Por Gina Fierro/ Con un texto enriquecedor que se desarrolla a partir de la última pareja sentimental de Federico Gacía Lorca, el dramaturgo y poeta Alberto Conejero resuena en los escenarios españoles. Su obra, titulada La piedra oscura, nominada a los Premios Cartelera, estrena en nuestro país bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui, quien trae al escenario la presencia del poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX, García Lorca.

En entrevista exclusiva para Cartelera de Teatro, Sánchez Amunátegui detalla que su intención al montar dicho texto es hacer un homenaje a la compañía de teatro encabezada por Lorca, La Barraca. “En la obra se habla del teatro, la poesía […] El montaje es un poco ‘naif’, un poco como eran las obras en ese momento, con sus candilejitas, su telón pintado. Quería recrear las obras de La Barraca a través de este texto de Conejero”.

Y aunque el texto original propone al personaje de Federico García Lorca como una voz en off, el director decide traer la presencia física del poeta, ésta interpretada por los actores Daniel Fuentes Lobo y Jhovanni Raga (alternando el papel). En entrevista para el medio, Fuentes Lobo detalla, “Federico siempre es percibido como un fantasma, simplemente está acompañando. De vez en cuando tiene unas intervenciones, que es cuando añora estar con Rafael más de cerca, cuando regresa a momentos de dolor o expresa lo que está pasando en el momento con sus sonetos”.

En plena Guerra Civil, los personajes de esta historia se enfrentan el rechazo de los homosexuales, a la opresión propia de la guerra y a una incertidumbre que exponen dentro de una celda, donde Rafael Rodríguez Rapún, el último compañero de Lorca, vive sus días finales a lado de un soldado a quien hará sus últimas confesiones.

En el papel de Rafael, el actor Kerim Martínez señala, “Rafael está como acuartelado en un hospital en Santander, está custodiado por un soldado muy joven con el que establece un vínculo, una conversación, primero es una conversación muy violenta hasta que, poco a poco, empiezan a conocerse sus posturas políticas, sus ideas de la vida y todo lo que traen dentro como seres humanos”.

La obra, detalla Fuentes Lobo, está llena de “momentos de intimidad por los que pasan los protagonistas, estos momentos de empatía, de rivalidad incluso, en la misma guerra, de incomprensión, toda una montaña rusa de emociones y momentos que están muy bien tejidos por el autor y eso, yo creo que es lo que sostiene la obra”.

La puesta se presenta en Café K-OZ Foro Cultural, un espacio que permite una cercanía con la audiencia, al respecto el actor Jonathan Persan (quien interpreta el papel del soldado) opina, “que sea un espacio tan íntimo nos genera como esa cosa de estar adentro de una celda, en donde también el público se siente como prisionero de la situación que estamos viviendo nosotros (los personajes)”.

Bajo la batuta de Sánchez Amunátegui, el actor subraya que la intención de la obra es “precisamente contar una historia de amor, honesta, que fue oculta por la época en la que vivían los homosexuales -no sólo ahora son perseguidos, antes eran más perseguidos todavía-. Aun así, podían amarse, pero era terrible, porque siempre tenía que ser a escondidas”.

El proyecto se realiza con un equipo creativo integrado por Tareke Ortiz, responsable de la música original; Violeta Santiago, en la producción ejecutiva; Kerim Martínez, creador de la pintura escénica; K-OZ Producciones y Amunátegui, a cargo de la producción general.

Consulta precios y horarios de la obra, aquí.

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