Por Gina Fierro y Óscar Ramírez Maldonado / El pasado viernes, Alejandra Serrano en teatromexicano.com.mx publicó el texto “¿Se parecen Wenses y Lala a Pedro y Lola?”, en el cual la periodista teatral puso sobre la mesa un tema sensible para la comunidad artística: el plagio y la apropiación de la obra de un tercero. Si bien sorprende un poco que un sitio hecho por dramaturgos y directores -que son los principales afectados en este tema- deseche de manera expedita este tipo de rumores, acertadamente lanza una convocatoria a “una discusión pública y con argumentos”.

En Cartelera de Teatro decidimos hacer un ejercicio de comparación entre ambos textos, materiales gráficos y de video que pudimos recopilar. Como resultado encontramos algunas coincidencias que incluyen semejanzas de texto, vestuario, personajes, etcétera. Todo esto lo recogimos en un cuadro que al final de este texto pueden revisar. Asimismo, consultamos directamente a los implicados en estos rumores para conocer, de primera mano, su opinión.

Los antecedentes

A finales de los noventa La Divina Fauna, un grupo creado y dirigido por Edward Coward, comenzó a destacar en Tijuana. La propuesta vanguardista de esta agrupación comenzó a ser reconocida por el público y los críticos de la escena local. Posteriormente llamarían la atención a una mayor escala durante la 21 Muestra Nacional de Teatro, en la cual formaron parte de la programación las puestas en escena Historia de China, Guía Nocturna y Pedro y Lola.

En su momento, Olga Harmony destacó en La Jornada: “Edward Coward es uno de los teatristas más sensibles y talentosos con que cuenta la escena mexicana. He tenido la oportunidad de ver varias escenificaciones suyas con el grupo La Divina Fauna y siempre me ha conmovido y admirado el modo tan peculiar que tiene de contar historias”.

Pedro y Lola, interpretada por Maricela Peñalosa y Juan Manuel Raygoza, se estrenó en 1999. El montaje, escrito y dirigido por Coward, tuvo una buena aceptación por parte de la crítica. La historia de amor de dos personajes que cuentan de frente a la audiencia sus anécdotas y recuerdos de varias décadas de relación conectó con el público de manera inmediata. Pedro y Lola  tuvo en el 2000 una temporada con relativo éxito en el Teatro Helénico.

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Morris Gilbert habla durante la presentación de padrinos de Wenses y Lala en Teatro Banamex

En septiembre de 2014, el montaje Wenses y Lala estrenó en el Teatro La Capilla. Desde entonces, la obra escrita y dirigida por Adrián Vázquez  ha tenido éxito en taquilla, el cual lo llevó a transitar del circuito independiente al comercial. Actualmente, bajo la producción de Morris Gilbert, Wenses y Lala realiza una temporada en el Teatro Banamex. Incluso figuras de la farándula y del periodismo de espectáculos, como Paty Chapoy y su equipo de Ventaneando, recibieron en febrero pasado un homenaje por parte del montaje por sus 20 años al aire.

Vázquez ha tenido un gran crecimiento en los últimos años; este 2016 ha sido muy activo para él, pues en enero pudo presentar en La Teatrería cuatro de sus obras (Wenses y Lala, Los Días de Carlitos, El Hijo de mi Padre y Algo de un tal Shakespeare), actualmente dirige en el Teatro Helénico Fractales, de Alejandro Ricaño, y para junio vendrá una nueva temporada de Más pequeños que el Guggenheim, también de Ricaño y en la cual actúa.

Edward y Adrián

Entre Wenses y Lala y Pedro y Lola existen algunas similitudes que han sido el origen de los rumores. El autor de Pedro y Lola sostiene en entrevista para Cartelera de Teatro que estas coincidencias no son sólo “de texto o de anécdota, sino también de idea, de dirección y de espacio escénico y gracias a que tenemos el video y el texto es que nos podemos dar cuenta de esto”.

