado por la obra, pues son cosas que ha vivido. “Pasé una crisis de los 40, he vivido desamores, me he sentido ajeno muchas veces, incómodo, solo, aunque ya pasé por eso se me hizo muy importante”, dijo.

Por su parte, Benavides apuntó que “es inevitable vivir hoy en día y no sentirse reflejado por el texto, porque además habla del vacío”, algo que a todos nos pasa; siempre en el fondo hay un dejo de tristeza y vacío, agregó. En este sentido, consideró que este texto conecta muy bien con la gente que vivimos en la ciudad. Sobre la experiencia actoral en este montaje, el actor manifestó que es una gran oportunidad de lograr profundidad, es un texto de actuación, con muy poca escenografía y poco trazo.

Al respecto, Adrián Vázquez coincidió en que se trata de una posibilidad “muy rica de jugar escénicamente”, como lo son todos los textos de Ricaño. “Es inevitable que uno como actor, sobre todo como ser humano, se identifique”, pues se habla de un síntoma muy palpable de la forma en que actualmente vivimos, dijo Vázquez.

Al conformar el elenco, comentó Alejandro Ricaño, se tuvo muy claro que se requería de tres actores muy distintos en su formación actoral y físicamente. En un principio, agregó, se pensó en que los tres tuvieran más o menos la misma edad, pero al final se pensó dar otra perspectiva con un actor un poco menor y fue entonces cuando se escogió a Osvaldo Benavides.

El elenco destacó que la interpretación simultánea de un solo personaje por parte de tres actores ha sido el resultado de un trabajo de equipo; este trabajo inició desde las lecturas y se ha continuado a través de la discusión y del descubrimiento de pistas dentro del texto, consideró Benavides. Por su parte, Yazpik apuntó que ha sido un reto muy divertido empatar a los personajes.

Sobre todo el proceso, Adrián Vázquez explicó que ha sido interesante que la propuesta del director ha sido que los actores no traicionen su propia naturaleza, sino que la asuman y así encuentren la manera de conectar con la naturaleza de los otros dos actores.

Alejandro Ricaño explicó que la obra es “muy desagradablemente honesta, es eso que la mayoría de los hombres no dice”. Para lograr esto, explicó, utilizó tres formas narrativas para desarrollar este monólogo interior: un personaje narrando lo que está haciendo, que enuncia; otra narración hacia el pasado; y la psicolepsis, que es un personaje narrando lo que está pensando, “con una honestidad que a la mayoría de las mujeres no le gustaría saber”.

El autor explica que durante las lecturas de la obra obtuvieron reacciones muy distintas por parte de hombres y mujeres, éstas últimas reaccionaban ante el cinismo, pero al final de cuentas ser reían, dijo. “Uno cuando escribe tiene que saber que va a perder la reputación”, un atractivo de esta propuesta, consideró es la honestidad de una visión muy masculina, pero que también habla del dolor. La idea de la obra surge, añadió, del concepto de “nada de lo humano me es ajeno” y se habla de un personaje que no logra conectar con esta idea, que no entiende la realidad y no puede relacionarse. Es un montaje, destacó, que habla del aletargamiento de nuestra sociedad, de una vida que nos pasa, nos atropella y ante lo cual no reaccionamos.

Un hombre ajeno estará en cartelera del el 21 de febrero al 20 de abril, hacer click aquí para conocer más detalles de la obra (horarios, boletos, dirección, etcétera).

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