Bernard Shaw, nacido el  26 de julio de 1856 en Dublin es considerado uno de los autores dramáticos más importante de la literatura británica posterior a Shakespeare. Además de ser un fecundo autor teatral, fue el más incisivo crítico social y musical de su generación.

Creador de más de 50 obras a las que impregnó de un sutil sentido del humor, dramatizó distintos temas sociales animados por epigramas y diálogos vivaces.

Como crítico teatral ensalzó el trabajo de Henrik Ibsen, a quien dedicara el libro Las quintaesencias, publicado en 1891. Su primera obra Casa de viudas (1892), con clara influencia del dramaturgo noruego, era una sagaz burla de las convenciones del romanticismo, que aún se explotaban en el teatro inglés. Esta obra se publicó en el volumen Teatro agradable y desagradable (1898), que reúne sus siete obras para la escena: El mujeriego, La profesión de la señora Warren, El hombre del destino, El hombre y las armas, Cándida y Nunca se sabe, mismas que corrieron una suerte distinta ya que no fueron representadas en su época, duraron poco tiempo en cartelera, o fueron censuradas por su supuesta obscenidad.

Su lado contemplativo lo tradujo en obras en las que sopesaba la verdadera y falsa exaltación religiosa: El compromiso de Blanco Posnet (1909), Androcles y el león (1913). Por su obra Santa Juana (1923), en la que delinea a Juana de Arco como una santa hereje y mística pragmática, recibió el Premio Nobel de Literatura en 1925.

Su pieza Pigmalión (1913), una divertida e ingeniosa comedia de crítica social, alcanzó tal éxito que sirvió de base para el musical My fair lady estrenada en 1955 y sus versiones fílmicas de 1938 y 1964.

El escritor de origen irlandés murió el 2 de noviembre de 1950 en Inglaterra. En su honor cada año se realiza un festival en Ontario, Canadá cuyo objetivo es producir su legado teatral y el de sus contemporáneos.

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