En su momento, la dramaturga y crítica de teatro, Bárbara Colio, escribió una reseña de Pedro y Lola, publicada en Bitácora en su edición del 28 de abril al 4 de mayo de 2000, la cual decía: “No hay una definición de tiempo, ni de cultura y sin embargo sabemos muy bien dónde estamos. El vestuario es antiguo o moderno. Ellos son mexicanos o rusos, no sabemos si son jóvenes o viejos. Ni siquiera sabemos si están vivos o muertos. No sé cuáles sean las respuestas correctas, ni siquiera sé si las hay, lo cierto es que ellos nos pertenecen, no sé cómo, pero nos pertenecen. Ese es el hallazgo de Pedro y Lola”.

Al consultar al autor de Wenses y Lala, y mencionarle aquella publicación del 2000, Adrián Vázquez acepta que existen similitudes, “no las niego, la verdad”. Pero acota, “mis personajes hablan desde la muerte. En su dramaturgia, como Bárbara Colio lo menciona, de la dramaturgia de él, no se menciona que hablan desde la muerte (Pedro y Lola). Por ahí yo también he escuchado algunos comentarios de gente que vio la obra que decía, que sí era, que están muertos”. Sin embargo, remata: “creo que hay otra cosa de esas similitudes, una pareja que habla del amor, sin embargo, si eso es plagio, pues me he plagiado con Wenses y Lala el veinte por ciento de la dramaturgia universal”.

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El actor y dramaturgo señala que conoce el trabajo de Edward Coward, quien le parece “un director muy interesante”. Sin embargo, se distancia y afirma: “mis planteamientos son otros, o sea, en Wenses y Lala hay un claro, clarísimo homenaje a la dramaturgia y al estilo teatral de Sergio Galindo, de Hermosillo. A la depuración estética de Marco Pétriz, no sé, a la manera de trabajar de Martín Zapata”. Y más adelante nos señala, “yo respeto el trabajo de Edward, me dio un chingo de gusto saber que regresaba hace un año, dos años, a la escena, pienso que es un creador que hace falta en el país, sí lo creo, hasta ahí, hasta ahí llega mi respeto y mi admiración”.

Tanto Coward como Vázquez reconocen que tuvieron una relación académica. “Adrián fue mi alumno en el 2000 y fue un alumno que yo nunca consideré brillante […] y lo terminé corriendo, de una manera muy elegante”, nos dice el autor de Guía nocturna.

Por su parte, Adrián Vázquez confirma su paso por el grupo, sin embargo, cuenta una historia distinta. El intérprete de El hijo de mi padre y No fue precisamente Bernardette dice que Edward Coward estuvo a punto de correrlo de su taller por no alabar a Pedro y Lola. “Yo la ví en el 99, no recuerdo… en el 2000 la vi, sí claro, la conocí, la vi, sí me gustó, me parece un trabajo hermoso, bonito, entrañable”, nos platica Vázquez, y agrega “en su momento Edward estuvo a punto de correrme de su taller, porque yo no hablaba las maravillas que todo el mundo decía de su obra. Yo decía que era un trabajo bonito, simple, estético, bien cuidado, nada más”.

clase

Foto tomada durante una clase de Edward Coward, al centro del piano (de color vino) Adrián Vázquez.

De la opinión de Vázquez sobre Pedro y Lola hay versiones confrontadas, pues Coward afirma: “Tengo en la memoria muy claro que estaba yo sentado en las escaleras de la Casa de la Cultura (Tijuana), todavía no era mi alumno, se acercó y me felicitó porque vio Pedro y Lola y me dijo ‘de veras no sabes cómo me gustaría estar en una obra así’. Te estoy hablando de hace bastantes años”.

Edward Coward señala que Adrián Vázquez vio varias veces el montaje, “el fue compañero de los actores de Pedro y Lola en un grupo en el que estuvimos, él estuvo en la época en la que Pedro y Lola se presentaba. Él estuvo muy cerca todo ese tiempo, porque cuando yo armé ese grupo, el único montaje que teníamos en cartelera era Pedro y Lola”.

En este sentido, el actor de Más pequeños que el Guggenheim apunta: “claro que lo conocí, claro que lo vi, pero por supuesto que en ningún momento se la plagiaría […] yo no tengo ningún problema en darle el crédito a la literatura o a los referentes que me inspiran, lo he hecho desde siempre, desde que yo empecé a estudiar teatro, entiendo lo que es un plagio y entiendo lo que no se debe hacer. Me parece a mí, tan desleal, como la difamación”.

