José Zorrilla y Moral (1817 –1893) fue un poeta y dramaturgo español que destacó en todos los géneros poéticos: lírica, épica y dramática. Aunque inició sus estudios en leyes, pronto los abandonó para trasladarse a Madrid y llevar una vida bohemia.
Para entender mejor su obra hay que recalcar tres elementos:
1. La relación con su padre. Éste fue un hombre de rígidos principios, absolutista, que rechazó sistemáticamente las ideas de su hijo. El escritor cargaba con un complejo de culpa y, para superarlo, decidió defender en sus obras un ideal tradicionalista que correspondía al sentir paterno, pero en contradicción con sus ideas progresistas.
En su autobiografía Recuerdos del tiempo viejo menciona: “Mi padre no había estimado en nada mis versos: ni mi conducta, cuya clave él sólo tenía”.
2. Su afición por las mujeres: El amor fue eje fundamental en toda su producción. Tuvo un romance juvenil con una prima, dos esposas y varias relaciones en París y México.
3. Su salud. La aparición de un tumor cerebral quizá afectó su comportamiento. Se inventó un doble (Cuentos de un loco, 1853) y habló abiertamente de sus alucinaciones y sonambulismo.
Vivió en México de 1854 a 1866 pero no se inmiscuyó en la guerra civil que dividió al país en federales y unitarios. En 1858 viajó a Cuba donde permaneció por un año para volver nuevamente a México. Cuando en 1864 Maximiliano asumió el poder Zorrilla fue nombrado director del Teatro Nacional.
Como autor dramático el público aplaudió su trabajo ya que siguió los esquemas teatrales del siglo de Oro español, entre ellos, mantener la intriga durante toda la obra para resolverla en los últimos momentos. Todos los directores de teatro de Madrid querían sus piezas por lo que él trabajaba sin descanso. Entre sus principales obras dramáticas figuran El puñal del godo (1843), Don Juan Tenorio (1844), Más vale llegar a tiempo que rondar un año (1845), El rey loco (1847), La creación y el diluvio universal (1848) y Traidor, inconfeso y mártir (1849).
