Hoy 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Teatro. Desde hace 52 años que el Instituto Internacional del Teatro instituyó esta fecha para celebrar y difundir este arte que nos sirve como un espejo a las sociedades y los individuos. En el año de 1962 Jean Cocteau fue el encargado de dirigir al mundo un mensaje para hablar de la importancia y la trascendencia del arte, desde entonces se ha vuelto una tradición que año con año un personaje destacado de la comunidad teatral internacional dirija un mensaje con motivo de esta fecha. Este 2013 el encargado de hacerlo ha sido el dramaturgo italiano Dario Fo, aquí su reflexión sobre este maravilloso arte.

 

Mensaje de Dario Fo con motivo del Día Mundial del Teatro

Mucho tiempo atrás, el Poder resolvió la intolerancia que sentía hacia los actores de la Commedia dell’Arte expulsándolos de su país.

Actualmente, los actores y las compañías sufren para encontrar espacios al aire libre, así como teatros e incluso público, todo ello a causa de la crisis. Las autoridades, por lo tanto, no se han involucrado ni se preocupan por controlar a quienes se expresan con ironía y sarcasmo; ya no es necesario, puesto que los actores no cuentan más con espacios ni con público a quien dirigirse.

En sentido contrario en Italia, durante el Renacimiento, los dirigentes tenían que esforzarse, de manera muy significativa, para que los comediantes no se salieran de su dominio, ya que gozaban de gran cantidad de público.

Se sabe que el gran éxodo de los integrantes de la Commedia dell’Arte advino durante el siglo de la Contra-Reforma, por la cual se decretó el desmantelamiento de todos los espacios teatrales, especialmente en Roma, en donde fueron acusados de ofender a la Ciudad Santa. En 1697, el Papa Inocencio XII, sometido a la presión de las demandas insistentes por parte del ala más conservadora de la burguesía así como de los altos representantes del Clero, había ordenado el cierre del Teatro de Tordinona en cuyo escenario, según los moralistas, se habían presentado el mayor número de espectáculos obscenos.

En tiempos de la Contra-Reforma, el Cardenal Carlo Borromeo, quien estaba en funciones en el Norte de Italia, se había consagrado, de manera prolífica, a la redención de los “Infantes de Milán”, estableciendo una distinción tajante entre el arte, la forma más alta de educación espiritual y el teatro, expresión de lo profano y de la vanidad. En una carta dirigida a sus colaboradores, la cual cito de memoria, el cardenal se expresa, más o menos, en los siguientes términos: “Nosotros, que estamos decididos a erradicar la planta maligna, a ello nos hemos avocado, y hemos lanzado al fuego los textos que contienen discursos infames para extirparlos de la memoria de los hombres; hemos perseguido, al mismo tiempo, a todos aquellos que han divulgado estos textos de manera impresa. Es evidente sin embargo que, mientras nosotros dormíamos, el Diablo actuaba con mayor astucia. En qué mayor medida se impregna el alma gracias a lo que los ojos ven, que por lo que puede leerse en los libros de este género. De qué manera la palabra, dicha con la voz y gesto apropiados, hiere de manera más contundente los espíritus de los adolescentes varones, así como de las muchachas, que la palabra muerta impresa en los libros. Por lo tanto, es urgente que en nuestras ciudades, nos deshagamos de los teatreros como ya lo hacemos con los espíritus indeseables”.

De tal suerte que la solución única para la crisis reside en la esperanza de que exista una gran cacería de brujas contra nosotros y, sobre todo, contra los jóvenes que desean aprender el arte teatral: así nacerá una nueva diáspora de Commedianti, de gente de teatro quienes, ante tal imposición, sin duda se librarán de este apremio y ello redundará en beneficios inimaginables para una nueva representación.

Traducción de Quetzalcóatl Vizuet (México)

Fuente del mensaje: world-theatre-day.org

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