Si la acusación de plagio se debe a que ambas obras se parecen, Vázquez agrega, “lo que puedo decir es que Wenses y Lala se parecen, con esos mismos puntos, se parecen a otras miles de obras […] Sin embargo, no hay nada que sea trasladado de la obra de Pedro y Lola a Wenses y Lala, no sé, anecdóticamente, incluso temáticamente”.

Durante nuestra plática con el autor de Wenses y Lala referimos algunas similitudes que se encuentran en el texto (consultar anexo), entre ellas, una escena que habla del primer encuentro sexual entre los protagonistas. La escena hace énfasis en un río, un pirul y los pies de Lala. Por su parte, en el texto de Pedro y Lola, en una escena que nos explica su autor se refiere a la muerte de los personajes, la sonoridad del texto gira en torno a un eucalipto y las manos de Lola. Sobre esto Vázquez destaca la ausencia de un río en la obra de Pedro y Lola, “si hay un plagio, es un autoplagio, justo la parte que tú, de la que hablas de estos personajes, yo tengo un referente muy directo en El hijo de mi padre (2011)”, en la cual hace referencia a los árboles de pirul”.

Adrián agrega que además de las coincidencias hay también diferencias, “en la obra de Edward no hay un ápice de violencia, no hay un solo aspecto en el que se toque la violencia y la obra de Wenses y Lala está plagada de violencia, ellos están inmersos en la violencia, y es una violencia inspirada en la actualidad, en la lucha que tiene el país contra el narco, contra la violencia”.

Según el actor originario de Tijuana, si se lee la obra buscando similitudes, éstas se van a encontrar. “Pero es lo mismo si hablas con Boris Schoemann […] un día me dijo ‘me recordó mucho a El puente de piedra y la piel de imágenes‘, que es una obra que hicimos juntos, ese sí es un referente directo que yo pongo, ahí yo me quedé ‘ah, sí es cierto, la niñez del Puente de piedra y de Wenses y Lala, no mames, tienen como un no sé, un ambiente, un aroma muy similar’. En algún momento Boris me dijo ‘¿te la plagiaste?’ dije ‘no’, me dijo ‘me recordó’ y dije ‘órale, sí es cierto maestro, ahora que lo menciona, es cierto’”.

Edward Coward nos narra que cuando vio un día la publicidad de Wenses y Lala a través de Facebook, tuvo un shock por la similitud de la imagen con la del póster promocional de Pedro y Lola. “Desde que vi la foto sentí un escalofrío terrible y rápido hice una conexión. Me cayó un veinte y luego empecé a leer la sinopsis, en ese momento le ‘rolé’ a todos mis ‘compas’ cercanos la sinopsis y todo el mundo empezó a gritar y a tirar madres, porque todo el mundo me dijo ‘eso es Pedro y Lola‘ […] Yo me puse mal, pero decidí no ‘pelar’, porque en ese momento andaba metido en hacer una película y en hacer mil cosas, y venía casi saliendo de un ataúd, porque a mí todo el mundo me daba por muerto y creo que esa es una de las razones por las que creyeron que iba a ser muy fácil ‘pepenarme’ las obras”.
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Vázquez reconoce la similitud entre el póster de ambas puestas y señala que el arte para Wenses y Lala fue realizado por el artista visual iEve González, el cual tiene total libertad creativa y es el responsable del diseño. La similitud, nos dice, se la hizo notar el actor Carlos Valencia, quien al verlo en las redes sociales le puso una nota: “el cartel, el cartel me recuerda mucho a Pedro y Lola”. En ese momento, dice el dramaturgo y director, le pareció ameno, “yo no lo había notado, pero tiene razón, sí se parecen”.

Adrián Vázquez cuestionó el hecho de que Edward Coward no haya visto Wenses y Lala cuando ésta se presentó en Tijuana. “Me resulta increíble, yo me he presentado seis veces en Tijuana, la primera vez que yo me presenté tenía de contacto a Edward Coward, yo le mandé, no voy a decir que le mandé a él específicamente, pero mandé un evento en Facebook en donde incluía a toda la gente de Tijuana”.

