Por Gina Fierro/ Hannibal Lecter, The Joker, Alex Delarge, Jason, Freddy Krueger, el Agente Smith, Patrick Bateman, Darth Vader, Hal 9000, Jack Torrance, entre muchos otros, son algunos nombres que resuenan en la pantalla grande por su perversidad. Personajes que a pesar de ser los más despreciados dentro de las historias, han conseguido la admiración de su público.

En el teatro, hay villanos que frecuentemente visitan el escenario, tomando vida a través del talento de diversos actores, quienes tienen la tarea de ser los más odiados del teatro.

Landru

En un breve recorrido de los personajes más oscuros del teatro, encontramos al despreciable Landru, un psicópata encantador de mujeres que las enamoraba para después asesinarlas. En un relato titulado Landrú, el personaje es traído a la literatura por el poeta, ensayista y diplomático Alfonso Reyes, quien retoma la historia real de Nenri Désiré Landru, un seductor de mujeres viudas.

Este hombre aparece durante la Primera Guerra Mundial, cuando muchas mujeres perdieron a sus esposos en combate. Éste atraía a sus víctimas a través de anuncios en el periódico que decían “deseo conocer viuda con deseos matrimoniales”, táctica que le trajo cientos de mujeres. Su método consistía en contraer matrimonio con ellas, despojarlas de su dinero y después matarlas. Sus actos no terminaban ahí, ya que para ocultar sus delitos, Landru destazaba los cuerpos y los incineraba en el horno de su casa en París.

En abril de 1919, durante la búsqueda de los desaparecidos, la policía arrestó a Landru con la que fuera su nueva amante, la actriz Fernande Segret. En su casa, encontraron 295 huesos carbonizados, un kilo y medio de cenizas y 47 piezas dentales de oro que Landru guardaba en un cajón. El 25 de febrero de 1922 fue guillotinado en la cárcel de Versalles.

Recientemente, en un montaje dirigido por Marta Verduzco, Landrú y la mano del comandante Aranda, el actor Roberto Soto dio vida a Landru. Para su interpretación, el integrante de la Compañía Nacional de Teatro nos comparte en exclusiva para Cartelera de Teatro “por un lado, estudié el texto; por otro, me di a la tarea de entender y de investigar lo más que pudiera, lo más a profundidad, el carácter de un psicópata, sus rasgos, su manera de proceder”.

Al respecto, Soto nos platica que fue asesorado por una especialista en psicopatía “me entrevisté con una profesional que me dio datos, ella se encarga de hacerle entrevistas y de tratar clínicamente a psicópatas que están en la cárcel o en hospitales”. A partir del estudio minucioso del personaje, el actor explica que fue capaz de llevar al teatro a un hombre aparentemente común y corriente cuya capacidad de seducción pasaría desapercibida ante cualquiera.

Es así que Soto, guiado por la dirección de Marta Verduzco, presenta a este personaje dentro de una versión donde la música, el baile y la comedia tienen lugar. “Habría que lograr insertar este personaje dentro de un montaje claramente dirigido hacia la comedia, entendiendo que iba a ser una opereta donde iba a haber música y baile. Entonces, este personaje tenía que presentarse de una manera -con todas las características de un psicópata- encantadora, de un gran seductor, un hombre muy encantador”, describe Soto.

Don Juan

Uno de los personajes más visitados en teatro -por más de 172 años ininterrumpidos en México- es el legendario Don Juan, un hombre osado que no respeta ninguna ley divina o humana, caracterizado por su encanto hacia las mujeres. “Por donde quiera que fui, la razón atropellé la virtud escarnecí, a la justicia burlé y a las mujeres vendí”, apunta José Zorrilla en su obra Don Juan Tenorio.

Con la llegada del Día de Muertos, Don Juan Tenorio toma diversos escenarios, dando vida a su protagonista, un hombre libertino, movido por el amor, pero finalmente orillado a las sombras. Desde la escena, Don Juan, atribuido a Tirso de Molina, se ha convertido en un arquetipo que se ha extendido hasta la literatura universal.

Bajo la dirección de Juan José Tagle, este personaje regresó a escena a finales del año pasado, pero esta vez incrustado en la estética de Federico Fellini, ubicado en 1960 en la época de la aparición de las grandes estrellas del cine europeo y americano. El montaje fue protagonizado por Salvador Petrola, quien presentó una versión contemporánea del personaje, el cual desde el siglo XIX, parece ser atemporal.

