Fotos: Pili Pala
Por Roberto Sosa/ Es un condimento que le da sabor a los alimentos, es aromático, ayuda a la digestión y es un gran antioxidante. Sus propiedades hacen que los platillos se degusten con mejor sabor y aroma; pero quizá no sea tan necesario si el platillo que se sirve en la mesa son frijoles. Es la hora de comer, la familia está reunida: Norberto el papá, Alicia la mamá, “el gordo” su hijo y Romina la hija. Las máscaras con apariencia bella y amable, cubren los verdaderos rostros.
Norberto está en silla de ruedas viendo el fútbol, fue carnicero. Alicia tiene múltiples cirugías en el rostro, desea verse joven, es mayor que su esposo. Romina está llena de dudas, se pregunta y le pregunta a su madre: ¿por qué tiene la misma edad que su padre? “El gordo” es inteligente, elocuente y sabe lo que desea de la vida: una estación de radio y… vivir con Alberto.
La obra expone las frustraciones, fracasos y miserias de una familia disfuncional. Su hogar está lleno de cajas de cartón, donde guardan su vacío existencial y emocional; en una Romina encuentra el título profesional de su madre, es doctora, pero ella quiere ser cantante de ópera; Alicia tiene una pistola, con ella impone su voluntad. A Norberto el oficio de carnicero no lo hacía feliz, así que aparenta estar inválido, se sienta en una silla de ruedas a ver por televisión los goles de Hugo Sánchez.
El punto es que ya nadie está a gusto en este “hogar”; Alicia se va a “su casa”, ¿qué no era está su casa…? Les deja su arma: “a ustedes les hará más falta que a mi…”. Norberto se pone de pie y se va: “voy a regresar a la carnicería…” “El gordo” se quiere emancipar, quiere vivir con Alberto, a Romina le preocupa su hermano, le cuestiona: “¿vivir juntos, ya cogieron…? ¿Se van a vivir juntos sin haber cogido, y sino funciona…?
En Orégano la farsa y el humor negro son los protagonistas, se abrazan al relato. Sergio Lobo escribe el texto, sitúa la historia sin tiempo, podría suceder en los 50’s por los rostros que aparecen en las máscaras; los 60’s por el vestuario o quizá en los 80’s, cuando jugaba Hugo Sánchez en España; el sitio podría estar deshabitado, un desierto: “el gordo dice que estamos aislados…”.
La dirección la comparten Francisco Granados y Alan España, su labor es acertada –mi opinión- saben lo quieren hacer y cómo lograrlo; la narración se sostiene, tiene ritmo y sustentan el tono de la obra; sus cómplices sobre el escenario son Mafer Vergara, Fernando Villel / Elba Nallely Marcos, Francisco Granados y Yair Gamboa. El trabajo actoral está en el mismo nivel, los cuatros realizan un excelente trabajo. El resultado es espléndido.
La obra es una comedia que se aborda desde la farsa y el humor negro, nada sencillo de representar; la farsa apela a la inteligencia del espectador, lo hace pensar y reflexionar, no se trata de un sainete, se debe tener talento para manejar el género y éste grupo lo tiene.
El Colectivo Catapulta presenta Orégano en el Foro A poco No, hasta el 19 de octubre, consulta precios y horarios de la obra aquí.