Coward, por su parte, señala que él decidió darle la espalda al asunto, “decidí no querer saber nada y que pasara lo que pasara”. Por esta razón, afirma, nunca fue a ver el montaje, “algunas personas me decían es que esto es un plagio”, apunta el autor, y agrega, “me da mucho miedito pues lo que voy a sentir, pero bueno ya estoy grandecito, me voy a meter y la voy a ver porque todo mundo me pide ese requisito […] Me parece muy correcto que se me pida que vea la obra completa y lo voy a hacer como tarea”.

El fundador del grupo tijuanense La Divina Fauna explica que en videos colgados en YouTube ha podido ver que toda la idea, la propuesta escénica de dos personajes de frente hablando con el público, la dirección, el tema, el hecho de que Wenses y Lala estén muertos, que Lala esté vestida como novia, fueron elementos tomados de su obra. “La idea que yo manejo es muy sencilla, que son dos fantasmitas y piden un deseo, y que el deseo es regresar a la vida a casarse de nuevo”, señala.

Sin embargo, Adrián Vázquez califica como increíble y ridículo que gente que no haya visto la obra hable de plagio.

Finalmente, Edward Coward sostiene que constantemente lo contactan para adquirir los derechos sobre Pedro y Lola. “Lo que yo tengo pensado es que después de que truene este mitote, lo que voy a hacer es liberar los derechos y voy a decir ‘móntenla quien les dé su chingada gana, nada más avísenme y se acabó’ […] porque es una obra bien bonita de amor, de lo importante que es el amor y sólo eso necesitamos en este momento en este país”, advierte.

¿Quiénes son Coward y Vázquez?

Edward Coward: Ha escrito y dirigido las obras a Decir Star, Historia de China, Guía Nocturna y Pedro y Lola. En cine participó en 2015 en la película Las elegidas, dirigida por David Pablos, la cual estrenó en Cannes. Entre sus más recientes proyectos está William, el nuevo maestro del Judo de Ricardo Silva, una cinta que se estrenó en el Palais K “J. L. Bory” en el Festival de Cannes Marché du Film, en la que igualmente colabora como actor.

Adrián Vázquez: Ha escrito y dirigido Wenses y Lala, Los Días de Carlitos, El Hijo de mi Padre, No fue precisamente Bernardette y Algo de un tal Shakespeare. Como actor ha participado, entre otras, en Más pequeños que el Guggenheim y Un hombre ajeno, de Alejandro Ricaño; entre las obras que ha dirigido se encuentra El Ventrílocuo y actualmente Fractales.

 

ANEXOS

Wenses y Lala

Pedro y Lola

   

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vestuario-obras

Wenses y Lala

Pedro y Lola

Participó en la 36 Muestra Nacional de Teatro 2015

Participó en la 21 Muestra Nacional de Teatro 2000

 

Anécdota y dirección

Título Wenses y Lola Pedro y Lola
Anécdota Un matrimonio ya fallecido cuenta al público la historia de su relación. Un matrimonio, que duró 64 años, cuenta al público la historia de su relación. Del texto se infiere que ambos están muertos.
Vestuario Lola viste de blanco con un vestido largo, un chal y zapatos blancos de poco tacón. Pedro usa una tejana, corbatín y un traje de estilo tejano color negro. En algún momento de la obra los personajes hacen mención de que la ropa que usan es la que utilizaron durante su boda. Lola viene vestida de novia (una novia muy sencilla con un pequeño tocado en la cabeza). Pedro está vestido de traje negro y un corbatín. La imagen da la sensación de que se van a a casar o se están casando.
Entrada de los personajes Los personajes están en escena sentados en una banca esperando a que el público entre, mientras éste entra a la sala, los actores observan.

Cuando la audiencia está dentro, los personajes comienzan a hablar directo al público para presentarse y contarles a los espectadores su historia de amor.

