Por Gina Fierro/ El Teatro de Sombras de Japón es una oferta escénica difícil de encontrar en los escenarios nacionales. Como su nombre lo indica, las sombras son el elemento principal en escena. A través de cuerpos humanos y títeres, las siluetas proyectadas con el juego de luces logran una propuesta visual única, atractiva y divertida de ver teatro.
La compañía japonesa de Teatro de Sombras Gekidan Kegeboushi adapta el uso de sombras en un ámbito teatral desde 1978, su director Yasuaki Yamasaki, en esta ocasión, propone una puesta en escena que integra el trabajo de 11 artistas profesionales en el manejo de siluetas. Un trío de músicos ambientan con temas e instrumentos tradicionales de la cultura japonesa los cuentos que componen la obra, La grulla agradecida y El árbol del Mochi.
Aunque las animaciones y los recursos multimedia sobresalen en esta obra, no se puede restar importancia al contenido de las historias, las cuales están basadas en los valores de la familia, el amor y la naturaleza. Lo anterior hace que el montaje cubra muchos aspectos que el público evalúa al ver teatro, las actuaciones, la música, la trama, la escenografía, la producción, etc.
Con 37 años de experiencia la Compañía de Teatro de Sombras Gekidan Kageboushi logra un espectáculo único para público de todas las edades. Como parte del estreno de El árbol del Mochi el 22 de agosto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, al final de la obra los niños que eran parte del público pasaron al escenario y tomaron un mini taller de sombras, del cual la audiencia restante pudo ser espectador.
KAGEBOUSHI en el #TeatroDeLaCiudad
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