Por Jessica Coca / ¿Cómo hacer que un buque a punto de hundirse no sólo salga a flote, sino que además navegue? Aristéminis en Tacuba, escrita por Gabriela Ynclán, narra de manera ingeniosa y relajada las diversas situaciones por las que pasan algunas producciones teatrales al intentar consolidar un elenco que sea capaz no sólo de interpretar, sino de transmitir la esencia de cada personaje. Aunque en ocasiones esto resulte difícil, pues a pesar de tener a un experimentado director de escena, cuando el elenco no fue elegido en base a sus aptitudes sino más bien en sus atributos físicos, puede hacer del montaje una verdadera tragedia griega.
Esta divertida obra atrapará a la audiencia con los caprichos de Aneida, una conocida cantante de palenque y esposa de un importante político, quien decide aventurarse en la producción del montaje de una obra de teatro escrita por su amiga Naith y en donde el protagonista es Filadelfos, su nuevo affaire, quien tendrá la titánica labor de estelarizar a Aristéminis, el héroe griego elegido para liberar al género masculino del aplastante yugo del dominio femenino, pero… su limitada educación, su peculiar léxico y la poca preparación actoral hagan dudar a Macrofilios, director de la puesta, de la autenticidad y origen del héroe griego.
Aunque el texto en un principio no fue concebido para un musical, al ser la productora cantante, no hubo más opción que readaptar la trama a una versión que la protagonista dominara y en donde pudiera lucirse, situación que no facilita el trabajo de Macrofilios, pues además de considerar que los musicales no son teatro, tiene que lidiar con un elenco que altera la letra de las canciones o que a duras penas domina las coreografías y que en lugar de proponer algo en el escenario, sólo se preocupa por brillar de manera individual.
Para Filadelfos, protagonista del musical y joven “actor” amateur seducido por el medio artístico y deslumbrado por las promesas que le ha hecho la productora a cambio de ciertos favores es fácil creer que tiene todo a su favor para triunfar en el medio, pues además cuenta con la total aprobación y apoyo de la escritora para lograr proyectar a un Aristéminis impecable. Sin embargo, no toma en cuenta que para “hacerla” en esta profesión hace falta más que una cara bonita y un cuerpo de dios griego, pues se tiene que competir constantemente con el ego de todos aquellos que forman parte de este ambiente: desde los directores hasta los tramoyistas.
Si no eres fan de los musicales no te preocupes ya que sólo tiene 8 canciones, eso sí que muy bien cantadas y bastante espaciadas entre los diálogos de los actores, por lo que no sentirás que estás viendo un musical.
La dirección de escena está a cargo de Shendel Gerter, con coreografías de Lilian Germán y música original de Mario Cassán. Está dirigida principalmente a adolescentes y adultos consta de un solo acto que dura aproximadamente hora y media, los actores que interpretan este musical son Arturo Echeverría, Karina Luna, Marina Boido, Juan Carlos Velandia, Mariajosé Medellín, Paola Contreras y Héctor Guedea.
Marina Boido canta?