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Los atómicos es un grupo teatral mexicano que hace teatro de una forma poco ortodoxa y muy íntima. ¿Si uno puede pedir alimentos o un sinfín de servicios a domicilio, por qué no pedir una obra de teatro que llegue hasta la misma sala de nuestro hogar? Precisamente esto es lo que hacen Los atómico, llevar hasta el espacio íntimo y cotidiano en donde habitamos una puesta en escena.

Esta forma profesional de hacer teatro permite un encuentro cercano con los espectadores, “queremos hacer teatro para que la gente nos vea. Me encanta llegar a una casa desconocida, no conocer más que al anfitrión y, para mayor sorpresa, vernos rodeados de profesionistas que poco tengan que ver con el ambiente artístico”, dice Gisela Flores Medrano, una de las fundadoras de la compañía, en entrevista a sinembargo.mx.

Esta compañía está integrada además por Asur Zágada, Bernardo Benítez, Cristian Magaloni, Ismena Romero, Rafael Covarrubias y Ramón Valera. Ellos señalan que la cercanía genera un estado particular de las cosas, en el que la relación se torna muy íntima. “Introducir al espectador en la convención teatral dentro de un espacio cotidiano se vuelve fascinante porque la persona puede ser cómplice de la vulnerabilidad de la ficción dentro de este espacio familiar”, señaló Flores.

La compañía surgió como una especie de diálogo intercultural entre sus integrantes, los cuales son originarios de México, Costa Rica y Chile. Gisela Flores comenta que el grupo surge en Costa Rica, en donde la compañía teatral se dio a la tarea de conocer qué era lo que el público quería. Realizando una especie de encuesta al final de cada función, descubrieron que existía un hartazgo y aburrimiento de la sociedad hacia “la intelectualidad del arte”, señala la actriz. Entre lo que la gente opinaba había un malestar político y social, y con las puestas en escena que pretendían dar una “lección” a manera de moraleja. A fin de cuentas, llegaron a la conclusión de que “la gente está aburrida de la oferta cultural, de la dinámica, de sacar el ticket y sentarse en una sala convencional, del se-abre-telón y se-cierra-telón”. En este sentido, la Flores subraya que “está faltando aquel diálogo con el público que ocurre con cierta aproximación. Un canal más íntimo, de mayor conexión, hasta casi penetrar en el voyeurismo”.

“Con el teatro en casa cada función se vuelve un reto actoral persistente al no estar rodeado de elementos teatrales convencionales como lo es la escenografía o un diseño de iluminación. Eso no significa que utilizarlos sea mejor o peor. Simplemente creemos que son formas distintas de hacer teatro y nosotros hemos encontrado que nos gusta hacerlo así”, afirma Flores Medrano.

Si quieren conocer más datos sobre esta compañía lo pueden hacer ingresando aquí a su blog oficial o a su página en Facebook.

Fuente: sinembargo.mx

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