La semana pasada el periódico inglés The Guardian informó sobre la suspensión en el Teatro Nacional de Uganda de una puesta en escena que abordaba las dificultades de ser homosexual en aquel país. La obra se presentaría en este recinto de Kamala, capital de Uganda, y tuvo que cancelar su temporada en el  lugar cuando las autoridades reguladoras intervinieron.

The River and the Mountain, que cuenta la historia de un joven empresario que asume sus preferencias sexuales en un clima de homofobia, tuvo que trasladar sus funciones a un espacio más pequeños después de la negativa del Teatro Nacional de Uganda de permitir las presentaciones. “Todos estamos decepcionados, pero no sorprendidos de que no podamos actuar en el Teatro Nacional”, señaló a los medios el actor Okuyo Joel Prynce, quien interpreta al protagonista de esta historia. “Lo que es sorprendente es el hecho de que no recibimos ninguna razón clara. Nadie se ha responsabilizado por esta decisión”, apuntó.

El actor ugandés comenta que la intención no es impulsar una agenda específica, sino aportar al debate público sobre el tema; “somos actores, no activistas”, dijo. En este sentido, Joel Prynce explica que la obra está ahí para inspirar la discusión en la comunidad y obtener una respuesta de la gente, “queremos que abra un diálogo”.

El diario británico señala que el país africano tiene la reputación de ser una sociedad profundamente homofóbica, en la cual en el año 2009 se introdujo ante el parlamento una ley en contra de la homosexualidad. Esta legislación, que toda no ha sido votada, propone severas penas, incluida la muerte, para aquellos que sean encontrados culpables de mantener relaciones entre el mismo sexo.

El montaje en cuestión, que se estrenó el viernes pasado en el Centro Cultural Tilapia entre temores de que la policía interviniera, ha provocado controversia sobre todo porque sugiere que el odio ha sido impulsado por los políticos y los líderes religiosos, quienes se buscan beneficiar con ello.

El autor del texto, Beau Hopkins, señaló que su deseo era el que la obra promoviera la discusión sobre la homosexualidad, “el objetivo de la puesta era que fuese discutida por el público y en los medios locales”. Sin embargo, según explica el autor británico, “los medios locales parece que acordaron no hablar sobre el tema, lo cual es decepcionante”. También es particularmente desalentador no poder presentarse en el Teatro Nacional, comenta Hopkins, pues ahí se hubiera podido llegar a una mayor cantidad de ugandeses.

Las presentaciones de la obra fueron detenidas en este recinto por el Consejo Regulador de Medios, el cual dijo a los productores- un día antes del estreno- que el guion debía ser autorizado por las autoridades, un requisito que normalmente no se solicita para las producciones teatrales. Al respecto, según informa The Guardian, el presidente del Consejo, Pius Mwinganisa afirmó que se trata de un procedimiento estándar sin ninguna motivación política, y agregó que la autorización para la obra se mantiene “bajo consideración”.

El Obispo Christopher Senyonjo, quien en 2006 fue expulsado de la Iglesia de Uganda por dar su apoyo a la comunidad gay, criticó la decisión al señalar que “esta obra ayuda a la gente a entender que las personas gay deben ser comprendidas y no rechazadas”. Al respecto, agregó, “mi iglesia quería que yo condenara a los homosexuales, pero yo no puedo condenar gente que es de la forma en la que nacieron”, puntualizó.

Fuente: The Guardian

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