La escritora teatral y guionista británica Timberlake Wertenbaker claramente posee un enorme gusto por lo épico. Después de su versión radiofónica de War and Peace, adaptación de la novela épica de Leo Tolstoy, ahora nos presenta un extenso estudio sobre la guerra que libró Estados Unidos para obtener su independencia. La provocativa y emocionante puesta en escena aglomera una enorme cantidad de sucesos en tan solo dos horas y media, y argumenta que el error histórico de EU subyace en su fracaso para enclaustrar el concepto de libertad universal en su constitución.

El título de la obra nace del jardín Edénico que el abogado liberal Thomas Jefferson construyó para su casa soñada, Monticello. Pero antes de que alcancemos este paraíso corrupto de finales de la década de 1780, damos seguimiento a las aventuras de un joven zapatero cuáquero, Christian. Despedido por sus sueños de libertad Rousseauniana y excluido de su familia, Christian se dirige apresuradamente a Virginia para conocer a su héroe, Jefferson, y para ofrecer su ayuda a los patriotas en la guerra contra los británicos.

Durante el proceso, el chico se enamora de una esclava negra, Susannah. Lo que después acontece es un recuento fascinante de cómo durante las repercusiones de la guerra, Christian sacrifica su felicidad personal y Jefferson pone en peligro los principios establecidos en la Declaración de Independencia.

Es claro que Wertenbaker escribe sobre el choque entre idealismo y pragmatismo; y las escenas donde los esclavos del sur son reducidos a una cuota numérica en aras de esculpir una constitución coincidente, son tan cautivadoras que quizás deberían extender su duración.

La obra captura las contradicciones tanto de ambos personajes como de la fundación de la nación norteamericana. El mismo Jefferson es, al mismo tiempo, un libertario y un dueño de esclavos paternalista que cría niños con la mujer que tiene en su poder. Mientras tanto, Christian es un defensor apasionado de la libertad que evita pelear y termina como propietario de una plantación en Virginia. Detrás de estas mentiras, yace la enorme tragedia de un país que se rehusó a emancipar la esclavitud al momento de su formación.

Adicional a todo esto, Wertenbaker hace uso de un coro para criticar la falta de fiabilidad de la narrativa histórica; y parte del placer de esta asombrosa producción de Brigid Larmour descansa en la claridad Brechtiana con la cual utiliza un fuerte ensamble de nueve personas para contar una rica y complicada historia. El montaje es un espectáculo excitante sobre las discrepantes definiciones de libertad y la naturaleza de Estados Unidos, que pide a gritos el tener una larga vida.

La puesta se presenta en el Watford Palace Theatre en Hertfordshire hasta el 21 de febrero.

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