Hace 100 años, 26 de agosto de 1914, nació en Bruselas una de las principales figuras del boom latinoamericano: el magnífico escritor argentino Julio Cortázar (quien en 1981 optó por la nacionalidad francesa como protesta contra el gobierno militar argentino).
Maestro del cuento y la novela, este prolífico creativo también cultivó otros géneros, el teatro, entre ellos. En este sentido, puede mencionarse, por ejemplo, el libro, publicado de manera póstuma Adiós, Robinson y otras piezas breves, en el cual se reúnen sus primeras piezas, de inspiración poética, escritas entre 1948 y 1960, así como otros trabajos que se inscriben en el teatro del humor y del absurdo.
Por otra parte, Los Reyes (1949) fue el primer libro publicado por el argentino con su verdadero nombre y se trata de un poema dramático con una estructura teatral, en el cual se propone una curiosa variante del mito del Minotauro.
Según menciona, en un comunicado de Conaculta, el poeta Hugo Gutiérrez Vega, Cortázar representa una de las figuras icónicas del siglo XX y un innovador de las estructuras narrativas.
En 1991, Mario Vargas Llosa aseguraba en un artículo que para Cortázar, “escribir era jugar, divertirse, organizar la vida, las palabras, las ideas con la arbitrariedad, la libertad, la fantasía y la irresponsabilidad con que lo hacen los niños o los locos. Pero jugando de este modo la obra de Cortázar abrió puertas inéditas, llegó a mostrar unos fondos desconocidos de la condición humana y a rozar lo trascendente, algo que seguramente él nunca se propuso. No es casual (…) que la más ambiciosa de sus novelas tuviera como título Rayuela, un juego de niños”.
Y es que Rayuela (1963), su obra emblemática, cambió para siempre las estructuras novelísticas, lo cual no pudo pasar desapercibido desde entonces y hasta nuestros días. Por ello, no es de extrañar que su influencia haya sido importante y definitiva en la literatura mexicana; son numerosos los autores, en todos los géneros, que se nutrieron y se siguen nutriendo de la escritura de Julio Cortázar, quien murió el 12 de febrero de 1984.
En todo caso, este día celebramos su vida y recordamos su obra con admiración.