En entrevista, Petrola apunta que él y el resto del elenco fueron parte de un retiro espiritual. “Estuvimos en un monasterio, estuvimos de retiro como de curas, para ensayar la obra 24 horas al día”, detalla el actor. Y agrega “sí le presté un poco de mi vida”.

El personaje, refiere “Don Juan me engatuza, es una serpiente, sí es el diablo, sí lo llegamos a tratar como si fuera esta cosa que es atractiva y que siempre te va a llevar si te dejas ir tantito”. Se trata de un personaje que está dispuesto enamorar a quien sea, pero también a matar a quien así lo desee.

Ricardo III

Quizás uno de los que encabeza a los villanos del teatro sea Ricardo III, un polémico rey inglés inmortalizado por William Shakespeare en su obra Ricardo III como un soberano acorralado que en plena lucha grita ¡Mi reino por un caballo!

Descrito como “un tirano sediento de sangre y sin escrúpulos”, este personaje es un hombre moldeado por los excesos del poder, cegado por la supremacía, que nos muestra la parte más deplorable del ser humano cuando el abuso del poder lo arrastra a la inmundicia. Este hombre, desfigurado por la escoliosis, miente, mata, viola y transgrede.

En la actualidad, la presencia de este personaje en el escenario retumba frente a un México donde un Ricardo III es factible frente a la situación política y social del país.

Foto: Pili Pala

De acuerdo con investigadores de la Universidad de Leicester, Ricardo III murió en penosas condiciones el 22 de agosto de 1485, a los 32 años, durante la batalla de Bosworth Field. En 2012, los restos del monarca fueron encontrados bajo un estacionamiento en Leicester, Reino Unido, donde descansan sus restos. Después de 1952, el de Ricardo III fue el primer funeral británico – casi con honores de Estado- por un rey.

En 2015, el director Mauricio García Lozano llevó a escena la obra de Shakespeare, trayendo de vuelta a este personaje que parece no caducar. En el papel protagónico, el actor Carlos Aragón nos habla sobre la labor titánica de encarnar este tipo de personajes “no es fácil encarnar malos espíritus, bajas pasiones, mostrar fehacientemente o lo más cercano a la veracidad de estas conductas humanas […] al escarbar en ellas evidentemente reflejas tus monstruos, tus fantasmas, los identificas y hay que ser honesto y sacarlos, ser veraz, de otra manera, serían personajes de cartón”.

En exclusiva para el medio, Aragón señala que para interpretar un personaje del calibre de Ricardo III hay que ser honesto, entregarse y reconocer las características que conforman a estos personajes oscuros, de esta manera “estás más cercano a conectar con la gente”.

Yago

De la pluma de Shakespeare, encontramos al malvado Yago de Otelo. Como servidor y confidente de Otelo, Yago trama engañarlo haciéndole creer que su mujer, Desdémona, le es infiel con Casto, su lugarteniente. Yago está hundido en odio, desprecia a Otelo y el amor que tiene con Desdémona. Con una duplicidad siniestra este personaje toma una papel fundamental en la obra del autor inglés al desatar el intenso drama del montaje.

En 1995, Yago fue interpretado por el reconocido actor Mario Iván Martínez, convirtiéndose en uno de sus personajes más destacados de su carrera, el cual realizó con la Compañía Nacional de Teatro de México. El montaje contó con la dirección del destacado director de teatro José Solé y se presentó en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.

¿Por qué son fascinantes los villanos?

“Tocan una parte que existe en todos los seres humanos, una parte de sombra, una parte que habita en nosotros”

“Uno quiere reconocerse en las bondades, en los actos limpios, claros, generosos, etc, pero cuando te topas con la magistral pluma de un autor como Shakespeare y transmites y conectas, no tienes más que aceptarlo, es un villano encantador este ser”, refiere Carlos Aragón sobre Ricardo III.

Por su parte, Roberto Soto concluye “todos los personajes oscuros en la historia tocan en cada uno de todos nosotros, una parte de sombra, en cada uno de los espectadores. No necesariamente tendrán que ser, ni asesinos, ni ladrones, ni estafadores, sin embargo todo ser humano tiene su lado de luz y de sombra”.

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