Por Roberto Sosa/ ¿Qué encuentra una mujer joven en un hombre maduro…? Los paradigmas sociales ponderan al hombre maduro, los años acentúan en los varones su atractivo; para las mujeres jóvenes o no tan jóvenes, esto resulta ser muy interesante y seductor: “a los 50s, son amantes pausados… ya hicieron algo con sus vidas”. La joven y seductora fotógrafa Kate, tiene una relación con el equilibrado, sensato e irresistible James; lo que mueve y une esta relación tiene nombre: PASIÓN.
James y Leonor tienen 25 años de casados. Con la muerte de Alberto –amigo de James y Leonor-, Kate quedó viuda. Libre, joven y atractiva, enfoca su atención en James. Para un cincuentón, Kate es un lujo; su juventud y belleza la exhiben ante los ojos de James, como algo simplemente irresistible. Kate causó la separación de Alberto y Agnes. Para la despechada y enfurecida mujer, Kate es una puta roba maridos, está dispuesta a despojarla de todo lo que su ex marido le dejó.
La trama da un giro al aparecer el alter ego de James y Leonor, Jimmy y Leo; desdoblan (es común ver actores que se desdoblan en la interpretación con distintos personajes, acá es la inversa) su personalidad, ahora son más jóvenes, más abiertos, dispuestos a decir lo que no se atreven, a plasmar sus deseos. Un juego muy inteligente que mueve a los personajes en distintas corporalidades y con diferentes voces. Todo esto a partir del momento en que Leonor descubre la infidelidad de James.
De Peter Nichols, (Passion Play, título original escrita en 1981) Pasión es una obra que habla de la infidelidad, del amor en la pareja en la etapa adulta, la relación hombre adulto-mujer joven; versa sobre el papel de la mujer en el ámbito social: “siempre nos la meten…” le dice Agnes a Leonor, como consuelo. La pieza transita entre la comedia, el drama y un poco de humor negro. Un texto poderoso que atrapa al espectador desde el inicio. Es teatro de autor, teatro de texto y esto siempre se agradecerá.
David Olguín dirige con sensibilidad y sapiencia, con la visión de un hombre que sabe lo que quiere hacer y cómo hacerlo; por dónde llevar la historia y cómo contarla, por dónde se deben mover sus actores. El sueño de Leonor -que es más una pesadilla-, lo plasma con una escena que se acerca al surrealismo de forma magistral. Es el artista que le da un toque personal a su obra. Un maestro al que deben aprender los jóvenes que desean hacer teatro.
El diseño de escenografía e iluminación es de Jorge Kuri Neumann, su propuesta es una estancia que se inclina desde el techo con las paredes y las salidas, hacia un punto de fuga. El espacio ideal en donde converge la dramaturgia, las actuaciones y las pasiones. El vestuario es de Estela Fagoaga, su labor hace énfasis en la escultural anatomía de Kate. El diseño sonoro es de Pedro de Tavira.
Las actuaciones están espléndidas, magníficas, en cada actor vive el personaje, lo hace suyo. El elenco: Carmen Beato, Juan Carlos Barreto, Verónica Merchant, Moisés Arizmendi, Alejandra Ambrosi, Paloma Woolrich y Verónica Bravo. La producción es de Ana Bracho y Paula Sánchez Navarro (también producen Feroces, las dos mejores obras – mi opinión-, en este momento).
Las funciones son en el Teatro Helénico del 6 de mayo al 3 de julio, consulta precios y horarios de la obra aquí.
