Por Itai Cruz/ La incertidumbre que muchos niños han vivido cuando un conflicto armado los ha alejado de su familia, para después encontrar la felicidad en otros corazones, es la propuesta escénica de Niñas de la guerra.

Presentada en el último día de actividades de este encuentro literario en el Foro de la Fantasía en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), la obra de la dramaturga Bertha Hiriart con dirección escénica de Martha Valdivia, busca concientizar acerca de la guerra, de sus amenazas y de la cual los niños no quedan exentos.

whatsapp-image-2016-11-22-at-10-22-37-amA cargo de la compañía de teatro infantil Tomás Urtusástegui, la pieza narra cómo una niña llega a un pueblo huyendo de la guerra, enfrentándose a un rechazo que no logra entender ante la maldad que ha vivido, pero una buena amiga la hace sentir como en casa.

A manera de fábula y mucha imaginación, Hiriart logra una reflexión profunda sobre el tema, con un par de elementos escénicos y un ritmo dramático, hacen que el público, en su mayoría niños, ría y comprenda al mismo tiempo el drama bélico, en el que ambas niñas se van conociendo, a través del juego y la música, y al final terminan en una amistad que contagia a los demás aceptando su integración y la de otros desplazados.

Sus protagonistas ofrecen un montaje pobre en cuanto a recursos escenográficos, pero rico en imaginación, haciendo hincapié en que la guerra es sinónimo de muerte y horror, de cómo inicia y puede terminar. En lo que parece ser una azotea, con dos pequeños postes improvisados con dos palos, uno de cada lado, y un mecate extendido del cual tienden cuatro vestidos, aparentemente secándose, rodeados de una tina de metal y cajas de madera, ambas actrices ofrecen una pieza teatral con la que apelan a la paz.

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