Las luces se apagan y ambos actores entran detrás del público caminando por una alfombra roja que se dirige a una especie de altar y un par de sillas. Con un cenital al frente, los actores empiezan a caminar, avanzan, se sientan y empiezan a narrar al público directamente su historia de amor.
Relación personajes En el transcurrir de la obra, los personajes se describen entre sí, poniendo énfasis en sus defectos, pero también en sus virtudes. Narran su historia desde que se conocieron a los 3 años. En repetidas ocasiones discuten por cosas que recuerdan que se hicieron, pero al final sólo lo recuerdan como experiencias y no hay resentimientos entre ellos, porque su amor sigue siendo igual de fuerte. Durante la obra el público se va dando cuenta cómo es la relación entre los dos personajes, quién es Pedro y quién es Lola, y quién dice Lola que es Pedro. Ellos pelean constantemente, pero siempre hablando del amor que se tienen.
La muerte de los personajes Al principio del montaje, los personajes informan al público de su muerte, le hacen notar que están muertos y, a manera de broma, explican que lo hacen para que el público no se “sorprenda” cuando se entere que ya murieron. En el transcurrir de la muestra, el espectador intuye que los personajes están muertos y cuentan su historia al público como si Dios les hubiera dado permiso de celebrar su boda, volverse a casar o recordar su boda, aún después de su muerte. Al final, al espectador le queda una sensación de un amor eterno o el amor aún después de la muerte.
Personajes Wenses y Lala son personajes que contrastan mucho en su personalidades, ella es muy platicadora, desinhibida, con un gran carisma y canta muy bien. Mientras que Wenses es tímido, le cuesta trabajo hablar y no es tan abierto. Ambos son del norte del país. Pedro y Lola son de un pueblo en algún sitio indeterminado de la República. Lola canta muy bien, es parlanchina y alegre. Pedro baila muy bien, pero es más reservado.
Escenografía Una banca Dos sillas y un recuadro detrás de ellos que pareciera una especie de altar. Hacia el centro del escenario se ubica una alfombra roja por donde entran los personajes.
Interacción con el público Se rompe la cuarta pared. Desde el principio los personajes avisan al público que ellos dos están muertos y que les contarán su historia. Se rompe la cuarta pared. Los personajes se dirigen al público para contarles su historia.
Lenguaje El diálogo es fluido y directo, evoca el habla provinciana. Los personajes tienen un claro acento norteño. El diálogo es fluido y directo, evoca un habla provinciana.

 

Texto

Wenses y Lala *

Pedro y Lola **

La estrella Escena VI Estrella Fugaz (pp 20-21)

-Mira… pide un deseo… ¿Ya?

-Ey.

-Ahora yo… ¿Qué pediste?

-No se dice.

-Nomas a mí, no se lo digo a nadie.

-Yo tampoco.

-Ya Wenses dime.

-(Niega).

-(Sonríe)… Bueno pos yo sí te voy a decir.

-Pos dime si quieres, es tu problema.

-No, pos no se dice (Lo abraza). Híjole Wenses, no cambias. Me caes re´bien… Wenses.

-Mmm.

-¿Tú te acuerdas de tus papás?

-Pues…

-Yo ya casi tampoco.

-…

-…

-¿Lala?

-¿Mmm?

-¿Me cantas?

– Porque ¡ah! Como le gustaba que le cantara. Y a él no, él no canta nada. Nunca me cantó. Bueno, no desde un día que:

pp. 158

Lola: ¡Pedro! ¡Pero! ¿Ves esa estrella?… la roja, la más grande, ¿La ves? Es la más grande, Pedro.

Pedro: ¡Ah! Sí, ya la vi.

Lola: Qué bonita ¿verdad? Se llama Venus, la estrella del amor.

Pedro: ¿De veras?

Lola: Si… ¿Viste, la viste? ¡Una estrella fugaz!

Pedro: Sí, sí la vi.

Lola: Pide un deseo, se puede pedir un deseo, ¿sí sabías?

Pedro: No.

Lola: Pide un deseo y segurito se te cumple… ¿Ya? … pero no lo digas, si no, no se te cumple Pedro,

¿Ves aquellos rombos como papalotes? ¿Los ves? Mira alá, allá se ven claritos. Son las osas, la mayor y la menor.

El árbol Escena VII pp. 25-26 Reclamo

-Esa fue una época muy rara, íbamos creciendo y nos pasaban cosas que no sabíamos cómo explicarnos, cómo responder a tanto cambio, a tanta vida. Un día estábamos el Wenses y yo en el río, bañándonos, vichis, no teníamos problema con eso, siempre lo hacíamos, siempre lo habíamos hecho ¿Te acuerdas?

-…

-Wenses.

-Pos no sé de qué hablas.

-Del día… el día… el día.

-Ah, ¿ese día?

