El día de hoy nuestro país ha sufrido una pérdida enorme. Carlos Fuentes, figura fundamental en la literatura y el pensamiento durante los últimos cincuenta años en México y el mundo, falleció a los 83 años de edad en la Ciudad de México. Nacido en Panamá el 11 de noviembre de 1928, Fuentes nos deja a los mexicanos y al mundo un enorme legado.
Con una obra que comprende 22 novelas, más de 30 ensayos, 9 libros de cuentos, cuatro obras de teatro y un libreto de ópera, Fuentes recibió a lo largo de su vida un sin fin de reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que se destacan el Premio Xavier Villaurrutia, el Rómulo Gallegos, el Internacional Alfonso Reyes, el Premio Nacional de Literatura, el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Cervantes, la Legión de Honor, entre otros.
El escritor mexicano fue hijo de un diplomático mexicano, por lo cual su infancia y juventud la vivió en diversas capitales de América. Fuentes trabajó en el periodismo como colaborador de la revista Hoy, actualmente colaboraba con los periódicos Reforma y El País de España. Se licenció en Leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México y en economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. Fue también embajador de México en Francia de 1975 a 1977, sin embargo Fuentes renuncia a su cargo en Francia como protesta por el nombramiento del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador de México en España.
Miembro del Colegio Nacional, Carlos Fuentes incursionó en el mundo escénico con las obras Todos los gatos son pardos (1970), El tuerto es rey (1970), Los reinos originarios (1971), Orquídeas a la luz de la luna. Comedia mexicana (1982), y la reescritura de Todos los gatos son pardos que rebautizó con el nombre de Ceremonias del alba (1990). Además del libreto para la ópera Santa Anna, con música del cubano José María Vitier.
Sus trabajos como La región más transparente del aire, La muerte de Artemio Cruz, Las buenas conciencias, Gringo Viejo, Cristóbal Nonato, La silla del Águila, Tiempo mexicano, El espejo enterrado y muchas otras más, son fundamentales para entender el proceso social, político e intelectual que México ha transitado en sus últimas décadas.
