Anoche, 20 de agosto, se presentó en el Teatro Helénico la última función de El amor de las luciérnagas. Esta entrañable y divertida obra, escrita y dirigida por Alejandro Ricaño, se despidió de momento del escenario entre risas, reflexiones y aplausos.

Y es que no es para menos, las emociones se desbordan por todos lados, tocan sentimientos e invitan a ir “al fin del mundo” y volver siempre al lado de María.

Viajar en busca de esa otra María que ella misma ha construido en una máquina de escribir embrujada o quizás a buscarse a sí misma, no importa, es necesario acompañarla en toda esa travesía personal.

Mientras las luces sobre el escenario –el cielo– prenden y apagan evocando la luz de las luciérnagas, de manera ágil, Sonia Franco, Ana Zavala y Sofía Sylwin –que interpretaron durante este tiempo a María– transformaron el escenario en un mundo mágico y misterioso, donde duplicarse a sí mismo es posible; en tanto, el encanto desfachatado de Lola –Sara Pinet– plasmó sonrisas francas en los espectadores que acudieron este miércoles a la función final.

Durante la temporada de esta obra, que estrenó el pasado junio, también se contó con las actuaciones de Hamlet Ramírez, Pablo Marín, Miguel Romero y Luis Eduardo Yee.

Asimismo, la puesta en escena contó con la iluminación de Matías Gorlero, la escenografía de Ricardo Ricaño y el vestuario de Mario Marin del Río, elementos, todos, indispensables para inundar el Teatro Helénico de sencillez y, al mismo tiempo, de profundidad.

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