-Ey.

-No, po sí, sí me acuerdo..

-De qué te acuerdas?

-De ti…

-¿En el río?

-Sí.

-Ya sabía…

-Sí.

-¿De qué te acuerdas?

-De ti, con los pies en el río, recargada en el pirúl.

-¿Y que más?

-Nada, sólo veía el agua vibrar… Y luego, tu cabello, tus chinos, las hojitas del pirúl enredándose entre tus cabellera. Y tu espalda, también veía tu espalda estremecerse… Y el cielo, las nubes en el cielo… ¿Te acuerdas? Yo sí me acuerdo… ¿Y tú?

-De los rayos del sol entre las ramas y las hojitas. De los pies en el agua. Moviéndose al son del río. Acompañándonos. Recuerdo tus pies a través del agua, entre los míos, como queriendo treparse a un escalón invisible, sentirme entera, sentirme viva, sentirme, sentirme y poder sentirte… ¿Te acuerdas de los pies en el agua?

-Creo que sí. No sé. Yo miraba al cielo.

-Yo estaba temerosa. Sentía muchos nervios. Pero tú estabas ahí, a mi lado.

-Ey.

-(Silencio).

pp. 171-172

Lola: ¿Te acuerdas?

Pedro: Sí.

Lola: ¿Que fe lo que viste…? No me digas, mi mano.

Pedro: Tu mano, sí.

Lola: ¿Y qué más?

Pedro: Un árbol.

Lola: ¿Todo el árbol?

Pedro: Sí.

Lola: ¿Qué árbol?

Pedro: El eucalipto.

Lola: ¿El que querías cortar?

Pedro: Sí.

Lola: Y yo no te dejé… ¿ves?

Pedro: ¿Y tú?

Lola: Yo no sé, yo creo que no vi nada o no me acuerdo.

Pedro: Tenías miedo.

Lola: Estaba aterrada, estaba sola.

Pedro: No.

Lola: ¿Tú estabas ahí? ¿Tú me viste?… claro.

Pedro: Viste mi mano.

Lola: ¿Qué es mejor, un árbol o la mano?

Pedro: Tu mano.

Lola: Tú no vas a cambiar nunca.

La cantada Escena III El Olfelinato

-Ya olvídalo, no pasa nada. Así crecimos. Yo iba en la mañana a la escuela y Wenses se quedaba en la tienda. Cuando regresaba, comíamos en chinga, juntos, y luego él se iba a la escuela, y yo atendía la tiendita. Me gustaba atenderla. Era como un juego. Me gustaba cantar mientras esperaba a los clientes, a veces alguien me cachaba…

-Porque deben saber que Lala canta bien bonito ¿verdad?

-Noooo.

-Cómo no, cantas rechulo.

-No.

-Sí. Anda, canta algo pa’que te escuchen. Anda viejita, canta.

-No.

-Ándele cántese algo. Algo bonito. Ande…

-Bueno pues. Pero mirándote a ti, pa’ alla me da pena.

-Ande pues:

Lala canta “Ojitos de Golondrina” (en el texto viene la letra completa)

-Anda pues, luego yo te voy a ahcer cantar, verás.

-No.

-Cómo no.

-No.

-Tú ya me hiciste cantar a mí. ‘Ora verás.

-Ah, pues es tu problema, tú quisiste.

Escena IV Estrella Fugaz, pp. 21

-¿Mmm?

-¿Me cantas?

-Porque ¡ah! Como le gustaba que le cantara. Ya él no, él no canta nada. Nunca me cantó, no desde un día que:

pp. 163-165

[…]un día me dedicó una canción y yo casi lloro, porque lolita tiene la voz como los mismísimos ángeles, ¿verdad Lolita? Y a parte de todo artista, como ven, ¿te acuerdas Lolita? ¿te auerdas cómo te gustaba cantarme al oído? Les estoy contando. Por qué no nos cantas algo, ándale y así de paso se te quita lo enchilada.

Lola: Ya Pedro.

Pedro: No tiene nada de malo, ándale Lolita.

Lola: No cómo crees, ya ponte en paz.

Pedro: No saben de lo que se están perdiendo, se los digo en serio, cántanos algo, ándale Lolita.

