Por Óscar Ramírez Maldonado / El mejor argumento para ir a ver El loco y la camisa es que este montaje se estrenó y se ha mantenido en cartelera durante uno de los periodos más difíciles del año -si no el que más- para el teatro en nuestro país: los dos últimos meses del año y el mes de enero. Por si esto no fuera suficiente, los ya casi tres meses que ha durado la obra, lo ha hecho sin mayor despliegue publicitario que el “boca a boca”; lo anterior, solamente lo puede lograr un montaje de gran calidad.
A esta puesta en escena, si algún adjetivo tuviéramos que darle para calificarla, el ideal sería vertiginosa. El ritmo que el elenco logra imprimir al texto del argentino Nelsón Valente es inmejorable.
Emilio Guerrero, Verónica Langer, Sonia Couoh, Manuel Balbi, Mercedes Olea (quien alterna con Langer) e Ignacio Riva Palacio, son el elenco que Sebastián Sánchez conformó para éste su sexto proyecto como director. Entre otras cosas, dos características han ido convirtiéndose en un sello distintivo del Sánchez Amunáteguí: un gran ojo para seleccionar sus textos, y una gran capacidad para conformar sólidos elencos para darles vida. Estas cualidades han permitido al director tocar en sus propuestas muy diversos matices y abordar historias que pueden lindar con el drama o con el humor más puro, esto último es el caso de El loco y la camisa.
Emilio Guerrero y Verónica Langer (a quien a nosotros nos toco ver) aportan al proyecto su enorme capacidad actoral y experiencia. Por su parte, Ignacio Riva Palacio logra una destacada interpretación. Riva Palacio, quien además adaptó el texto de Valente, logra dar vida al “loco” de una manera natural, sin afectaciones, que resulta enormemente disfrutable.
La idea detrás de esta obra no tiene complicaciones, la historia se desarrolla a partir de una anécdota sencilla sobre dos conceptos que desde hace mucho tiempo se relacionan: el loco (que resulta más dueño de sí mismo que los cuerdos) y la sinceridad que nace de la locura (o que en este mundo que vivimos parecería ser una locura). Así, Valente nos presenta una comedia que es un retrato de familia y su mentiras, medias verdades y verdades incómodas.
Lo fundamental en la propuesta de este montaje es el ritmo, los trazos y los desplazamientos sobre el escenario. La importancia está en los duelos verbales y el intercambio en los diálogos. Es una obra de actores que el espectador disfruta mucho de principio a fin.
El loco y la camisa está por terminar su temporada en el Foro Lucerna, no dejen pasar la oportunidad de ver esta muy divertida obra. Hemos escuchado que tal vez pronto busque algún otro escenario para continuar con su exitosa temporada, sin embargo, no corran el riesgo de perderse esta muy recomendable obra.
Para más información de El loco y la camisa hacer click aquí.