Lola: No le hagan caso, así le gusta estarse burlando de la gente, siempre.

Pedro: No seas ranchera, Dolores, ándale, aviéntate una, aunque sea un versito.

Lola: No, cómo crees, y lugo así nomás, sin acompañamiento.

Pedro: Ahorita resolvemos eso: ¡maestro, présteme su gitarra) (Sale.)

Lola: No gana uno pa’vergüenzas. Pues la verdad es que antes, uy, hace mucho, de chiquilla pues, sí cantaba… ya saben, en el coro, la iglesia y luego en una que otra fiesta me pedían que me aventara, ya saben, a una de chamaca no le da pena nada. Pero cantar, cantar, lo que se dice cantar, pues no. (Llega él con una guitarra.) Ay no, a ver, yo creo que ya ni me acuerdo de tocarla… así fue como aprendí, mi papá me enseñó a tocarla… mi apá… Ay Pedro, mejor vamos a lo que venimos de una vez, ándale.

Pedro: (Al público) Que cante, ¿verdad? Qué cante, que cante.

Lola: Pero mira como me comprometes. Bueno, pues ahí les va, que conste que tengo añales que no practico, si se me sale un gallo ni modo, ¿cuál canto?

Pedro: La que tu quieras:

Lola: Bueno, ya sé, les voy a cantar mi favorita.

Lola canta “Los laureles”

Lola; ¡Ay!Qué pena, estaba desafinada. Ahí como lo ven de seriecito, Pedro también sabe hacer sus gracias, le encanta la bailada, ¿verdad Pedro? Uy, no sabne, a la hora de bailar cambia, es otro, hasta parece que se le mete un espíritu… ¿por qué no nos bailas algo Pedro? Ándale, yo ya hice mi ridículo, ahora te toca a ti.

Pedro: Ya Lolita.

Lola: Qué Loita ni que nada, total ya entrados en gastos, ¿verdad que sí? Que baile, ándale Pedro, échate un trago y anímate.

Pedro: No Lolita, cómo crees que voy a bailar aquí.

Lola: Que tiene de malo, yo ya canté, mira todos están deseosos de verte, anímate, échate un mamo, que baile, ¿verdad?

Pedro: Ya Lola, ¿cómo, y la música?

Lola: Ese no es problema, vengo bien preparada, ¡Maestro, el mambo del taconzao!

Pedro: Híjole Lola, ven para acá (Baila).

El baile Escena VI El Baile pp. 23

-Pos vente, Lala, vámonos al baile.

-Ah, no. Van a venir por mí.

-Ah.

-Allá te veo, nos regresamos juntos y luego te platico.

-¿Quién?

-El Marcial…

-…

-Y se le puso la cara retetriste.

-Naa.

-El Marcial era un chamaco güerito. Todas las plebes querían con él, lo seguían pa’ todas partes. Pero pos él nomás quería con mis huesitos. En esa ocasión me pasé todo el rato conél, me hablaba al oído, me hacía reír. Luego yo lo miraba y le veía su sonrisa blanca. Era muy guapo… Cuando terminó el baile busqué un ratote al Wenses pa’que nos regresáramos juntos. Ya estaba oscuro. Y lo veo allá en la loma dando zancadas rápidas. Corría hasta alcanzarlo. Iba muy raro.

Lola: La verdad nos conocimos en un baile de pueblo, era el primer baile que me dejaban ir sola, bueno, ni tan sola porque iba yo muy bien acompañada del muchacho más guapo y más popular de toda la ciudad.

Pedro: ¿No que era pueblo?

Lola: ¡Pues sí era puelbo pero ya luego fue ciudad! Les decía… ¡ah sí!, del muchacho, se llamaba… Primitivo, sí ya sé que tenía un nombre muy feo, pero nada más el nombre, y es que en ese tiempo a la gente le ponían el nombre que le caía del calendario.

*Vázquez, Adrián, Wenses y Lala / Algo de un Tal Shakespeare, Los Textos de la Capilla, 2015

** Mancebo del Castillo, Gerardo; Leyva, Humberto; Coward, Edward; Chías Edgar; Zúñiga, Antonio; Olivié, Francisco. Presentación de Luis Mario Moncada. Teatro de la Gruta, Fondo Editorial Tierra Adentro 2001.

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